ASTILLERO
Chapopote
Moral expropiada
Candidaturas sucias
Limpias e hipocresía
EL LODO DE la corrupción vuelve máscaras los rostros de la mayoría de los políticos. Vicente Fox habla -algo dice y dice-, pero más allá de sus palabras están los hechos, las evidencias: le acompañan en la ceremonia oficial recordatoria de la expropiación petrolera algunas pruebas vivientes del fracaso de las promesas de cambio, justicia y moralidad. En primer lugar, el vencedor del foxismo, el pez gordo de nombre Carlos Romero Deschamps, que el emblemático día 18 pronuncia en Salina Cruz la fórmula tradicional de acompasamiento de complicidades entre gobierno y sindicato petrolero: "gracias, señor Presidente". Testigos y actores de esa estampa cínica son el otro héroe precioso de la anécdota alguna vez llamada Pemexgate, Ricardo Aldana, tesorero del cinicato, perdón, sindicato, petrolero, y el gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz, depurado ejemplo del uso de las arcas estatales para fines electorales -en el caso, la campaña del jefe Madrazo-, y el pragmático secretario de Gobernación y del Trabajo, monseñor Abascal, quien recibe elogios de los petroleros que según el criterio selectivo del abad de Bucareli no son corruptos ni derrocables como el nepote minero Napito (quien, por cierto, se ha organizado convención a modo para relegirse, siempre a larga distancia para evadir el brazo de la PGR). Conciliábulo de negruras subterráneas -se habla del petróleo, no de los historiales de los reunidos- en que, desde luego, participa Luis Ramírez Corzo, director de Pemex que fue llevado a las arcas abiertas del paraíso paraestatal de la corrupción, a pesar de sus sintomáticos antecedentes de conflicto de intereses y proclividad a los negocios color chapopote.
LAS CANDIDATURAS PANISTAS al fuero legislativo son otro ejemplo de máscaras sucias. Los restos políticos de Santiago Creel son premiados con una candidatura plurinominal al Senado, que será obligadamente triunfante -primer lugar de la lista-, como si no hubiese sido el responsable de años de fracaso político desde la Secretaría de Gobernación; atrás quedan los escándalos de las concesiones para casas de apuestas y las irregularidades en el área de Protección Civil, cuya entonces titular, Carmen Segura, también ha sido blindada con una candidatura de privilegio a un asiento en la Asamblea Legislativa capitalina. El partido blanquiazul también tiende un manto de impunidad a Pedro Cerisola, el deplorable secretario de Comunicaciones y Transportes, quien recibe presea política por el fracaso machetero que tuvo en el proyecto de construir un nuevo aeropuerto. Cerisola, que por ineptitud gastó millones de dólares del dinero público en pagar indemnizaciones y compensaciones por ese tema del aeropuerto pero también por muchas otras pifias, como la del famoso puente San Cristóbal, que en Chiapas se cayó antes de ser inaugurado. Cerisola del Chiquihuite, siempre omiso, siempre doblegado, siempre protegido. Y Ramón Muñoz, el sicólogo que sorbió el seso de su jefe durante largos años y ahora lo deja solo en el tramo final del desastre, porque el jefe de la oficina de Innovación Gubernamental prefiere refugiarse en los viejos hábitos politiqueros, innovador frustrado que salta del barco presidencial hacia el conservadurismo legislativo (a los estrategas panistas les faltó hacer candidato a Cristóbal Jaime Jaques, el director de la Comisión Nacional del Agua que antes fue director de Lala y de Coca-Cola, las empresas más beneficiadas por arreglos con el gobierno para usar con gran ventaja económica el agua que, por otro lado, ese mismo gobierno entreguista y las empresas aprovechadas quieren cobrar caro a la masa empobrecida que, ¡carajo, cuánta inconsciencia!, no cuidan el líquido tan necesario para los grandes negocios y los grandes enjuagues).
MIENTRAS LAS LISTAS de aspirantes del PAN a posiciones legislativas confirman que Felipe Calderón es un candidato sin partido, y que no lo dejaron colocar a su gente cercana en la nómina controlada por Vicente Fox, Manuel Espino y Santiago Creel, el puntero López Obrador es barrido pero no en términos políticos, sino mágicos y curanderos: un brujo de Catemaco, al que otros hechiceros tachan de charlatán, le da pases piratas con ramos vegetales para que al tabasqueño no le alcancen las malas vibras, en especial las provenientes de malas aguas salinas (blablablá contra chachalá). El predicador pejerredista va por las tierras veracruzanas prometiendo limpias -no brujescas, sino políticas, en el ámbito de la moralidad en el servicio público-, acompañado por aliados antitéticos como Dante Delgado, futuro ganador de una senaduría gracias a los votos lopezobradoristas. Fenómeno de transformación que se está dando en todo el país, donde el capital electoral de Andrés Manuel se convierte en pragmático botín de tránsfugas y oportunistas especializados en hacer, desde abajo, más allá de los emocionados discursos del "jefe", que todo cambie para que todo siga igual.
OTRO EJECUTANTE DE suertes espirituales, el cardenal Beto River, se ha puesto súbitamente subversivo y moderada y oportunamente juarista. Si las manos de alguien están "manchadas de sangre o violencia, o si no buscamos la justicia y no socorremos a los pobres, Dios nos dirá: 'no me presentes tus ofrendas inútiles, no me agrada tu culto; no soporto delito y solemnidad'". Teólogo de la efeméride, promotor de la opción preferencial por el calendario, River dijo que "ojalá -es decir, si Alá lo quiere: breviario por cortesía de Al Qastillero- nos llegara otro Juárez; porque fue el mejor bienhechor del seminario" (jo, jo, jo, rociado con humorística agua bendita), y que la separación Iglesia-Estado "es lo mejor que podemos tener".
Y, EN TANTO se ha cumplido un mes de la tragedia de Pasta de Conchos sin que sean recuperados los cuerpos de los mineros caídos, ni se castigue a los líderes rateros, ni a los funcionarios corruptos, ni a los empresarios mezquinos, y mientras algunos familiares de los deudos piden que se investiguen los presuntos nexos entre los hijos sahaguncitos e Industrial Minera México, ¡hasta mañana!
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