Usted está aquí: jueves 23 de marzo de 2006 Cultura René Derouin recibirá el Aguila Azteca en el Museo de Bellas Artes de Montreal

Es el primer artista canadiense reconocido con la máxima condecoración de México

René Derouin recibirá el Aguila Azteca en el Museo de Bellas Artes de Montreal

MERRY MACMASTERS

''Soy un latino del norte" expresa el quebequense René Derouin (Montreal, 1936). Hace medio siglo el escultor, grabador e instalacionista inició una intensa y significativa relación con México, que hoy llegará a su clímax al recibir el Aguila Azteca.

Es la primera vez que el gobierno de México otorga esa condecoración a un artista canadiense. El acto se efectuará hoy en el Museo de Bellas Artes, de Montreal.

''Voy a México para comprender la cultura, así como la parte de mí que no conozco en el norte", asegura Derouin, quien estuvo en la ciudad de Puebla hace un par de semanas para impartir dos conferencias en la Universidad de las Américas y preparar trabajo para una exposición en Canadá. Cabe mencionar que escribió su discurso de agradecimiento en Puebla y la ciudad de México.

Explica: ''En el norte somos una sociedad más conservadora, de protección. La vida aquí es bastante dura con el territorio. Ahora hay un metro de nieve. El invierno es la fuerza. En la ciudad de México hay otra manera de ver, por la cantidad de personas. El espacio entre ellas es diferente que aquí, donde hay casi un kilómetro entre cada una. En México es como una manera de comprender que el espacio necesita gran respeto del cuerpo del otro. Eso no se piensa, es un modo cultural de vivir".

Derouin tuvo una formación artística en México. Llegó aquí por primera vez en septiembre de 1955. En Montreal había acudido al consulado mexicano para buscar dónde estudiar. Halló información sobre Morelia, envió una carta y dos meses después recibió respuesta de Alfredo Zalce, quien le habló de la Escuela de Bellas Artes de esa ciudad.

Antes de llegar a Morelia pasó 10 días en el DF, que le impactó por sus museos y su ambiente cosmopolita, lo cual le hizo cambiar de idea. Tras alquilar un cuarto en una pensión en la colonia Cuauhtémoc a Isabel Carbajal Bolandi, persona fundamental en su introducción a la cultura mexicana, se quedó seis meses.

El joven artista regresó a México en 1957 por otros seis meses, tiempo en que estudió con Pablo O'Higgins en la Escuela de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda. Fue aquí donde realizó sus primeros linograbados, inspirado por el mensaje social del arte mexicano contemporáneo.

También vivió el temblor del 19 de septiembre de 1985. Había arribado el día anterior para su exposición Suite nórdica, en el Museo Universitario del Chopo. Pensó que se iba a morir, pero la experiencia cambió su vida. Sintió necesidad de vivir en México para exorcizar el terror. Además, su interés por el territorio se trasladó a las personas. En ese nuevo espacio interior, espiritual, ''me preocupaba de la memoria, de los ancestros, de los habitantes de la ciudad de México".

Creó la serie Memoria y grito genético y trabajó en el taller de grabado de Carlos García Estrada. En 1989 empezó a preparar la instalación Migraciones, de 20 mil figuras en cerámica, para los museos Tamayo y de Quebec. Regresará a México en 2007 invitado al Foro Mundial de las Culturas, en Monterrey.

 
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