Usted está aquí: sábado 25 de marzo de 2006 Cultura Los partidos se ponen del lado del poder y olvidan al pueblo

El filósofo francés Alain Badiou ofreció tres conferencias en la Iberoamericana

Los partidos se ponen del lado del poder y olvidan al pueblo

La revuelta de jóvenes en Francia implica la génesis de una nueva forma de hacer política, señala

El gran reto es lograr la unidad entre universitarios y jóvenes marginados

MONICA MATEOS-VEGA

Ampliar la imagen Debemos buscar una política que equilibre las demandas de la sociedad y los requerimientos de quienes detentan el poder político, recomienda Alain Bidou, en entrevista con La Jornada Foto: Carlos Cisneros

No deberíamos pensar que el gobierno de un país es el único responsable de hacer política. La política es las personas. Por eso resulta esencial el papel de las organizaciones civiles y de los ciudadanos, afirma el filósofo francés Alain Badiou, quien se encuentra en México para ofrecer tres conferencias en la Universidad Iberoamericana (Uia) en torno de la política internacional y el universalismo.

Discípulo de Jean-Paul Sartre, Jacques Lacan y Michel Foucault, contemporáneo de Jacques Derrida y Emmanuel Lévinas, Badiou explica en entrevista que los partidos políticos tienen dos papeles básicos: representar a un grupo social y servir de intermediarios entre la ciudadanía y las autoridades gubernamentales.

''Y tendrían un tercer papel, que sería una mezcla de las dos anteriores. No obstante, los partidos políticos prefieren ponerse del lado del poder y olvidan al pueblo. Cuando llegan al poder no lo quieren soltar, esto es un gran problema que debemos resolver buscando otras alternativas para hacer una política que guarde un equilibro entre las demandas de la sociedad y los requerimientos de quienes detentan el poder político", añade el autor de Manifiesto por la filosofía (1988).

Contra el camino dominante

Alain Badiou nació en Marruecos en 1937, en el seno de una familia francesa que retornó a París cuando él tenía cinco años. Estudió en la Ecole Normale Supérieure y luego de participar en el mayo francés, durante 30 años fue profesor en la Universidad de Vincennes.

En diversas oportunidades el pensador ha sostenido que las propuestas y los deseos de los ciudadanos son fundamentales para buscar caminos políticos distintos, por ejemplo, al de la hegemonía estadunidense.

En muchas de sus obras argumenta que ser de izquierda, en la actualidad, consiste en manejarse a partir de convicciones, resolver problemas concretos y saber dejar preguntas abiertas. Aunque, aclara, desconfía de la palabra izquierda pues, como francés, le recuerda a la izquierda oficial, la de los partidos.

Su concepto de izquierda es más general y, al respecto, subraya: ''Es estar convencido de que hay que crear un camino político y económico diferente al dominante. Es una convicción que se sostiene más allá de si las circunstancias son negativas o propicias.

''Diría que los partidos franceses de la izquierda oficial no son de izquierda: están resignados al orden establecido. Tampoco es la hipótesis de una revolución, pues se trata de una idea que se volvió turbia."

A propósito de revoluciones, Bidou considera que las actuales revueltas estudiantiles en Francia no tienen nada que ver con las que se sucitaron en 1968.

''Existe una gran diferencia entre ambos acontecimientos: los jóvenes de hace 38 años estaban unidos porque tenían la idea de la revolución, así como una perspectiva política y un modelo político: el marxismo, la lucha de clases.

''Ahora hay una revuelta contra el gobierno, eso sí, muy fuerte, pero los jóvenes no tienen un proyecto político claro y definido, están partiendo de cero. Es el comienzo de una nueva experiencia por venir, no de una ruptura, sino de la construcción de algo que aún no sabemos qué características tendrá.''

Sin modelo ni memoria histórica

''En Francia -prosigue Badiou- los jóvenes hoy inician su experiencia política a partir de la nada. No tienen un modelo ni memoria histórica ni referencias teóricas. Pero van aprendiendo a través de un largo camino, de las dificultades, de muchas pruebas duras. Están desnudos y ciegos, lo cual implica riesgos, por ejemplo, de que los tome cualquier partido. Pero, para mí esto es bueno, porque implica la génesis de una nueva forma de hacer política.

''El problema de fondo, quizá el más difícil, es que los jóvenes sean capaces de lograr la unidad entre diferentes grupos, entre los universitarios y los que viven en las zonas marginadas de las afueras de París, inclusive entre jóvenes de diversas nacionalidades. Ese es el gran reto político de la juventud actual."

Además de filósofo, Badiou es matemático, novelista y dramaturgo. Ha escrito lo mismo de estética que de cine, ciencia y sicoanálisis, con el mismo rigor con el que debate asuntos sobre política.

Otras de sus obras son Teoría del sujeto (1982), El ser y el acontecimiento (1988), La ética (1993), Pequeño manual de inestética (1998), Circunstancias (2004) y su libro más reciente Lógicas del mundo. El ser y el acontecimiento. Tomo II, en el cual replantea su filosofía sistemática, fruto de 18 años de reflexionar sobre las objeciones que se le han hecho a su obra.

El filósofo Alain Badiou ofreció ayer la última conferencia titulada San Pablo, la fundación del universalismo ayer en el Aula Magna San Ignacio de Loyola, edificio S, de la Uia, campus Santa Fe.

 
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