Usted está aquí: domingo 26 de marzo de 2006 Opinión ¿LA FIESTA EN PAZ?

¿LA FIESTA EN PAZ?

Leonardo Páez

El tiovivo y el tuleño

NO ES SOLO el juego mecánico de feria con caballitos, sino otro de los sobrenombres que a pulso se ha ganado en México el estupendo rejoneador navarro Pablo Hermoso de Mendoza, cuyos talentos y cuadra han sido inversamente proporcionales a su consideración por el público y ambiente taurinos que le permiten llevarse cada año varios millones a su casa.

PERO EN LA llamada fiesta brava, como en el resto de la vida mexicana, "romper", demostrar las cualidades que se poseen y avanzar ya no está en el ánimo de la gente. Las instituciones fueron rebasadas por el verdadero dios, el dinero, que ha inhibido la voluntad y ablandado el consentimiento de todos para seguir siendo manipulados.

SUMIDOS HACE TIEMPO en una especie de conformismo colectivo, acompañado de una añeja desvaloración de lo propio y una creciente dependencia de lo de fuera, como país taurino y como país a secas, más que una sociedad moderna hemos desarrollado una mentalidad acomplejada atenida a las circunstancias, olvidada de crear y de creer en su potencial y capacidades para seguir siendo y continuar creciendo.

EL PASADO MARTES, el diestro hidalguense Jorge Gutiérrez se despidió del público de Tula, ciudad donde nació hace 49 años, con un cartel integrado además por el citado caballista y cuatro toros del hierro de Los Encinos, adecuados para tan señalada ocasión.

"GRAN TRIUNFO DE Hermoso y Gutiérrez", encabezaron al día siguiente las notas telegráficas de trámite en diarios y portales. "Con un lleno a reventar, ambos alternantes cortaron tres orejas cada uno. En el segundo dio vuelta el ganadero y se concedió vuelta al ruedo a los despojos del cuarto". Si el terciado ganado embistió con nobleza, ambos diestros triunfaron y el público "se divirtió". ¿Qué pretexto puede esgrimirse para que aflore la inconformidad en torno a la más bella de todas las fiestas?

UN TESTIGO PRESENCIAL de la histórica cuanto dependiente tarde me dijo: "Se entiende el discreto trapío del ganado para la despedida de un veterano ante sus paisanos en una plaza modesta, así como el regaladero de orejas, pero lo que no se puede entender es que una figura mexicana como Jorge Gutiérrez, que recientemente hizo público su apoyo a la Asociación Nacional de Matadores para que los rejoneadores no hagan número con los toreros de a pie, vergonzosamente se haya plegado a salir de primer espada en Tula, contradiciendo lo que antes defendió a capa y espada", concluyó.

"ES EL RESULTADO de la dependencia taurina que nos cargamos", le dije. Si Hermoso accedió a actuar esa tarde, fue por hacerle el favor a Gutiérrez y no a la inversa. La empresa, por su parte, prefirió asegurar la entrada con el taquillero rejoneador, quien desde siempre ha hecho en México lo que ha querido a ciencia y paciencia de toreros, taurinos y autoridades. Ahora, si los rejoneadores no hacen número con los de a pie, el caballista debió haber salido en primer término, pero como la capacidad de convocatoria está por encima de la ley, el tiovivo obligó al tuleño a salir de primer espada. La dignidad por la casa empieza... si el dinero no dispone otra cosa.

 
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