Usted está aquí: viernes 31 de marzo de 2006 Cultura Elizondo pugnó por que la cultura cosmopolita entrara a México

Resaltan intelectuales la erudición, humor y agudeza del autor de El grafógrafo

Elizondo pugnó por que la cultura cosmopolita entrara a México

La intensidad de la lectura de sus textos será cada vez mayor, expresa José María Pérez Gay

El FCE publicará la obra reunida del escritor y un disco con su voz, anuncia

ARTURO GARCIA Y FABIOLA PALAPA

Ampliar la imagen Salvador Elizondo (derecha), con el poeta Octavio Paz

La admiración y los afectos que en vida cosechó Salvador Elizondo se hicieron patentes ayer durante los servicios fúnebres del escritor fallecido el jueves.

Destacadas personalidades de la vida literaria y cultural mexicana acudieron a despedir al autor de Farabeuf.

Consultados al respecto, propios y extraños, sin excepción, resaltaron el valor y las aportaciones de su obra, su refinamiento, su erudición, su sentido del humor y su agudeza.

A las 13:15 horas de ayer, minutos antes de que el cuerpo de Elizondo fuera trasladado para un homenaje en el Palacio de Bellas Artes, quienes acudieron a la funeraria Gayosso de Félix Cuevas le prodigaron un emotivo y prolongado aplauso que concentraba aquella admiración y afecto.

Su viuda, Paulina Lavista, dijo que la vida al lado de Elizondo fue una aventura a través del conocimiento. Comentó que el escritor dejó 83 cuadernos con sus diarios personales, que se harán públicos dentro de 25 años. Por lo pronto, quedarán bajo custodia de El Colegio Nacional, del cual era miembro.

Por su parte, la directora del Fondo de Cultura Económica (FCE), Consuelo Sáizar, informó que además de la próxima publicación del libro que recoge los artículos publicados en el antiguo unomásuno, editará su obra reunida y un disco con la voz del escritor leyendo parte de su obra.

Lavista agregó: ''Fue mi esposo, mi compañero durante 38 años y quiero decir que no hubiera cambiado por nada la aventura de vivir con él. Me llevó a lo más profundo del conocimiento. Llevamos un matrimonio de gran responsabilidad y mucho respeto para la obra de cada uno. El me aconsejaba, me criticaba, me ayudaba. Fue siempre un hombre tan agudo y tan certero.

''Jamás se vendió a nada, nunca tuvo un puesto público. El vivió solamente de la literatura, de dar clases o escribiendo en los periódicos, y gracias a su madre que le dejó unas casas no tuvimos problemas económicos."

Debió ganar el premio Juan Rulfo

Repartida entre su duelo y las incesantes condolencias que recibía, la fotógrafa accedió generosamente a recordar al autor de libros como Narda y el verano: ''Fue un escritor que estaba un poco empolvado, y me da gusto ver que hoy, al morir, todos lo reivindican, y no puedo más que decir que estoy feliz de haber sido su esposa".

Reiteró lo que dijo anteanoche a este diario: ''murió como un caballero, pasó del sueño a la muerte sin que nos diéramos cuenta, con gran elegancia. En los últimos tiempos sufrió mucho y luchó mucho contra la enfermedad (cáncer), pero nunca se quejó y trabajó prácticamente hasta el último día. Todavía el pasado lunes hizo anotaciones en su diario. Escribió que era un día feo y lluvioso.

''Llevaba su diario en tres cuadernos, uno en su cama, donde contaba lo que le pasaba durante el día y las ideas que se le ocurrían, eso iba a compañado de un dibujo, o de fotos que él tomaba o de recortes de prensa. Tenía otro cuaderno que era el del jardín, donde hacía apreciaciones cotidianas, y creo que también escribía paso a paso sobre su enfermedad, porque sabía mucho de medicina."

-¿Se publicarán esos diarios?

-Se harán públicos 25 años después de su muerte, menos uno, el cuaderno 83, del que me permitió copiar fragmentos para publicar. El resto no, porque como es un diario puede lesionar intereses o lastimar a personas que están vivas.

-Se refirió a Elizondo como un escritor empolvado, ¿cree que no tuvo en vida el reconocimiento que merecía?

-Creo que no. Desgraciadamente le faltó el premio Juan Rulfo, creo que fue un error no habérselo otorgado. Primero porque el propio Juan Rulfo era admirador de su obra, era una admiración mutua. Tres veces perdió ignominiosamente ese premio. Tampoco universidad alguna le dio un doctorado honoris causa, ni siquiera la Universidad Nacional Autónoma de México.

No obstante, de acuerdo con Lavista, en tiempos recientes Elizondo tuvo el gusto de ver cómo se consideraba a Farabeuf.

Por su parte, José María Pérez Gay se refirió a Elizondo como uno de los representantes mayores de ''una generación brillantísima" de escritores mexicanos: ''Marcó a mi generación -de los nacidos entre 1943 y 1945- con Farabeuf, pero también desde Narda y el verano. Desde sus primeros textos se distinguió como un narrador culto y a la vez muy ameno.

''Nunca se quedó en México, en la cultura provinciana. Rasgo distintivo de él fue abrir ventanas para que en México entrara una cultura cosmopolita, universal. Fue un gran especialista en literatura inglesa, como pocos, un hombre de una erudición temible, por así decirlo. Era un gran traductor."

-¿Se le lee como se merece?

-A ningún escritor se le lee como se merece, pero a Salvador Elizondo sí se le ha reconocido. Creo que la intensidad de la lectura de su obra va a ser cada día mayor. Hay escritores que escriben con enigmas para hoy y hay escritores que escriben con enigmas para mañana; Elizondo pertenece a estos últimos.

Figura genial y devastadora

A continuación se transcriben las opiniones de personajes de la cultura que acudieron a despedir a Salvador Elizondo.

Carlos Montemayor, escritor: ''Salvador Elizondo es de los escritores más singulares de México por su inteligencia, su concentrada prosa y su concentrada vida en las letras, y al mismo tiempo, un hombre que estuvo siempre cerca de la vida y disfrutando ampliamente el mundo.

''No siempre la inteligencia asegura la felicidad a los seres humanos, en el caso de Elizondo podríamos decir que su inteligencia la utilizó para enriquecer y fortalecer la literatura.''

Eduardo Lizalde, poeta : ''La muerte de Elizondo es muy dolorosa para toda la literatura mexicana, pues era uno de los miembros más brillantes de una distinguida generación de escritores.

''Afortunadamente deja una obra magnífica que es mucho más extensa de lo que se supone. Es lamentable que se pierda una personalidad de ese tamaño, porque toda su sabiduría, toda su inteligencia y toda la reserva artística que hay en una persona desaparece con su cuerpo y con su mente; de manera que estamos muy tristes.''

Margo Glantz, escritora: ''Elizondo es una figura genial, extraordinaria, completamente especial y devastadora. Tenía un sentido del humor y de la transgresión que pocos escritores mexicanos tenían. Farabeuf fue una obra clave dentro de la literatura mexicana, cambió totalmente el sentido de lo que se escribía en el país.''

Teresa del Conde, crítica de arte: ''Mis recuerdos de él son como profesor en la Facultad de Filosofía y Letras. Fue uno de los profesores más queridos en toda una generación. Quiero resaltar que Salvador quería ser pintor, le fascinaba la pintura y era muy buen ilustrador.''

 
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