Usted está aquí: viernes 31 de marzo de 2006 Mundo Unos mil 700 sunitas muertos dejan represalias por el ataque al templo chiíta de Samarra

Libera el grupo iraquí Brigadas de la Venganza a la periodista Jill Carroll

Unos mil 700 sunitas muertos dejan represalias por el ataque al templo chiíta de Samarra

REUTERS, AFP, DPA Y THE INDEPENDENT

Ampliar la imagen Frente a la morgue del hospital Yarmouk, un iraquí llora junto al cadáver de su hermano

Ampliar la imagen Jill Carroll, la periodista estadunidense liberada luego de tres meses de cautiverio

Bagdad, 30 de marzo. Cinco semanas después del ataque con explosivos que destruyó parte de la mezquita chiíta de Samarra, el templo de la cúpula dorada, el dirigente del principal partido político sunita en Irak, Adnan Dulaimi, denunció que las represalias han provocado la muerte de mil 700 miembros de la minoría iraquí en 35 días.

Mientras, la periodista estadunidense Jill Carroll, colaboradora del diario estadunidense The Christian Science Monitor, fue liberada por el grupo autodenominado Brigadas de la Venganza, y este jueves hizo una breve declaración ante la prensa, en la sede del Partido Islámico Iraquí.

"Me trataron bien. Me siento en buenas condiciones y quiero reunirme rápidamente con mi familia", dijo Carroll, de 28 años, luego de casi tres meses de cautiverio.

La liberación de Carroll fue celebrada por el presidente estadunidense, George W. Bush, y por la secretaría de Estado, Condoleezza Rice. Unas 40 personas de 13 nacionalidades distintas permanecen aún secuestradas o desaparecidas en Irak.

Dulaimi, líder de la bancada sunita en el Parlamento iraquí -que intenta formar gobierno desde el 15 de diciembre, en medio de constantes desacuerdos sectarios-, dijo que "todos los días cerca de 50 sunitas son asesinados y creemos que este número se incrementará en los próximos días".

"Más de mil 700 cuerpos de sunitas han sido trasladados a la morgue" central en Bagdad, dijo Dulaimi, quien hizo notar que otros cadáveres de la minoría iraquí han sido llevados a hospitales pequeños.

Funcionarios de la morgue central calculan que entre mil 100 y mil 500 cuerpos han sido trasladados allí desde que se desató abiertamente la lucha sectaria entre chiítas y sunitas, con atentados, degollamientos, mutilaciones, torturas, acribillamientos a tiros, hostigamientos entre comunidades urbanas y detenciones arbitrarias.

Otras fuentes iraquíes habían calculado que la cifra de muertos rondaba los mil, un mes después del estallido de bombas en la mezquita chiíta del domo dorado en Samarra, ubicada en la región sunita de Irak, a unos 60 kilómetros al oeste de Bagdad.

En tanto, el Consejo de los Ulemas sunita condenó este jueves la detención de un predicador islámico por parte de una patrulla de soldados estadunidenses.

El jeque Taha Dulaimi, imán de la mezquita Habbaniya, ubicada al oeste de Bagdad, fue detenido el miércoles anterior junto con tres de sus hijos.

Ese mismo día, el templo Al Madina al Munawara, en el sureste de la capital, fue hostigado por hombres armados que hirieron al vigilante del lugar, informó el Consejo de los Ulemas.

La mayoría musulmana chiíta también ha expresado quejas por los ataques contra su comunidad.

El 27 de marzo pasado, la Alianza Islámica de Irak, una de las principales fuerzas políticas chiítas, demandó al ejército estadunidense de ocupación que regrese el control de la seguridad a las autoridades locales, luego del allanamiento a la mezquita Mustafá, ubicada en una zona pobre de Bagdad habitada por chiítas.

Otra de las consecuencias de la lucha sectaria ha sido la migración forzosa. Según el Ministerio de Desplazamiento e Inmigración, al menos 33 mil sunitas y chiítas han huido de sus casas, después de ser presionados por uno u otro bando armado.

En el frente político, los desacuerdos entre chiítas y sunitas sobre la asignación de ministerios ocasionó que las reuniones para formar gobierno quedaran suspendidas por segundo día consecutivo.

La decisión sobre quién será el encargado de la cartera de Seguridad en el gobierno iraquí fue la causa específica de la paralización de negociaciones.

"Los chiítas quieren que el primer ministro sea responsable del tema de la seguridad, mientras que los sunitas desean ponerlo en manos de un viceministro que trabajaría bajo la supervisión del jefe de gobierno", explicó el negociador kurdo Mahmud Osman.

Este jueves, un total de 21 personas murieron en Irak en diferentes acciones de guerra, incluidos ocho empleados de la central térmica de Baiji, 200 kilómetros al norte de Bagdad, que fue centro de un ataque armado a cargo de un grupo insurgente no identificado.

El ejército de Estados Unidos anunció en la capital iraquí que dos de sus soldados murieron en combates en Al Anbar y Bagdad, con lo cual llegó a 2 mil 330 el número de militares estadunidenses abatidos desde la invasión, hace tres años.

En Londres, mientras tanto, el Ministerio de Defensa informó que desde el 18 de marzo de 2003 un total de 6 mil 700 soldados británicos han recibido algún tratamiento médico por efectos de los combates en el país invadido.

 
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