Usted está aquí: viernes 31 de marzo de 2006 Política Quedó consumada en el Senado la ampliación del poder de radio y tv

La reforma fue aprobada con 81 votos en favor, 40 en contra y dos abstenciones

Quedó consumada en el Senado la ampliación del poder de radio y tv

La reforma abre el camino para que poderes fácticos puedan ponerse por encima del Estado

ANDREA BECERRIL

Ampliar la imagen Firme opositor a que se avalara la minuta, al calor del debate el priísta Manuel Bartlett Díaz estuvo a punto de ser golpeado por uno de sus compañeros de bancada Foto: José Antonio López

En una sesión en que se acallaron voces de legisladores panistas para que no respondieran a Diego Fernández de Cevallos, y en la que el priísta Manuel Bartlett Díaz estuvo a punto de ser golpeado por uno de sus compañeros de bancada, con 81 votos a favor, 40 en contra y dos abstenciones, el Senado de la República aprobó anoche la ley Televisa y la turnó al presidente Vicente Fox para su promulgación.

Lo aprobado permite al Ejecutivo a punto de concluir su sexenio nombrar a los comisionados del órgano que regulará los medios electrónicos durante los próximos 16 años.

Es un cierre "ominoso" de la legislatura por concluir, comentó el panista Javier Corral Jurado.

Fueron seis horas de discusión, que no debate, ya que los impulsores de la reforma evadieron en todo momento la confrontación de argumentos con quienes pidieron modificar esa minuta, que dará todavía más poder al duopolio televisivo; una reforma que abre el camino para que poderes fácticos puedan ponerse por encima del Estado.

El presidente de la mesa directiva, el priísta Enrique Jackson, maniobró para evitar que los panistas Corral y Felipe de Jesús Vicencio hicieran uso de su derecho de réplica ante Diego Fernández de Cevallos, quien sí pudo llamar ''cobardes y bribones'' a los que, dijo, lo acusan de defender la ley Televisa, y pudo también usar la tribuna para tratar de cambiar el reconocimiento que hizo en una reunión interna de que la minuta es para favorecer "a los de arriba".

De los 28 senadores que fijaron su postura ante el pleno, 18 de PRI, PAN y PRD lo hicieron en contra de la minuta y llamaron a sus compañeros a votar en conciencia y no avalar esa reforma a la Ley Federal de Radio y Televisión, y a la Ley Federal de Telecomunicaciones, a cambio de promesas de rentabilidad electoral que los consorcios no van a cumplir.

El senador del PAN Javier Corral Jurado apeló a los fundadores de su partido, como Manuel Gómez Morín, ''hombres íntegros e insobornables ante el poder económico y político". A su vez, Manuel Bartlett Díaz, del PRI, preguntó si hay alguna duda de que se trata de una ley impulsada por Televisa, y recalcó que si el miedo es de que los degüellen, "como al famoso gallo", en alusión a las palabras de un funcionario de la empresa de Emilio Azcárraga Jean, reproducidas en la revista Proceso.

También senador del PRI, Genaro Borrego resaltó que el contenido de la minuta "está en contra del México que queremos", porque "establece un grave precedente de sometimiento de la legitimidad representativa del Congreso a los intereses parciales de grupos económicos poderosos", y la concentración del poder es contraria al interés público.

Dulce María Sauri, con fina ironía, señaló que no quedará más opción que decidirse por una programación donde "mientras cantan y bailan por un sueño, no piensan dejar el privilegio de mandar". Su compañera de bancada Laura Alicia Garza Galindo aludió a la dictadura de la información; el perredista Raymundo Cárdenas hizo mención al ''Congreso del canal de las estrellas''.

Los 10 oradores que se manifestaron en favor de la minuta, entre ellos el presidente de la Comisión de Comunicaciones y Transportes, Héctor Osuna, y los prístas Emilio Gamboa y Erick Rubio, rechazaron que se propicie la concentración de frecuencias que ponga en riesgo de extinción a los medios públicos y las radiodifusoras comunitarias, que el órgano regulador siga siendo dependiente, pero no aceptaron debatir tales afirmaciones.

Reconocieron que la minuta tiene deficiencias, pero la estrategia fue sostener que todo se subsana en las iniciativas paralelas presentadas ayer. Fue un asunto que propició severas críticas, pero tampoco fueron respondidas.

Inclusive, el coordinador de los senadores del PAN, Héctor Larios, se negó a responder a Corral Jurado, quien trató de interpelarlo, cuando sostuvo que es falso que se favorezca la concentración o se regale el espacio radioeléctrico a las televisoras. Sin mencionarlo por su nombre, Larios descalificaba la mayor parte de las afirmaciones del chihuahuense, pero se negó a debatir con él. No fue la única ocasión en que se impidió ejercer su derecho de réplica al panista.

La siguiente fue cuando Felipe de Jesús Vicencio, al tratar de poner en claro "el engaño" que significan las iniciativas paralelas, relató que un "furibundo" defensor de la ley Televisa, en reunión interna de la bancada panista, sostuvo que debían impulsarla porque de esa forma se procuraría beneficiar a los de abajo, de manera similar a lo que se daría a los de arriba.

De inmediato, el perredista César Raúl Ojeda le pidió dar el nombre de quien había formulado tal señalamiento. Vicencio le dijo que no era relevante, pero Fernández de Cevallos exigió lo mismo y entonces reveló que se refería precisamente a él.

Fernández de Cevallos aprovechó entonces para ir a tribuna, donde advirtió que aceptaría interpelaciones, y aclaró que lo que dijo en aquella reunión es que si había críticas de que con la reforma se buscaba proteger a los de arriba, "entonces hagámosla paralela para que se proteja a los de abajo".

Con el saco roto, que no se cambió durante toda la sesión para dejar constancia de que "había sido agredido", Fernández de Cevallos advirtió que el debate no debía servir para señalar que el Senado está dividido ''entre valientes y cobardes, patriotas y filibusteros''. También señaló que si algo debe recordarse de Gómez Morín, que respetaba la opinión de los demás, y remató con que "nadie acusa sin pruebas, porque eso es de cobardes y de bribones".

Las alusiones para Corral y Vicencio eran obvias, y aunque éstos pidieron el uso de la palabra para contestarle, les fue negado. El presidente de la mesa, Enrique Jackson, respondió que después de terminar la lista de oradores, pero cuando ello se dio, el propio coordinador Larios pidió que se pasar a votación.

Tanto Corral como Vicencio exigieron su derecho de réplica, pero primero Fernández de Cevallos señaló que eso lo obligaría a él a responderles y el debate se alargaría. Jackson lo confirmó, y cuando Manuel Bartlett hizo notar que era una violación al reglamento, los priístas trataron de callarlo a él.

Mariano González Zarur, cercano a Jackson, le exigió a gritos "respetar a la mesa directiva", y como Bartlett persistía en su demanda, y le pidió a su vez que no le gritara, se acercó amenazante con el puño derecho en alto.

Fue un momento de gran tensión, y de no haber sido porque otro priísta, Joel Ayala, jaló a González Zarur, lo tomó de los hombros y lo hundió en su escaño, lo habría agredido. De todas formas le alcanzó a gritar: ¡Vas y chingas a tu madre! Bartlett no contestó al insulto; de inmediato se acercaron Dulce María Sauri, Emilio Gamboa y Carlos Chaurand para conciliar los ánimos, mientras González Zarur salía por un costado del salón de sesiones para fumar un cigarro.

Poco después se dio la votación, con la sorpresa de que había una asistencia de 125 senadores, lo que no se había visto en los casi seis años de las dos legislaturas anteriores, y es que tanto PRI como PAN hicieron todo lo posible por convocar a la mayoría de los integrantes de sus bancadas. No sorprendió la votación final, porque una anterior ya la habían ganado los promotores de la ley Televisa. Fue cuando el panista Vicencio propuso una moción suspensiva ya que, reveló, la minuta discutida ayer contiene cambios en relación con la que se envió de la Cámara de Diputados.

Cualquier cambio significaba regresar la reforma a San Lázaro, pero después de un breve receso, Jackson aseguró que no había cambio alguno. Vicencio documentó que sí, no son modificaciones de fondo, pero ahí están, son dos palabras, pero suficientes para que pueda presentarse un recurso de inconstitucionalidad.

''¿Por qué aceptamos ser cámara revisora que no revisa?, ¿por qué no enriquecer, ampliar y mejorar la minuta?, ¿por qué otros proyectos tan controvertidos, polémicos, no han tenido esta urgencia, este apremio?, éste, ¿tiene que salir así, a como dé lugar?'', preguntó el senador del PRI Genaro Borrego.

Igual cuestionamiento formularon una veintena de senadores. Borrego resumió también muchas de las preocupaciones que ayer se formularon y no obtuvieron respuesta. Resaltó que la radio y la televisión, y en general las telecomunicaciones, son un poder real, es decir, un poder que se siente y se hace sentir, que se nota, que es decisivo, que trasciende. Como cualquier otro poder real, insistió, no debe estar concentrado, porque en una democracia nadie debe tener poder concentrado, ni en el Estado ni en la economía ni en la sociedad.

El priísta destacó asimismo que la minuta que en esos momentos se discutía es contraria "al México que queremos" y un antídoto para la democracia.

Hay un enorme poder concentrado y no cualquier poder; ni más ni menos se trata del decisivo, determinante poder político, económico, y cultural de la televisión y en general de las telecomunicaciones. "Además, el contenido del proyecto de ley está orientado no a reducir, no a dividir, no a redistribuir ese poder, ya de por sí concentrado, sino a concentrarlo aún más y a darle más poder". Hizo notar que con la ley Televisa "México no será más democrático, por el contrario, será lastimosamente menos democrático y más injusto. Votaré en contra de la minuta porque estoy convencido que su contenido está en contra del México que queremos".

Su compañero de bancada, Raymundo Gómez Flores, formuló planteamientos similares, alertó también sobre el riesgo de la concentración de frecuencias radioeléctricas en unas cuantas manos, en las de quienes ya dominan el sector. Otra priista, Laura Alicia Garza Galindo, advirtió que en estos seis años de ejercicio legislativo en el Senado, han pasado muchos "tragos amargos", porque el gobierno del cambio una y otra vez "privatiza" ganancias, socializa pérdidas y propicia negocios privados con los bienes públicos.

A este país social y económicamente estrangulado, se le aplica la puntilla al robustecer los medios electrónicos, donde la información masiva servirá cada vez más para moldear la opinión pública al arbitrio de los deseos del nuevo dueño. Deploró que en la minuta se deje en el desamparo a los permisionarios independientes, al cerrarles la puerta para adquirir nuevas concesiones, condenándolos al atraso tecnológico y a la inminente desaparición.

Sin duda, insistió, esta es una de las pretensiones de la monopolización de los medios: acabar con las emisoras independientes. Si se aprueba la ley, "Canal 11, Canal 22, Radio Educación y el propio Imer y todas las radios y televisoras universitarias, estatales y las comunitarias, quedarán sin las condiciones básicas para cumplir con su importante función social".

Antes, Dulce María Sauri hizo una amplia exposición de todos los riesgos que implicaba aprobar la ley Televisa. Se refirió a la protesta del Imer un día antes y pidió que se reformara la minuta, porque tal como está debilita al poder del Estado para regular, ordenar y desarrollar el sector de telecomunicaciones, porque disminuye la capacidad del Estado para administrar un bien público, mantiene la discrecionalidad del Ejecutivo en el otorgamiento de concesiones, entre otras cosas.

El senador Manuel Bartlett dibujó luego las consecuencias políticas de ese "despropósito" que dará un dominio brutal a la televisión. Cuestionó a sus compañeros, les dijo que aprobar esa minuta abusiva los llevará a arrepentirse después, porque así como Televisa liquidó a un gobernador -Arturo Montiel-, pese a que le había pagado mil millones de pesos en publicidad, eso hará con todos los demás según les convenga.

"¿Vamos a votar para que sean todavía más fuertes? ¿Nos vamos a poner de rodillas porque beneficia a nuestros candidatos? ¡No lo hagan, eso es suicida! Será el dinero el que domine en la política, recuerden que no se respeta a quien no se hace respetar, al que se agacha, al que se atemoriza. Les preguntó si tienen miedo de que los degüellen como al famoso gallo".

Luego, el panista Javier Corral Jurado abundó en el tema; a sus compañeros de partido les pidió actuar conforme a la doctrina de Acción Nacional y al ejemplo de fundadores de ese partido, de hombres íntegros e insobornables ante el poder económico y político.

"Nunca antes se habían visto semejantes concesiones a los nuevos amos del país, que son los dueños de los dos principales consorcios televisivos." Hizo notar que hoy se les dice que no se pueden ganar las elecciones sin el favor de Televisa y que sería peor si se enfrentan a ese poder inmoral, que es capaz de utilizar la pantalla de la televisión, concesionada por el Estado, para amedrentar a los legisladores que están en desacuerdo con su proyecto de ley.

Aunque los defensores a ultranza de la reforma reconocen que se trata de una minuta insuficiente, débil, ambigua, que incluso han calificado de timorata y mezquina, "se nos dice que no hay que hacerle cambio alguno, porque políticamente no es momento oportuno de enfrentarnos a los poderosos, sino de ser sus rehenes desde ahora. Esa falta de visión de futuro hace que los poderes fácticos aprovechen la coyuntura electoral".

Hizo notar que la minuta asegura el dominio futuro sobre las redes públicas de telecomunicaciones y sobre el espectro de radiodifusión a Televisa, Tv Azteca y Teléfonos de México, y provoca desincentivos a la competencia de otros prestadores de servicios en ambos sectores. Voten en contra, pidió a sus compañeros, porque las televisoras no les van a cumplir.

Del lado del PRD, Raymundo Cárdenas pidió no provocar el surgimiento del México bronco; César Raúl Ojeda resaltó la gravedad de no tomar en cuenta que la Comisión Federal de Competencia (Cofeco) alertara sobre la forma en que se violenta el artículo 28 constitucional, que la Cofetel advirtiera que no se asegura la rectoría del Estado ni se fortalece al órgano regulador, ni tampoco la opinión contraria del Instituto Federal Electoral.

Jesús Ortega, en tanto, aludió al riesgo de abrir camino a poderes fácticos para que se pongan por encima de los poderes del Estado.

De los 10 oradores que hablaron en favor de la minuta, parecía que todos llevaban un guión, ya que repitieron lo que en principio destacó el panista Osuna al asegurar que la ley constituye un avance sustancial en relación con una legislación que data de hace más de 40 años, ya que fortalece al órgano regulador de la industria, establece requisitos para la inamovilidad temporal de sus miembros a fin de darles transexenalidad y da un impulso a las políticas públicas para la digitalización.

Erick Rubio dijo que el avance innegable es que el otorgamiento de concesiones ya no queda en manos de una persona y de sus caprichos políticos, como acontecía hasta ahora en que esa facultad sólo recaía en el Presidente de la República.

El PAN mandó a Fauzi Hamdan, artífice del Fobaproa, para que defendiera la minuta ante las muchas críticas y cuestionamientos de los opositores. El también repitió que ya no habrá discrecionalidad en el otorgamiento de las concesiones y se pronunció en contra de la "airada e iracunda embestida en contra de las televisoras". Después se salió varias horas y se le vio fumando y bebiendo en el restaurante Los Girasoles. Sólo regresó para la votación final de 81 a favor, 40 en contra y 4 abstenciones.

Una vez aprobada en lo general, se dio otra discusión en lo particular, ya que los opositores se reservaron 41 de 46 artículos que contienen las dos leyes. Todas las propuestas de modificación fueron rechazadas una a una, pese a los argumentos sólidos de una veintena de senadores.

Al cierre de esta edición, se tenía previsto votar la iniciativa paralela presentada al inicio de la sesión, con la que se pretende "lavar la cara" al Senado.

 
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