Usted está aquí: domingo 9 de abril de 2006 Política Sí es posible bajar las tarifas eléctricas

Laura Alicia Garza Galindo

Sí es posible bajar las tarifas eléctricas

Claro que es posible bajar las tarifas eléctricas, propuesta de algunos de los candidatos presidenciales. Se requiere sólo de tener oídos sordos a los lloriqueos foxianos y bien puestos los pantalones. Sería una solución justiciera regresar al pueblo lo que de él es, incluyendo a los mexicanos que han visto lesionadas sus empresas y por tanto la generación de empleo. La falta de compromiso del Ejecutivo en esto ha sido ostensible: desde que llegó al poder se dedicó a aumentar las tarifas eléctricas de manera constante: el incremento acumulado a la fecha es de 78 por ciento, con lo cual los más de 20 millones de usuarios, que en 2001 pagaban en promedio 58 centavos por cada kilovatio-hora, terminarán pagando, para finales de 2006, un peso con tres centavos.

El proceso de encarecer la electricidad fue para provocar malestar social en contra de la CFE, para hacerla aparecer como una entidad ineficiente y así convencernos de que es preferible que las "muy capaces" empresas extranjeras son la mejor opción para brindar este servicio, como si ignoráramos los casos en los que éstas, ya dueñas del mercado eléctrico, luego se aplican sólo a elevar el precio de la energía, condicionando la prestación del servicio; sólo recuerde los casos de California y de Argentina. Menudo descaro: promover la privatización furtiva e ilegal y acrecentar las ganancias de los particulares en detrimento del patrimonio nacional y de los consumidores.

Lo cierto es que, hasta hoy, la participación privada en la generación de electricidad no ha representado ninguna ventaja para la nación. Así que, esperando que Roberto Madrazo las considere, hago las siguientes propuestas:

Imposible transigir con la absurda pretensión foxiana de trascender al próximo sexenio. Entre otros, el debate de las costosas tarifas eléctricas, que no han representado ventajas para el país, debe enmarcarse en el proyecto estratégico de lo que queremos para la nación, porque el de Fox no nos beneficia. De manera tal que ganada la elección e iniciado el periodo de transición, será indispensable que la paraestatal transparente tanto la oferta como la demanda real de energía eléctrica, misma que deberá proyectarse contra las tasas de crecimiento que pretenda obtener la próxima administración.

La primera medida para lograr que las tarifas eléctricas bajen es terminar con el mito de que las empresas privadas serían la solución a los problemas energéticos del país, por lo que se debe impedir que se continúe incrementando el mercado paralelo de generadores privados, poniendo un freno a los permisos que otorga la Comisión Reguladora de Energía bajo las figuras de autoconsumo y productor independiente. Con esta sola medida se lograrían grandes ahorros y se detendría el daño patrimonial, ya que la paraestatal dejaría de firmar contratos inconstitucionales y abusivos, en donde se le obliga a comprar toda la electricidad que generen, se demande o no, lo que deriva en que la CFE saque de operación sus propias plantas, no obstante sus menores costos de producción, problema que se agudiza ya que el margen de reserva es muy amplio, superior a 45 por ciento, lo que repercute en el incremento de costos, endeudamiento y las consecutivas alzas en las tarifas eléctricas.

Como si esto fuera poco, la CFE tiene además la obligación de suministrarles el gas que necesiten a un costo de cobertura menor al precio internacional, con lo que los generadores privados evitan el riesgo de aumentos en el precio del combustible. Buscando que los privados no pierdan en ningún sentido, se le ha fincado a CFE una gran deuda, que ha pasado de 101 mil millones de pesos en 2001, a más de 183 mil millones de pesos al cierre de 2005. Fox deja al próximo gobierno un grave problema y su propuesta es que se continúe con la política de incrementar las tarifas eléctricas y que el consumidor pague los costos.

Otra forma de abatir las tarifas es diversificando el insumo que se utiliza para generar la electricidad, porque al privilegiar a los generadores privados con plantas que sólo consumen gas natural se incrementó su demanda, encareciéndolo y poniendo en riesgo la seguridad del abasto. Así que, para lograr que las tarifas bajen, se requiere generar energía barata, a partir de combustibles con costos menores que el gas, como son el carbón, el coque o el combustóleo, y rescatar las plantas que han sido consideradas obsoletas, sin estar en esa condición. Pero la electricidad más barata se puede generar a partir de la cogeneración que CFE realice aprovechando directamente el vapor de los procesos industriales de Pemex; es el negocio más rentable, que infortunadamente en este sexenio se prefirió entregar a los particulares para que ellos cogeneren la energía que venderán a CFE y a Pemex, al costo que quieran, con lo que se perdió la oportunidad de atender las necesidades de quienes no pueden pagar tarifas elevadas. Habrá que rescatar, pues, el esquema para que sean Pemex y CFE quienes cogeneren electricidad.

Reducir las tarifas eléctricas es una medida de equidad y justicia; se trata de bajar el costo a las empresas para que sean más competitivas y también de permitir a las familias que mejoren su calidad de vida. No se debe dejar a la sociedad a expensas de un mercado monopólico, que en muchas partes del mundo ha especulado con la oferta para provocar desabasto e incrementar las tarifas. Se trata, en síntesis, de que el Estado reasuma la rectoría energética.

 
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