Usted está aquí: sábado 15 de abril de 2006 Sociedad y Justicia Alaska, la más expuesta a la gripe aviar en Norteamérica

Prepara el gobierno estadunidense medidas preventivas

Alaska, la más expuesta a la gripe aviar en Norteamérica

REUTERS

Anchorage, Alaska, 13 de abril. Los nativos de Alaska probablemente serán los habitantes norteamericanos con mayor exposición a la gripe aviar, debido a que su alimentación depende de las aves que emigran desde Asia, dijo un experto en salud.

El estado de Alaska es un probable punto de entrada para la cepa H5N1 del virus de la gripe aviar, debido a que está ubicado en la ruta de las aves acuáticas silvestres que emigran desde y para Asia.

Los nativos de Alaska seguramente entrarán en contacto con gansos y patos infectados, pero las recomendaciones gubernamentales, como lavarse las manos al tocar las aves cazadas, hacen muy poco sentido para personas que viven y trabajan en un ambiente salvaje.

"No conozco a nadie en ninguna de las aldeas que posea guantes de goma en sus atuendos de caza, o limpiador de manos", dijo Patricia Cochran, directora ejecutiva de la Alaska Native Science Comission, durante una cumbre sobre la gripe aviar organizada por agencias federales y estatales de Estados Unidos.

Los indígenas esquimales, indios y aleutianos, que comprenden cerca de 16 por ciento de la población de Alaska, tradicionalmente obtienen sus alimentos por medio de la caza.

Los temores sobre la gripe aviar son fuertes entre la población del estado, debido a los recuerdos de la pandemia de gripe española.

Entre 75 mil y 100 mil aves silvestres serán examinadas en Estados Unidos para detectar la presencia del virus H5N1, y la mayoría de los esfuerzos serán concentrados en Alaska, dijo Alex Azar, vicesecretario del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos.

El virus de la gripe aviar, que ha provocado la muerte de al menos 109 personas en todo el mundo, se ha propagado de Asia a Europa, Oriente Medio y Africa desde 2003. Funcionarios sanitarios resaltaron que, de cualquier manera, es difícil que el virus se propague de aves a humanos, y mucho más difícil aún que lo haga de persona a persona.

"No debe ser una causa de pánico. No debe ser una causa para que las personas dejen de cazar (...) ni para que dejen de comer carne de ave", dijo Azar.

 
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