Usted está aquí: domingo 16 de abril de 2006 Opinión El Correo Ilustrado

El Correo Ilustrado

Reflexión sobre el PAN y los intelectuales

Querida Carmen: Una carta de Elizabeth Jiménez a Julio Hernández López me hizo reflexionar sobre los intelectuales en México. ¿Con quiénes cuenta la ultraderecha mexicana? Después de José Vasconcelos en su época fascista y de Jesús Guisa y Azevedo (ambos fallecidos en 1959 y en 1986, respectivamente), los derechistas y ultraderechistas se quedaron sin intelectuales. ¿Será porque la condición para ser intelectual es pensar? ¿Será porque los del PAN expulsaron a quienes defendían una ideología que llamaban doctrina? ¿Por qué será? Es una lástima que no tengan a alguien con quien medirnos o mantener un debate de ideas. Ni siquiera con tanto dinero que manejan han podido comprar a un intelectual, pasarlo a su lado. Es sintomático.

Saludos afectuosos.

Octavio Rodríguez Araujo.


Indignación en Brasil por encarcelamiento de Fernando Valdés

Señora directora: Nos llegó la información de que el editor Fernando Valdés ya rebasó seis meses de estar encarcelado. Quiero manifestar mi profunda sorpresa e indignación ante este hecho de clara violación de los derechos humanos. Lo hago en mi calidad de periodista con 50 años de ejercicio profesional, que ya tuvo responsabilidad editorial en importantes medios en varios países latinoamericanos y que hoy preside el consejo directivo de una entidad de ámbito nacional de defensa de los derechos de autor de los periodistas brasileños. Mi sorpresa resulta de la flagrante violación del sagrado principio de justicia, que es el de la presunción de inocencia que se practica con la arbitraria prisión de Fernando Valdés. Arbitraria, porque no se le imputó judicialmente ninguna culpa de haber cometido acto delictuoso y porque se le ha negado el elemental derecho de defensa. La lectura de los autos y de los argumentos presentados por Valdés muestran claramente que se trata de una querella que debe ser apreciada a la luz del derecho de autor. México y Brasil son signatarios de convenios internacionales y poseen legislación semejante en lo que concierne a los derechos de autor. De acuerdo con esa legislación y con los contratos que la editorial Plaza y Valdés tiene firmados con la querellante, no está configurada ninguna violación de esos derechos. Hay que externar indignación ante el hecho de que se mete a la cárcel acusado de crimen común sin prueba alguna y sin derecho de defensa a un ciudadano de reputación irreprochable. Fernando Valdés tiene dirección conocida, sea la de su residencia, donde vive con su familia, sea la de su editorial, un punto de referencia en la vida cultural de la ciudad de México. Más grave es la injusticia cuando lo dejan entre criminales, poniendo en riesgo su propia vida, y que han transcurrido más de seis meses, sin duda una amenaza a la supervivencia de su empresa editorial, lo que sería un daño irreparable a la cultura mexicana. No se puede uno abstraer cuando se mira la situación impuesta a Valdés, a su trayectoria como intelectual, editor y promotor cultural de proyección internacional. Y eso nos hace indagar si no es válido pensar que lo han transformado en chivo expiatorio de la incapacidad del Estado actual en contra de los grandes que verdaderamente comandan los ilícitos, sea de piratería, sea de tráfico de drogas, de todo orden.

Paulo Cannabrava Filho
Presidente del Consejo de la Asociación Brasileña de Protección a la Propiedad Intelectual de los Periodistas.


Aclaran información sobre el padrón electoral

Señora directora: En relación con la columna Dinero, de Enrique Galván Ochoa, donde la CP. Luz Elena Suárez Martínez se refiere al Padrón Electoral y su actualización, me permito hacer las siguientes precisiones:

1. Es responsabilidad de la Dirección Ejecutiva del Registro Federal de Electores del IFE velar que los procedimientos para dar de baja del padrón electoral a los ciudadanos fallecidos se cumplan con cabalidad y estricto apego a la Constitución y a la ley en materia electoral.

2. En el caso que menciona la columna, cuyo nombre en vida se omite, y que refiere a una mujer fallecida hace seis años y que sigue apareciendo en los listados nominales, es probable (y la formulación especulativa se hace en función de que no se proporcionan datos específicos de la persona fall ecida) que no se hayan satisfecho los requisitos legales de modo fehaciente que permita al Registro Federal de Electores proceder a realizar la baja del padrón.

3. Es preciso recordar que la institución del padrón electoral se conforma a partir de la buena fe de la información que proporciona cada ciudadano, a fin de que se le expida la credencial para votar respectiva. En ese sentido, ocurre en ocasiones que los nombres asentados en las actas del Registro Civil (de nacimiento y defunción) no siempre son coincidentes con lo asentado en la credencial de elector.

4. En esa virtud, siguiendo este catálogo de supuestos (existen otras variables), el Registro Federal de Electores ha optado por asumir la existencia en su base de datos de registros de ciudadanos fallecidos a correr el riesgo real de negar de facto a un ciudadano su derecho a votar.

5. Asimismo, es importante subrayar que por la existencia de mecanismos de revisión y supervisión del Padrón Electoral, por parte de autoridades, partidos y ciudadanos, antes y durante el desarrollo de la jornada electoral, es prácticamente imposible que los "muertos voten", como señala el columnista. Para que un ciudadano vote es necesario que exista una triple concordancia entre el rostro del ciudadano, la fotografía de la credencial y la imagen impresa en las listas nominales. También es importante señalar el procedimiento en la casilla electoral, que consiste en el marcaje con tinta indeleble en el pulgar del sufragante, que tiene como efecto adicional evitar la posible suplantación de un ciudadano fallecido.

6. Por último, me permito señalar, en forma categórica, que desde la creación del actual Padrón Electoral, no se tiene ningún caso comprobado de sustitución de un ciudadano muerto por uno vivo que haya sufragado.

Sin más por el momento, le solicito la publicación de esta carta.

Atentamente

>Dr. Alberto Alonso y Coria
Director Ejecutivo del Registro Federal de Electores

(En su columna Domingo de hoy -página 6-, Enrique Galván Ochoa responde esta carta.)

 
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