Usted está aquí: domingo 16 de abril de 2006 Economía Plantea experto restructurar el sector eléctrico sin privatizarlo

El director de Seguridad Nuclear sugiere empresariar a las paraestatales del rubro

Plantea experto restructurar el sector eléctrico sin privatizarlo

Advierte que el control intervencionista del Estado implica una operación ineficaz e ineficiente

Cuestiona que la decisión de financiar la expansión mediante Pidiregas la tomen las secretarías

ISRAEL RODRIGUEZ J.

Ampliar la imagen Niños juegan en una torre de alta tensión en El Alto, Bolivia Foto: Ap

Juan Eibenschutz Hartman, director general de la Comisión Nacional de Seguridad Nuclear y Salvaguardas (CNSNS), reconoció que es necesario restructurar el sector eléctrico en México, pero consideró que esto no implica necesariamente su privatización. Lo importante es "empresariar" a las paraestatales, es decir, arreglar la estructura para que la o las empresas del sector eléctrico sean mesurables en sus resultados y cuenten para ello con libertad de gestión.

En un amplio análisis titulado El sector eléctrico mexicano, ¿paradigma de la industria paraestatal?, difundido en el último número de la publicación especializada EconomíaUNAM, el funcionario aseguró que el control intervencionista que ejerce el Estado garantiza la operación ineficaz e ineficiente del sector.

Eibenschutz Hartman, quien fuera subdirector de Distribución y Comercialización de Luz y Fuerza del Centro, se manifestó en favor de que la Comisión Federal de Electricidad cuente con autonomía de gestión.

"Si CFE operase como empresa, el director general tendría todas las facultades para negociar su responsabilidad (metas, incluyendo tarifas y subsidios explícitos) con el consejo, y contaría con toda la autoridad de operación, esto es, para ejercer los recursos determinados en función de las metas comprometidas".

Dada la situación real, explica, la administración asume ante la opinión pública el compromiso de satisfacer las metas propuestas, pero al estar sujeta a las autorizaciones de las secretarías de Energía, Hacienda, Trabajo , etcétera -las cuales de hecho intervienen en su gestión-, hace frente a los reclamos (tarifas elevadas, apagones, retrasos en pagos a proveedores) porque de esta manera paga el precio político de su posición. Esto se traduce automáticamente en la posibilidad de convencer en lugar de demostrar.

Por ejemplo, la decisión de financiar la expansión del sector mediante los Proyectos de Inversión con Impacto Diferido en el Registro de Gasto (Pidiregas) no es de la administración del sector, sino que es impuesta por las secretarías controladoras, aunque se traduce en costos de financiamiento muy superiores a los del Estado.

Esto es que, a fin de limitar la deuda pública, se recurre a financiamientos más costosos, y por ende las cuentas del sector se vuelven insignificantes a la hora de medir los resultados.

El director general de la CNSNS señaló que si esto se evalúa a nivel del país, posiblemente resulte justificado porque ser pobre es muy caro y el Estado mexicano es pobre. Pero a nivel de la CFE es discutible. "En efecto, como las finanzas sectoriales se manejan con criterios globales derivados del interés nacional, la empresa tiene ratings que no corresponden a su realidad, lo que le limita el acceso a los mercados financieros por sus propios méritos".

Volviendo a los conceptos de "sistemas de organización", los Pidiregas se reflejan realmente en las finanzas públicas y no en las sectoriales, cuya implicación práctica es que la medición de resultados resulta virtual. "Quiebra el Estado, no la empresa".

El funcionario reconoce que durante la evolución de la CFE se han realizado diversos cambios en la organización, varios de ellos con el apoyo de consultores externos; sin embargo, no puede afirmarse que los sistemas de ingeniería estén en los niveles deseables.

Evidencias de esto son, por ejemplo, la reorientación hacia los esquemas de arrendamiento para la construcción de nuevas plantas que ha ocasionado una supeditación de las áreas técnicas ante la nueva autoridad adquirida por el área financiera.

Además, la plantilla de ingenieros sufrió una reducción entre los más competentes debido a los sueldos de la CFE, las condiciones relativamente favorables para el retiro voluntario y mejores circunstancias del mercado de trabajo en la iniciativa privada.

Asimismo, la experiencia adquirida de los ingenieros no se transfiere entre colegas y grupos, en general, se queda en los individuos que si bien pueden ser muy competentes, la experiencia institucional es pobre.

 
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