La medida, tras los asesinatos de 8 mujeres en la zona
Habitantes de Chimalhuacán se organizan para detener maleantes
Ampliar la imagen
Vecinos de Los Olivos, municipio de Chimalhuacán, muestran el puente que cruza hacia Nezahualcóyotl, el cual se ha vuelto inseguro para las jóvenes que viven en esta zona
Foto: René Ramón
Chimalhuacan, Méx., 17 abril. La mañana del 28 de febrero, cuando Laurencio Gaona Sánchez salió de su vivienda a comprar leche y en el camino encontró el almuerzo de su hija, creyó que ésta lo había dejado caer al tratar de alcanzar el vehículo que la llevaría a su centro de trabajo.
La realidad es que Diana Nayeli Gaona Ponciano, de 24 años, fue secuestrada a 70 metros de su domicilio, en la calle de Ebano, del fraccionamiento Los Olivos, y después asesinada por un presunto homicida serial de Chimalhuacán.
Gaona Ponciano es una de las siete mujeres asesinadas en los últimos ocho meses en esta localidad. A cinco de las víctimas las estrangularon en condiciones similares y a las otras dos las descuartizaron.
De las siete víctimas de entre 14 y 24 años, cinco desaparecieron entre las cinco y las seis de la mañana. Los dos cuerpos mutilados fueron arrojados al canal La Compañía, uno apenas el domingo pasado.
Vecinos del fraccionamiento Los Olivos (donde se encontró uno de los cuerpos mutilados) se organizaron para exigir a la Procuraduría General de la República (PGR) que atraiga las investigaciones.
El padre de la antepenúltima víctima del o los asesinos que operan en la franja del bordo de Xochiacarelató que la noche del 28 de febrero una compañera de trabajo de su hija le informó que Diana Nayeli no había ido a trabajar.
Dijo que luego de recorrer durante tres horas los módulos de vigilancia policiaca y otros centros de emergencia en los municipios de Nezahualcóyotl y Chimalhuacán encontraron el cuerpo de la joven que desapareció a las seis de la mañana en el fraccionamiento Los Olivos.
Este barrio, ubicado a un costado del canal La Compañía, en los límites con la colonia La Esperanza de Ciudad Nezahualcóyotl, se ha convertido en uno de los más peligrosos de la zona.
Cerca de ese fraccionamiento, en el caudal de aguas negras, hace unos días vecinos hallaron extremidades de Marlenne Natalia Pérez Villafuerte, estudiante de pedagogía.
Salomón González Gutiérrez, vecino del lugar, quien hace más de 15 años construyó un módulo de seguridad en la calle Jacarandas, donde la gente encerraba a los delincuentes que detenía, señaló que es momento de reactivar el movimiento vecinal.
Sin embargo, los colonos aclararon que no cometerán ''una atrocidad'' como la ocurrida en San Juan Ixtayopan, en la delegación Tláhuac del Distrito Federal, ''aunque sí vamos a detener a cualquier delincuente que se aparezca en la comunidad y lo vamos a juzgar''.
El abogado Alejandro Núñez Mercado dijo que la PGR difícilmente podría atraer las investigaciones, ya que cinco de las siete víctimas murieron por asfixia y las demás fueron descuartizadas.
Explicó que el artículo 10 del Código Federal de Procedimientos Penales indica que las autoridades federales sólo pueden intervenir cuando alguien porta o usa armas de fuego de uso exclusivo de las fuerzas armadas.
La única vía, comentó el especialista, es sostener que en Chimalhuacán ocurren feminicidios como los de Chihuahua. Para ello se puede argumentar que varios asesinatos tienen características similares.