Usted está aquí: sábado 22 de abril de 2006 Capital Concurrido festejo del Día del Niño en el albergue de la procuraduría

Los 132 pequeños anfitriones recibieron a 450 invitados de otras casas hogares

Concurrido festejo del Día del Niño en el albergue de la procuraduría

También acudieron al convivio parejas que ahí obtuvieron un menor en adopción

AGUSTIN SALGADO

Ampliar la imagen Una pequeña participa en las actividades recreativas organizadas por adelantado en el albergue temporal de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal con motivo del Día del Niño Foto: Agustín Salgado

No es lástima, tampoco un acto de justicia. Se trata de cariño, y prueba de ello es que las parejas que adoptaron a un menor expósito -pequeños que fueron abandonados por los padres biológicos- regresaron al albergue de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) para festejar el Día del Niño.

Ayer fue día de tregua y con ello se abrió un espacio lúdico en el que los menores lograron "soñar de nuevo". Celebración adelantada, en la que 582 menores compartieron espacio e historias de vida. Las circunstancias que los hizo coincidir fueron los sucesos de violencia y desamparo que traen consigo.

Los anfitriones abrieron temprano el portón principal de su albergue. Los 132 niños que actualmente viven en el albergue temporal de la PGJDF fueron "los de casa", pero sin duda la próxima semana jugarán el papel de invitados.

Dispusieron de una feria en la que todos los esparcimientos tenían algo de didáctico. Hubo también payasos, cantantes y bomberos. Y a la hora de la comida surgieron los tacos al pastor y el agua de jamaica.

Por lo menos ayer, las historias de ultraje y abandono no tenían razón de ser contadas.

Además de los 450 niños provenientes de otras casas hogares, por la puerta de cristal del albergue pasaron los padres adoptivos. Sonrientes y en pareja, todos ellos accedieron a relatar la manera como "se hicieron" de una familia, que si bien no es biológica es "fruto del cariño" forjado.

"Hace más de dos años que la adoptamos. Se llama Ana Lucía. Nosotros no buscamos otra alternativa. Unos amigos nos dijeron de los menores expósitos y quisimos a uno de ellos. Ahora ya la tenemos y nuestra vida cambió radicalmente", expresó Jorge, con Ana Lucía en brazos.

Uno de los casos más recientes de niños abandonados en la ciudad de México sucedió en una colonia de la periferia: un varón de siete días de nacido fue encontrado sobre el toldo de un automóvil.

Ajenos a las entrevistas y a la presencia de los funcionarios, los menores se dedicaron a divertirse.

Escucharon las canciones, jugaron a la lotería de los derechos de los niños y las niñas y se dieron tiempo de tomarse una fotografía en el carro de bomberos que fue trasladado al lugar. "Es un camión de verdad, con sus mangueras y todo; es más, hasta el casco y el uniforme nos prestaron", dijo emocionado un pequeño.

"Se llama Andrea. La recibimos de siete meses. Fuimos a otras instancias pero era largo y engorroso el trámite. Poco serio, nada profesional. Sabíamos del albergue de la procuraduría porque mi madre trabajó aquí y me había comentado.

"A todos nos cuentan las circunstancias en que son encontrados pero nosotros no queremos a la niña por lástima o por pena. La queremos por ella misma, porque es un ser humano que tenía la necesidad de tener padres y nosotros teníamos la necesidad de tener un hijo.

"La historia en lo personal la queremos olvidar. Andrea va a saber que fue adoptada, pero no precisamente las condiciones que se dieron antes", dijo Nadia, escuchada por su esposo Eduardo, en tanto que una trabajadora del albergue cargaba a la menor que apenas hace nueve días se fue a vivir con sus nuevos padres.

Al igual que el año pasado, a los dulces y juegos se sumó un espectáculo de leones marinos.

A los lactantes se les destinó un espacio en el festejo. Comieron sentados en sillas de madera y uniformados con baberos de cuadros azules y blancos.

La directora general del albergue, Lorena González Reyna, pidió promover un "espíritu de comprensión, igualdad y tolerancia", que logre que los niños y niñas "conozcan y ejerzan sus derechos".

En espera de la custodia

Para Araceli el próximo viernes 28 de abril será un día trascendente: ella y su esposo acudirán a una audiencia judicial en la que se determinará si les entregan la custodia de Mateo, quien acaba de cumplir nueve meses de edad.

Ella asegura ya haber cumplido todos los requisitos y poseer el visto bueno de las autoridades de la procuraduría. "No hay razón ni motivo para que me lo nieguen. No quiero saber cómo llegó aquí, ni por qué lo abandonaron. Lo único que deseo es ya tenerlo en nuestra casa".

 
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