Usted está aquí: miércoles 26 de abril de 2006 Opinión Diez ideas acerca del papel de los testigos

Arnoldo Kraus

Diez ideas acerca del papel de los testigos

En todos los tiempos, los testigos y sus testimonios han sido piezas fundamentales para contrarrestar el peso de la ignominia y para alertar contra la interminable capacidad del Mal. Los testigos han caminado por diversas rutas: desde fungir como "observadores pequeños" hasta convertirse en piezas esenciales para atrapar y castigar a los verdugos. Es imposible pensar que algún día desaparecerán los testigos porque es imposible imaginar un mundo sin odio o una humanidad que no necesite de la violencia para poder subsistir.

La gramática de los testigos reúne incontables vivencias y gira en torno a tres palabras claves: yo, tú, ellos. Yo-tú-ellos, ellos-tú-yo, tú-yo-ellos son tres de los posibles juegos, dentro de una miríada de combinaciones, donde los testigos juegan diferentes papeles. Yo como responsable de mí y de ti, yo como extensión de tú. Yo y tú como sinónimo de ellos, ya sea en su papel de verdugos o de víctimas. Ellos como la suma de lo que sucede por las in-teracciones positivas entre yo y tú o por el silencio que deviene complicidad.

Cimental en la gramática de los testigos es que uno puede o debe convertirse en otro por mirar lo que sucede o seguir siendo sólo yo por no querer observar lo que ocurre. Yo me convierto en tú, y ambos en las víctimas -en ellos-, podría ser la síntesis de ese juego de palabras y corolario del ejercicio de la responsabilidad hacia los otros y de la obligación de denunciar cuando la verdad es necesidad.

Comparto 10 observaciones acerca de las razones por las cuales los testigos son agentes imprescindibles:

1. Los testigos representan una mezcla de ideas. En algunos de los diccionarios de la lengua española el término testigo incluye 13 acepciones. Las palabras: persona, piedras, metal, vías de comunicación, tierra, testículo, papel, carreras de relevos, cuerda y testimonio dan cuerpo del amplio y abigarrado mundo de los testigos.

2. Los testigos son voces indispensables. Después de haber observado, y de haber sido víctimas de injusticias y otros sinsabores, sus legados sirven para alertar contra la maquinaria del Mal. Sus testimonios son vitales para entender algunas de las actitudes del ser humano.

3. Mientras la labor de los testigos es recordar, la de los verdugos es borrar. En un mundo plagado de iniquidades su voz es factor imprescindible para dar peso a la razón, a la ética, a la libertad y a otros valores similares.

4. La voz de los testigos es una especie de resistencia a la barbarie. Su mirada previene no sólo contra los excesos de quienes ostentan el poder, sino contra el silencio, cuya sinonimia es complicidad.

5. Los testigos son fundamentales para explicar la necesidad de violencia que cohabita con los seres humanos.

6. Son también fundamentales para entender el significado de términos como compromiso o responsabilidad.

7. Los juegos de palabras, al hablar de la memoria, como "ni perdón ni olvido" o "justicia y venganza", adquieren diversos sentidos cuando quien habla es el testigo. Su visión y su crítica contribuyen a evitar que los verdugos cumplan su misión: suprimir la memoria.

8. Los testigos, por medio de sus testimonios, dignifican a los desaparecidos y les devuelven "un poco", a ellos y a los deudos, su condición humana. Contribuyen a enaltecer el valor de la memoria.

9. La voz de los testigos obliga a quien los escucha a repasar el pasado para entender el presente. Su análisis ata ambos tiempos e invita a contextualizar la reflexión del presente con la realidad del pasado. Quizás así se impida que los sucesos negativos se repitan sin cesar.

10. Los testigos habitan en todas las latitudes y viven en todos los tiempos. Su presencia es una denuncia permanente contra las estadísticas, contra las torturas, contra las mentiras, contra los crímenes de Estado y contra un larguísimo etcétera. Los niños y niñas en situación de la calle, los refugiados, los supervivientes de las matanzas en Ruanda son seres indispensables.

No es el azar lo que hace que los testigos representen un universo inmenso. Es la necesidad de justicia lo que los convierte en seres imprescindibles. Oscilan desde las personas que a través de sus vidas ofrecen testimonios hasta los trozos de papel que se dejan sin cortar al pie de una hoja para que acuse el tamaño original de los pliegos, hasta los condenados a trabajos forzados en Siberia, que se cortaban un dedo y lo amarraban a los troncos de los árboles que flotaban por los ríos.

 
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