Usted está aquí: jueves 27 de abril de 2006 Opinión Las verdaderas ausencias

Javier Flores

Las verdaderas ausencias

En el debate entre cuatro de cinco aspirantes a la Presidencia de la República realizado el martes, las verdaderas ausencias fueron los temas centrales para el desarrollo de México: la educación, la ciencia y la tecnología.

El debate fue largo, aburrido y decepcionante. Muestra el bajísimo nivel de los partidos políticos para imaginar y entender al país que pretenden gobernar. Sombras, nubes negras se asoman a nuestro futuro.

En el campo de la educación los políticos no atinan a entender cuáles son los verdaderos deseos de los mexicanos, a pesar de mostrarse dispuestos a prometer lo que sea, con tal de ganar votos. Todas las familias, sean ricas, de clase media o extremadamente pobres, desean un futuro mejor para sus hijos; y todas sin excepción, entienden que el camino para ello es proporcionarles la mejor educación posible.

Si el tema de la formación en los niveles básico y medio superior fue pasado por alto, la educación superior ni siquiera pasó por sus cabezas, aunque la más llamativa de ellas (de las cabezas) fue mostrada en una fotografía, tan repulsiva como quien la exhibió.

Parte del atraso y el drama que vive México está representado por millones de jóvenes que no tienen acceso a la educación, a las preparatorias y las universidades. Talentos desperdiciados. Algunas personas piensan que no tiene objeto educar a los jóvenes, si no se puede garantizar después una ocupación para ellos. ¡Es una falacia! Equivale a pensar que es preferible tener ejércitos de desempleados... que sean además ignorantes. Como lo muestra la experiencia mundial, las personas con elevados índices de educación y capacitación constituyen una presión positiva sobre el mercado de trabajo. Cuentan además con mayores herramientas para abrirse camino en un panorama cada vez más competitivo. A diferencia de nuestros políticos, eso se sabe en cualquier familia.

Muchos nos preguntamos cómo se podrán enfrentar los desafíos que representa el desarrollo social, el combate a la pobreza, o una política laboral, temas explícitos en el debate, sin una idea clara de cómo ampliar las oportunidades en la educación. También, cómo emprender una política energética, o para un desarrollo sustentable, sin el concurso de la ciencia y la tecnología.

Los candidatos no tienen idea, no sólo del país en el que viven, sino además de las exigencias del mundo en este siglo. La ciencia y la tecnología no solamente son factores clave para el desarrollo económico de las naciones, como generalmente se acepta, además están cambiando la propia naturaleza humana.

Con la omisión de la educación, la ciencia y la tecnología, los candidatos que participaron en el debate nos están anunciando un futuro en el que privarán el atraso, la ignorancia, la pobreza, la dependencia del extranjero y la marginación de México de las transformaciones cada vez más sorprendentes creadas por el conocimiento humano.

Voten por ellos. Yo no.

 
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