Utiliza calor para "asar" los tumores y acabarlos
Fanático del futbol crea tratamiento contra el cáncer
Philippe Pereira dejó el deporte por la medicina
Tubinga, 4 de mayo. Philippe Pereira, de 46 años, se relaciona con el futbol en su trabajo sólo cuando trata a pacientes alcohólicos, fanáticos del balompié, que sufren cáncer de hígado. Las cosas eran distintas hace 30 años, cuando él mismo se disponía a iniciar su carrera en el futbol profesional. "Mi club en Noeux-les-Mines (norte de Francia) me propuso entrenar cinco días por semana", recuerda el profesor de medicina.
Eso le habría dado la oportunidad de avanzar del equipo juvenil al de los profesionales. Patrocinado por una empresa constructora establecida en la pequeña ciudad, el equipo de la segunda división desempeña un papel importante en la copa francesa. "Claro que me habría gustado convertirme en una estrella de futbol", suspira Pereira. Pero en cambio abandonó el deporte, rindió sus exámenes finales en la escuela y estudió medicina.
El frustrado extremo derecho se ha convertido, entre tanto, en un famoso médico. Pereira ha contribuido a desarrollar un nuevo método para las operaciones de cáncer que evita a los cirujanos los grandes cortes. A través un orificio en el abdomen, los médicos introducen en el cuerpo del paciente una sonda especial cuya punta puede calentarse. "Así el cáncer se asa y muere", explica Pereira.
La llamada ablación por radiofrecuencia (RFA) puede realizarse con anestesia local, y los pacientes suelen regresar a su casa un día después de la intervención. En Tubinga, Alemania, las operaciones se hacen con control visual mediante aparatos de tomografía de espín nuclear. "Así podemos trabajar con especial precisión".
Entre sus pacientes hay muchos cuyas afecciones habían sido declaradas inoperables porque la úlcera se encontraba demasiado cerca de un vaso sanguíneo o porque el paciente no toleraba la anestesia total.
Los resultados obtenidos en Tubinga y otros centros de investigación han posibilitado la aplicación de la RFA en muchos hospitales alemanes. Junto a científicos estadunidenses trabajan en aparatos que calientan los tejidos con microondas, una tecnología mucho más rápida que la de radiofrecuencia. "La mayor innovación es sin embargo un nuevo método que combina frío y calor", dice Pereira.
No fue la medicina lo que trajo a Pereira a Tubinga desde el renombrado Institute Gustave Roussy de París, sino el amor. Cuando Pereira recorría Grecia con un amigo, éste propuso visitar a una amiga postal de Tubinga, la actual esposa del médico. Después de algunos años en Francia, Pereira -de origen portugués- y su mujer se trasladaron a Tubinga. "Por suerte la gente aquí es muy abierta y francófila".