Usted está aquí: viernes 5 de mayo de 2006 Política Complace a Onésimo Cepeda la mano dura contra ejidatarios

Es reflejo de la incapacidad oficial: Comité 68

Complace a Onésimo Cepeda la mano dura contra ejidatarios

A Onésimo Cepeda, obispo de Ecatepec, le gustó que el gobernador Enrique Peña Nieto aplicara "mano dura" contra ejidatarios del estado de México, cuando otras voces consideraron las confrontaciones del miércoles pasado como una muestra de la "incapacidad" oficial para resolver conflictos sociales. Inclusive hubo quienes definieron al presidente Vicente Fox como un "continuista" de las acciones represivas de los ex mandatarios Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría Alvarez.

Integrantes del Comité 68 -entre ellos Raúl Alvarez Garín, Leopoldo Ayala y Daniel Molina- advirtieron que como sus antecesores, Fox "se ha manchado las manos de sangre", y por ello los recientes ataques contra campesinos y mineros mañana serán recordados al lado del 2 de octubre de 1968 y el 10 de junio de 1971, cuando elementos de seguridad federal asesinaron a estudiantes y maestros.

En tanto, abogados y académicos cuestionaron la capacidad de las autoridades para resolver, mediante la violencia, situaciones que pueden dirimirse con el diálogo. René Jiménez Ornelas, del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México, recordó que el problema de San Salvador Atenco se originó hace cinco años, en el fallido intento gubernamental por construir el aeropuerto alterno de la ciudad de México.

Ironizó que un problema "tan sencillo" como desalojar a un puñado de floricultores de la vía pública fuera utilizado por las autoridades mexiquenses como una "oportunidad para incrementar el nivel de violencia y tratar de desviar la atención de hechos tan sonados en la opinión pública", como el enriquecimiento inexplicable del antecesor de Peña Nieto en la gubernatura, Arturo Montiel.

A esta idea se sumó el director de la Asociación Nacional de Abogados Democráticos, José Luis Contreras, quien manifestó que lo sucedido con los atenquenses refleja la "profunda falta de sensibilidad" de los tres niveles de gobierno. "Es increíble que se fomente un clima de linchamiento contra quienes no abrazan sus posturas", agregó.

En sintonía, a Carlos Lugo, politólogo de la Universidad Iberoamericana, le resultó "sospechoso" que el desalojo de los floricultores "se haya salido de control de las fuerzas policiacas, al grado de que se perdió una vida humana".

Sobre este punto, David Ordaz, del Instituto Nacional de Ciencias Penales, puso en duda que la muerte de adolescente Javier Cortés Santiago ocurriera por el impacto de un petardo en el pecho, porque de ser así se "hubiera incendiado. Lo mató una bala de gas lacrimógeno lanzada por la policía", aseguró.

Mientras la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) condenó la violencia ocurrida en los municipios de Texcoco y San Salvador Atenco, el obispo Onésimo Cepeda celebró, en la residencia oficial de Los Pinos, que Peña Nieto enviara la fuerza policiaca para repeler a los inconformes. "Yo aplaudo definitivamente la actuación de mi gobernador, al poner mano dura y al ser intransigente con la violación a la ley. La ley no se hizo para violarse", dijo.

Agregó que los actos en contra del estado de derecho no se deben permitir. "Nadie tiene derecho a matar a otro ni a poner sus intereses particulares delante de los intereses de la nación" como, consideró, hizo el delegado Zero, por llamar a derrocar al actual gobierno. Aprovechó para responder a las descalificaciones que éste le profirió. "Con capucha el señor es el subcomandante Marcos y sin capucha, pues que Dios me perdone pero es un pobre diablo".

También la CEM consideró injusto que la sociedad mexicana se convierta "en rehén de grupos o personas con intereses mezquinos", especialmente cuando se trata de "aquellos que persiguen otros fines ajenos al bien común". Pidió a los actores involucrados en el conflicto reflexionar que la violencia no es benéfica para el país, y pugnó por el diálogo.

Aún estamos a tiempo, apuntó Onésimo Cepeda, no obstante, anticipó que hechos como los ocurridos en el estado de México es probable que se repitan el 2 de julio si "no aceptan el triunfo o la derrota los respectivos candidatos" presidenciales.

Emir Olivares, Alma E. Muñoz, Rosa E. Vargas, José Galán y Laura Poy

 
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