Usted está aquí: domingo 7 de mayo de 2006 Política Encuentra el Centro Pro Juárez huellas del abuso policiaco durante los cateos

Constata los destrozos en viviendas de los líderes del FPDT; recoge testimonios

Encuentra el Centro Pro Juárez huellas del abuso policiaco durante los cateos

Ampliar la imagen Así quedó la vivienda de la señora Deogracia Morales Solís tras el cateo Foto: José Carlo González

JAVIER SALINAS, RENE RAMON, GUSTAVO CASTILLO Y ROBERTO GARDUÑO CORRESPONSALES Y ENVIADOS

San Salvador Atenco, 6 de mayo. Ropa, objetos personales regados, muebles destrozados, un colchón semirroído y aparatos de video y música dañados, además de documentos personales rotos, es el aspecto en el que se encuentra la recámara de tres metros cuadrados del dirigente del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT) de San Salvador Atenco, Ignacio del Valle, tras el cateo que realizó el jueves pasado el Grupo de Operaciones Especiales (Gopes) de la Policía Federal Preventiva (PFP).

Igual lucen las habitaciones de América y Ulises del Valle Ramírez, hijos del líder atenquense.

Ese es el aspecto que hoy encontraron tres integrantes del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, al realizar una inspección ocular en la vivienda de la familia Del Valle Ramírez.

Lo mismo hicieron en decenas de domicilios del poblado de Atenco, donde además de verificar los destrozos, recogieron testimonios de los vecinos y constataron la brutalidad policiaca y la violación a los derechos humanos.

Tan sólo en la casa de Ignacio del Valle y su esposa, Trinidad Ramírez, hay tres recámaras, un cuarto de comedor y sala con daños, y el taller de serigrafía, donde se elaboraba la propaganda del FPDT, semidestruido. Ahí no existe nadie que dé un testimonio del cateo, pues todos sus integrantes están detenidos o lograron huir de las fuerzas policiacas; sólo los vecinos se hacen cargo de cerrar la casa y cuidar las pocas pertenencias que quedaron.

Una de las personas que se atrevió a hablar del cateo a la casa de Ignacio del Valle narró que de la vivienda ubicada en la esquina que conforman las calles 27 y 16 de Septiembre sacaron a seis estudiantes que se brincaron la barda para esconderse luego de que la PFP entró al pueblo.

No sacaron a ningún familiar de Nacho, dijo la vecina, quien atestiguó el operativo, pues la vivienda estaba cerrada desde la tarde del miércoles 3 de mayo.

La tarde de este sábado, una comisión de integrantes del FPDT recibió a Eduardo Reyes Lara, Luis Arturo Macías y Lilia Mora, del Centro Pro Juárez. Hicieron un recorrido por los domicilios cateados.

Los integrantes de la ONG informaron que el propósito es realizar un informe sobre la violación a los derechos humanos en que incurrieron los elementos policiacos y del abuso que cometieron.

Primero constataron los destrozos en los ocho cuartos de la casa de uno de los dirigentes del FPDT, Jorge Flores Ibarra -quien no fue detenido-, ubicada en la calle Independencia, en el centro del pueblo. Ahí, la esposa de Jordán Flores, uno de los aprehendidos e hijo del dirigente, narró cómo catearon la casa.

"Se llevaron y detuvieron a mi esposo, y a mi suegra (María Rosa Rosas Grimaldo); también a Emperatriz Flores y a un estudiante que se había refugiado aquí. Los policías entraron por la ventana del segundo piso y sacaron a mi marido, y me cuentan que hasta lo aventaron desde lo alto del segundo piso", indicó.

A unos cuantos metros, sobre la misma calle, otras dos viviendas fueron cateadas. Una de ellas es la de Miguel del Valle, papá de Ignacio del Valle. Ahí la saña y destrozos de los agentes fueron mayores; en todos los cuartos hay vidrios rotos y objetos personales regados.

La comisión de miembros del FPDT narró que el jueves, cuando irrumpieron las fuerzas policiacas a Atenco, varios sujetos fueron los que condujeron a los agentes a las casas de sus dirigentes.

Acusaron a los militantes priístas Teodoro Martínez, Alejandro Santiago López y Guadalupe Rodríguez, además de María Félix y Mauricio Hernández. Incluso cuentan que a uno de ellos lo vieron bajar de un helicóptero de la PFP que sobrevolaba el jueves la zona y que señalaba las casas a catear.

Otra de las viviendas cateadas fue la de Deogracia Morales Solís, de 87 años, ubicada en la calle Miguel Hidalgo número 111, en donde detuvieron a 15 estudiantes y a Néstor Martínez Romero, este último nieto de la propietaria.

"Yo de todo corazón le abrí la puerta a los estudiantes; quería evitar que los golpearan", pero "alguien señaló mi casa" y entraron las fuerzas especiales, que encañonaron con sus armas a la señora Morales Solís y a su nieta, Yadira Martínez Romero.

"¡Esténse quietas, no se muevan, si no quieren que se las cargue la chingada!", gritaron los policías, quienes luego golpearon a los estudiantes, cinco de los cuales eran mujeres. Luego de dos horas de causar destrozos, a las 10 de la mañana abandonaron la vivienda.

En la casa de Jesús Adán Espinoza Rojas, otro de los dirigentes del FPDT, ubicada en la avenida Nacional -casi a dos cuadras del sitio donde fue asesinado Francisco Javier Cortés-, se hallaron los vidrios rotos, la cerrajería forzada y en el interior se observan los enseres regados.

Frente a la vivienda se encuentra su vehículo destrozado, un Valiant color blanco, donde se trasladaban para las movilizaciones. Está con cristales rotos y el interior desgarrado. Ahí se hallaban algunas pertenencias personales.

 
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