Usted está aquí: martes 9 de mayo de 2006 Cultura Freud-Shakespeare-De Vere

Teresa del Conde

Freud-Shakespeare-De Vere

Ampliar la imagen Sigmund Freud (1856-1939) y William Shakespeare (1564-1616)

Ampliar la imagen Sigmund Freud (1856-1939) y William Shakespeare (1564-1616)

Ayer, en el Aula Magna de la la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, tuvo lugar un simposio para conmemorar 150 años del nacimiento de Sigmund Freud, aniversario recordado también en esta sección, en la que se reprodujo una de sus mejores y más famosas fotografías. Pero además el domingo pasado abrió con un supuesto retrato de Shakespeare a propósito del nuevo libro del autor estadunidense Paul Streitz, de quien se dice, hace una atribución escandalosa: las obras de Shakespeare fueron escritas por el decimoséptimo conde de Oxford.

La identificación no está confirmada, pero es consabida. Freud se entusiasmó a tal grado con el asunto que todavía en 1939, año de su muerte, seguía creyendo en la misma, dejando al respecto varias consideraciones que atribulaban a sus más cercanos discípulos, entre ellos a Sandor Ferenczi, Max Etington y Ernest Jones. Los tres se sometieron a una velada que se prolongó hasta las 2 de la madrugada, la noche del cumpleaños 75 del fundador del sicoanálisis, en la que él les expresó su convicción sobre la autoría de las obras de Shakespeare, escritas, a su juicio, por Edward de Vere, decimoséptimo conde de Oxford. Antes de decidirse por esa atribución, herr proffesor y otros autores, habían pensado que la autoría de las obras de Shakespeare era atribuible a sir Francis Bacon, pero resulta que un maestro de escuela, historiador diletante, persona también obsesionada con Shakespeare: J. Thomas Looney (1870-1944), publicó un libro titulado Shakespeare Identified. Cuando Freud lo leyó hacia 1928, adoptó la versión de Looney, que reiteró después de una relectura realizada la víspera de la velada referida, que tuvo lugar entre el 5 y el 6 de mayo de 1931.

Estableció correspondencia al respecto con una serie de intelectuales consagrados de la época: Havelock Ellis (1859-1939), famoso sexólogo británico con quien a veces tuvo controversias; Gerhard Hauptmann, afamado hombre de teatro que obtuvo el premio Nobel en 1912; Thomas Mann, Nobel 1929, por La Montaña Mágica; H.G. Wells, Franz Werfel (el último esposo de la bella coleccionista de consortes que fue Alma Mahler neé Shlinder), Arnold y Stefan Zweig. A todos los conocía bien y de algunos fue amigo cercano.

No conocemos los comentarios que estas personas le manifestaron respecto de sus pesquisas, pero sí que cuando escribió a los patrocinadores del premio Goethe, aceptando su otorgamiento, envió una larga carta en la que afirmó su creencia: era mucho más probable que lord Great Chamberlain de Inglaterra, el decimoséptimo conde de Oxford hubiera escrito las admirables obras a las que tantas veces aludió en innumerables escritos, fuera ''nuestro Will", que no el vástago poco preparado y posiblemente inculto que nació en Stratford, hijo de un comerciante.

''No creo que el actor William Shakespeare de Stratford, haya sido el autor de las obras que durante tanto tiempo se le han atribuido...", quien las escribió fue un aristócrata que viajó por Francia, Italia y España (tal y como aconteció en el decurso vital de Edward de Vere que participó en la batalla contra la Armada Invencible en 1588, se dice).

Otro autor, Rendall, sostuvo que los sonetos de Shakespeare demostraban que el verdadero Will era el conde de Oxford, quien en todo caso, es cierto que utilizó varios seudónimos para publicar sus numerosas obras.

Lo que llama la atención es que Freud, de discreta cuna, postulase la idea de que era muy improbable que un individuo sin estudios universitarios y de la clase media baja se hubiese convertido en gigante de la literatura universal.

''No puedo entender la actitud de los ingleses frente a este asunto: Edward de Vere fue sin duda tan buen inglés como Will Shakespeare" (sic). Esta cita está entresacada de la edición estadunidense (su presentación autobiográfica publicada por primera vez en 1925), con nota introductoria de James Strachey, recipiendario de la carta en la que Sigmund exige que la nota aparezca tal cual, si no en la nueva edición inglesa, sí en la estadunidense, puesto que ''no hay que temer allí (en Estados Unidos) el mismo tipo de defensa narcisista".

En uno de sus más trascendentes trabajos, que quedó algo inconcluso, El esquema del psicoanálisis, publicado en inglés hasta 1940, Stratchey ofrece otras referencias al respecto, que Ernest Jones compartió. Ellos estuvieron en desacuerdo con la identificación que Freud propuso, lo mismo que Harold Bloom, sin duda hoy día una de las máximas autoridades en Shakespeare. ¿Y eso importa? No mucho, a decir verdad, salvo que De Vere vivió entre 1550 y 1604 y William Shakespeare (nuestro Will -voluntad- sea quien haya sido entre 1564 y 1616). ¿Qué sucede entonces con las obras shakespereanas escritas entre 1604 y 1616, pese a las dudosas atribuciones de fechas?

 
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