Usted está aquí: sábado 13 de mayo de 2006 Cultura El Senado aprobó cambios cuyos daños trascenderán lo cultural

Se afectarán educación, salud y vivienda, entre otras áreas, denuncia César Moheno

El Senado aprobó cambios cuyos daños trascenderán lo cultural

Dejaría a los municipios a merced de la voracidad de las trasnacionales, alerta el historiador

En ''un jueves negro'', esa reforma constitucional resultó peor que la ley Televisa, señala

ARTURO GARCIA HERNANDEZ

Ampliar la imagen El historiador César Moheno, coordinador de Ediciones de La Jornada, experto en temas de patrimonio cultural Foto: María Luisa Severiano

Por la magnitud de sus alcances, las reformas a los artículos 27, 73 y 124 de la Constitución, aprobadas a última hora por el Senado el pasado 27 de abril, son tanto o más graves que la llamada ley Televisa. En términos prácticos, su aplicación conlleva el riesgo de fragmentar el país.

Los cambios propuestos y aprobados casi de manera subrepticia por los senadores, reduce las facultades del Poder Ejecutivo federal sobre múltiples materias de interés nacional y, en nombre de una falsa descentralización, las deja en manos de los gobiernos estatales y municipales.

En los hechos esto significa ''vaciar de contenido el pacto federal" y dejar abiertas las puertas, por ejemplo, para la relección en ciertos niveles de gobierno, socavando uno de los postulados clave de la vida política nacional: la no relección.

Afectación a múltiples materias

El análisis y la advertencia sobre los riesgos implícitos en las mencionadas reformas los hace el historiador César Moheno, quien ha seguido detenidamente el asunto.

Las materias afectadas -de acuerdo con Moheno, coordinador de Ediciones de La Jornada- son: educación, salud, vivienda, seguridad pública, desarrollo social, desarrollo económico, comercio, protección civil, comunicaciones y transportes, turismo, protección al ambiente, preservación y restauración del equilibrio ecológico, agricultura, pesca, acuacultura, ganadería, forestal, derechos de autor, ejercicio de profesiones, deportes, transferencia de tecnología y patrimonio, todos ellos ''asuntos vitales para la vida del país que se reformaron de espaldas a la nación".

Lo primero que llamó la atención del académico, ex secretario técnico del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), fue que la propuesta de reforma se presentó, primero, el 10 de octubre de 2000 y después el 12 de diciembre del mismo año.

Según su ''leal saber y entender", durante el tiempo transcurrido entre la presentación y la aprobación, los promotores de las reformas no hicieron consulta alguna en las comisiones que tienen que ver con las materias implicadas.

''El proyecto no se conoció sino hasta la mañana de ese 27 de abril en la página de Internet de la Gaceta Parlamentaria."

A pocos minutos de que se cerraran los trabajos de la 59 Legislatura en la Cámara de Senadores, ''se decidió presentar la propuesta de dictamen a discusión". Todavía más: ''al iniciar la discusión, el senador ponente anunció, ya en tribuna, que el proyecto tenía nuevas adiciones; por el tenor de la minuta, se puede deducir que nadie las conocía".

Para César Moheno resulta ''sumamente grave que una serie de reformas que van a incidir de tal manera en el país, se hayan aprobado de espaldas a la nación".

En ese sentido, ''lo menos que podemos decir sobre la sesión en que se aprobaron las reformas, es que se trató de un jueves negro para la nación mexicana, porque estuvo caracterizada por un terrible desaseo legislativo y, según lo podemos entender, plagada de triquiñuelas".

Un ejemplo de las consecuencias prácticas que pueden tener las reformas es dejar a los municipios, sobre todo a los más pobres, a expensas de los chantajes económicos de las grandes empresas multinacionales.

Puede ocurrir que en un afán de obtener recursos, las autoridades municipales se vean en la necesidad de hacer concesiones a ''las grandes coporaciones de transgénicos, a las cuales lo que menos les interesa es la conservación del medio ambiente".

Un todo, la riqueza cultural

César Moheno Pérez ha sido director de la Biblioteca Nacional de Antropología, director fundador del Centro de Investigación de Cultura de Tabasco y coordinador nacional de los centros regionales del INAH.

Sin minimizar el impacto de las reformas en las materias ya mencionadas, el historiador enfatiza su preocupación por lo que respecta al patrimonio cultural, ''la esencia del alma mexicana".

Sobre el particular, ya han expresado su preocupación tanto las autoridades como los investigadores y docentes del INAH (La Jornada, 11 y 12 de mayo).

Las reformas y/o adiciones a los artículos 27, 73 y 124 constitucionales -según autoridades y trabajadores- abren la posibilidad de que cada estado o municipio genere su propia legislación en la materia, incluso en contradicción con los acuerdos internacionales firmados por México.

De una manera ''muy ligera" -complementa César Moheno- los senadores hablaban de que con las modificaciones constitucionales mencionadas ''apoyaban la descentralización". Olvidan, ignoran u ocultan -dice- que ''la Ley Orgánica del Instituto Nacional de Antropología e Historia es ejemplar internacionalmente en materia de descentralización; el instituto nace con todo el aparato legal para poder trabajar en la regiones más remotas, con los ayuntamientos y los estados, y a cada uno de ellos darles la calidad que tienen como interlocutores de calidad.

''Una institución como el INAH surgió viendo el patrimonio en toda su integralidad y no de manera fragmentada, como ahora proponen los senadores."

Recuerda que desde los primeros años de la Independencia, la Federación ha sido garante de la conservación del patrimonio: ''Desde el 18 de marzo de 1825, en que el primer presidente, Guadalupe Victoria, decidió propiciar el conocimiento de lo que somos los mexicanos y con ello propiciar la conservación de las manifestaciones del patrimonio cultural". Para ello, creó un organismo del Estado encargado de dicha conservación.

Más de un siglo después, en 1938, el presidente Lázaro Cárdenas, sienta las bases del INAH, que a partir de febrero de 1939 ''empieza a tener vida legal".

Gracias a la visión de esos dos presidentes y al trabajo altamente especializado de miles de mujeres y hombres repartidos en todo el territorio nacional, ''los mexicanos podemos conocer, apreciar y disfrutar la esencia de lo que es nuestra identidad, vernos en el espejo de nuestro patrimonio".

Ha sido un trabajo ''alejado de toda lógica mercantil". Uno de los problemas centrales del INAH en todo este tiempo ha sido frenar ''las pretensiones de quienes -empresarios o políticos- ven el patrimonio cultural de los mexicanos como si fuera una mercancía que se compra y se vende".

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.