Usted está aquí: sábado 13 de mayo de 2006 Cultura Convergencia de voces infantiles, amas de casa, escritores y funcionarios

Segundo Maratón de Lectura en Voz Alta y Narración Oral, en el CNA

Convergencia de voces infantiles, amas de casa, escritores y funcionarios

Los niños y niñas leyeron mejor que los adultos, en la Plaza de las Artes

Más que la animación para leer, ''se trata de que las personas amen las historias''

ERICKA MONTAÑO GARFIAS

Ampliar la imagen La niña Ana Lilia Venegas Hernández, ayer, durante su participación en el segundo Maratón de Lectura en Voz Alta y Narración Oral, en la Plaza de las Artes Foto: María Luisa Severiano

Una burrita que quería ser cebra, un lobo que aprendió a leer, una pulga que logró volar, 14 ladrones con sarampión, la peorsisísima señora del mundo, una princesa con problemas de sueño por un chícharo, un niño obligado a usar un vestido, un monstruo español que se llama Zamparrón, un lobo lanudo con cuello estropajoso y una niña de ocho años buscando el día de ayer, fueron los primeros en llegar al segundo Maratón de Lectura en Voz Alta y Narración Oral El Telar de Sherezada: Tejiendo con Palabras.

Este encuentro se realizó el viernes y la madrugada del sábado en el Centro Nacional de las Artes (CNA) y ahí, a la par de las voces de escritores, amas de casa, funcionarios, niños de entre cinco y 11 años, bomberos, policías, editores, funcionarios, músicos, adolescentes y de narradores profesionales de México y el extranjero, casi 60 ilustradores hicieron lo suyo dibujando las historias.

En la Plaza de las Artes la mañana y casi toda la tarde estuvieron dedicados a los niños, que leyeron mejor que los adultos, y ya por la tarde el tono fue subiendo de color: con la noche llegó la literatura erótica, en la madrugada los cuentos de terror y después, de acuerdo con el programa, una sesión de cuentos, anécdotas, sucedidos y humor para terminar con los cuentos más brevísimos del mundo.

Leer para imaginar y escribir

Diego Parra, narrador colombiano, subraya que la animación a la lectura ''se trata más de hacer que la gente se enamore de las historias que de leer. El acto de enamorarse de la lectura es la segunda parte, pero si a uno le comienzan a gustar las historias desde pequeño y empieza a fabular, si quiere ser marinero o submarinista desde muy pequeño, las historias lo empiezan a enganchar.

''Creo que uno de los errores es creer que son animaciones a la lectura, yo diría que es animarlos a amar las historias."

Para los niños es más simple. Ana Lilia Venegas tiene 11 años y lee desde los seis: ''Me gustó leer porque comencé a descubrir muchas cosas que me asombraban, como las cosas que hay en el mundo y lo que se puede inventar con la imaginación. A mis amigos de la sala de lectura sí les gusta leer, pero a los de la escuela no".

Angélica Rodríguez, de nueve años, presume de leer desde los tres: ''Me gustaban los libros con puras letras. Me gusta leer porque siempre me ha gustado, me gusta imaginar y escribir, leo un libro y me gusta escribir también".

Samantha Cortés también lee desde los tres años y ahora tiene siete: ''Leo porque es emocionante y lo recomiendo mucho para otros niños"; mientras Claudia Espejel, de ocho años, afirma que leer es bueno porque ayuda ''para que cuando hagas un dictado salgas bien".

Esas cuatro lectoras demostraron sus dotes al subir al escenario y leer, por ejemplo, El rey Mocho o Las pulgas no vuelan.

 
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