Usted está aquí: miércoles 17 de mayo de 2006 Sociedad y Justicia En Colombia, indígena enferma es la primera en solicitar aborto legal

La práctica se despenalizó el miércoles pasado

En Colombia, indígena enferma es la primera en solicitar aborto legal

AP

Santafe de Bogotá, 16 de mayo. Una indígena gravemente enferma es la primera mujer colombiana que solicita la práctica legal de un aborto, luego de que la Corte Constitucional lo despenalizó en casos excepcionales el miércoles pasado.

Yolanda Molcué, indígena paez de 32 años, tiene 18 semanas de embarazo y padece aplasia medular (su médula no fabrica adecuadamente la sangre y debe someterse a transfusiones semanales), por lo que una hemorragia durante el parto le podría causar la muerte.

Molcué, quien requiere trasplante de médula, formuló la solicitud a un hospital público del departamento de Valle (suroeste), cuyo director, Jorge Ospina, señaló que se cumplirá el mandato de la Corte.

El tribunal despenalizó el aborto en caso de malformaciones del feto, riesgo de vida para la madre y violación, que antes eran castigados con entre uno y tres años de cárcel.

"Es una decisión muy difícil como madre y mujer, pero quiero vivir para cuidar de mis hijos y esposo. Ellos me necesitan", declaró Molcué, quien tiene un niño de 10 años y una niña de 15 meses.

Según los médicos, una eventual complicación durante el parto también pondría en riesgo la vida del bebé.

La despenalización parcial del aborto causó una reacción airada de la Iglesia católica, que amenazó con excomulgar a los magistrados de la Corte, quienes a su vez pidieron a los jerarcas respetar el fallo. El episcopado también advirtió que quienes aborten o faciliten el procedimiento quedarán fuera de la Iglesia automáticamente.

"Comprendemos la posición de la Iglesia, pero no podemos dejar que sigan los abortos en clínicas de garaje, sin tecnología ni profesionalismo, como negocio", aseveró Ospina.

Según organizaciones feministas, en Colombia se realizan anualmente unos 350 mil abortos clandestinos y al menos 10 por ciento de ellos desencadenan la muerte de las mujeres.

 
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