Usted está aquí: viernes 19 de mayo de 2006 Política Acota Senado de EU opciones para legalizar a indocumentados

Proclama el inglés idioma nacional ante avance del español

Acota Senado de EU opciones para legalizar a indocumentados

DAVID BROOKS CORRESPONSAL

Nueva York, 18 de mayo. El Senado proclamó hoy el inglés como "el idioma nacional" ante una aparente amenaza de la invasión del español al continuar el debate sobre reforma migratoria, en la que también se siguen limitando las medidas para la legalización de los indocumentados. A la vez, una nueva encuesta difundida esta noche registra que mayorías apoyan la vía a la legalización para trabajadores indocumentados que han estado aquí más de 5 años, el envío de la Guardia Nacional a la frontera y un programa de trabajadores huéspedes.

Cada día que avanza el debate ante el pleno del Senado sobre la reforma migratoria, se ofrecen más concesiones a las fuerzas conservadoras a cambio de mantener parcialmente intacta la posibilidad de ofrecer algún proceso cada vez más limitado de legalización a ciertos sectores de la población indocumentada y un programa de trabajadores huéspedes.

Hoy las concesiones incluyeron la aprobación de una enmienda que proclamaría el inglés como "idioma nacional de Estados Unidos" (63 votos contra 34). "El gobierno de Estados Unidos preservará y mejorará el papel del inglés como idioma nacional de los Estados Unidos de América", proclama la enmienda, y establece que nadie tiene el derecho de hacer que el gobierno preste servicios u ofrezca documentos en cualquier otro idioma. No sólo eso, sino que establece que todo residente permanente debe "demostrar un conocimiento del idioma inglés, la historia y gobierno de Estados Unidos, para hacerse ciudadanos de Estados Unidos", y que el Departamento de Seguridad Interna tiene que implementar estas medidas.

Por si no quedara claro, el Senado también aprobó una segunda enmienda sobre el tema -patrocinada por el senador latino demócrata de Colorado Ken Salazar-, la cual declara que el inglés "es el idioma común y unificador de Estados Unidos". Nadie podía explicar por qué se necesitaban dos medidas parecidas, pero tal vez no todos los legisladores entienden inglés.

Ya se habían aprobado otras medidas para imponer más condiciones a la reforma migratoria. Ayer, a pesar de que se derrotó una enmienda para anular todo proceso de regularización de indocumentados, se aprobó una enmienda para limitar aún más a los que podrán calificar para esa legalización.

Senadores conservadores lograron un voto unánime que descalificará a todo indocumentado que haya cometido un delito grave o tres delitos menores, para recibir un permiso legal de trabajo. También podría descalificar a quienes han empleado documentos falsos -un número enorme- para conseguir empleo, ya que eso sería considerado delito. Sin embargo, se logró que el secretario de Seguridad Interna pueda suspender esta medida en casos individuales si hay méritos para hacerlo. Esta, como otras medidas, implican que se negará la legalización a todos los que hayan ignorado, entre otras cosas, órdenes de deportación emitidas por tribunales.

Por otra parte, a menos de 24 horas de que se eliminara, promotores de la reforma integral lograron reponer una medida que establece el derecho de los trabajadores huésped que han trabajado durante un periodo acumulado de más de cuatro años a gestionar su propia solicitud para la residencia permanente en Estados Unidos. Los senadores Edward Kennedy y John McCain lograron que se aprobara su enmienda, la cual ya se encontraba integrada en el proyecto de ley bajo debate hasta ayer.

La enmienda, según Kennedy, es para evitar el "abuso de empleadores" y otorga a los trabajadores "algunos derechos y respeto como empleados". A la vez, se aceptaron las condiciones de que estas solicitudes sólo pueden proceder si el Departamento de Trabajo certifica que ningún trabajador estadunidense desea el puesto.

Sin embargo, aún no queda claro si esto contradice la posición de Bush de que todo trabajador huésped será obligado a regresar a su país de origen al cumplir su estancia aprobada en este país.

Aunque esto fue considerado como un "triunfo" para defender la integridad de la reforma migratoria, no hay garantías de que sobreviva en la versión final, y menos en la que podría surgir como resultado de la negociación con la Cámara de Representantes, la cual rechaza este tipo de medidas. De hecho, toda enmienda que se apruebe en el Senado puede quedar anulada, dependiendo de esa negociación, y por lo tanto, toda victoria cantada en estos días podría resultar efímera en este complicado proceso para fabricar una legislación que está en una etapa inicial.

Todo indica que el Senado se prepara para aprobar un proyecto de reforma migratoria en los próximos días, o por lo menos antes de fines de la próxima semana. La estrategia del presidente parece rendir frutos en la cámara alta, aunque no en la otra rama, donde todos los días representantes reiteran su oposición a cualquier medida de legalización de indocumentados.

Y esto es el principal obstáculo a una reforma para este año. Aunque el Senado logre aprobar un proyecto, debe ser negociado con la versión ya aprobada por la colegisladora, lo que excluye toda medida de legalización y de programas de trabajadores huéspedes.

Mientras tanto, los resultados de la encuesta más reciente ofrecen apoyo al presidente y sus aliados en la legislatura en torno a este tema. La encuesta difundida esta noche por CBS News registró que 77 por ciento contra 19 por ciento acepta la legalización para aquellos indocumentados que han permanecido en este país por lo menos 5 años si cumplen con las condiciones de pagar una multa, impuestos anteriores, puedan hablar inglés y no tengan historial criminal. Un 61 por ciento contra 36 por ciento apoya un programa de trabajadores temporales si regresan a sus países de origen al concluir sus periodos.

Por otro lado, por 62 por ciento contra 32 por ciento, apoya el envío de tropas de la Guardia Nacional a la frontera. Un 57 por ciento cree que hay por lo menos una probabilidad de que el Congreso apruebe y el presidente logre promulgar una ley sobre migración antes del fin de este año, aunque 40 por ciento no cree que estén dadas esas posibilidades. Finalmente, el nivel de aprobación del manejo del tema migratorio por Bush mejoró después de su discurso del lunes, aunque una mayoría (53 por ciento) continúa reprobando su manejo. Ahora 38 por ciento aprueba el desempeño de Bush, comparado con sólo 26 por ciento hace 10 días.

 
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