Usted está aquí: lunes 22 de mayo de 2006 Deportes Explosión festiva en el Hidalgo cerró torneo irregular en este año mundialista

Aficionados celebraron el título y vitorearon a jugadores... y al árbitro Archundia

Explosión festiva en el Hidalgo cerró torneo irregular en este año mundialista

MARLENE SANTOS A. ENVIADA

Ampliar la imagen San Luis y Pachuca protagonizaron una final de cerrada lucha Foto: Notimex

Pachuca, Hgo., 21 de mayo. El llanto contenido desde la víspera aciaga, cuando su equipo filial de la Primera A perdió, por fin fluyó del hoy sonriente Jesús Martínez. El técnico José Luis Trejo, quien pese a una larga y rica trayectoria -plasmada en sus cabeza plateada-, por fin hoy probó el placer del triunfo, ambos, junto con el plantel tuzo fueron vitoreados, pero quien se llevó las mejores palmas fue el silbante Armando Archundia.

"¡Armando, la afición tuza te acompaña al Mundial! ¡Mucha suerte!", se escuchó por el sonido local cuando a la hora de los festejos, de la lluvia de papel picado y de recibir el anhelado trofeo, con la melodía clásica de Queen, We are the champions, era entonada por miles de gargantas. "Dale campeón, dalee, dalee, cam-peón...", replicó la gente al momento de la vuelta olímpica.

Fue un día de fiesta para los hidalguenses. Máscaras de luchadores con los colores de tuzos, cascos de mineros con la leyenda "ultratuza", banderines y aplaudidores, pero sobre todo mucho fervor y entusiasmo poblaron las gradas del estadio Hidalgo, que abrió sus puertas al mediodía.

Desde temprano los seguidores del conjunto local se dirigieron en nutridos grupos hacia el inmueble en una especie de marcha triunfal, con el afán de ver coronarse al superlíder, al equipo que durante el torneo fue el mejor de un irregular certamen.

En la tarde cálida y para matar tantas horas de espera, no faltaron los vasos gigantes de cerveza fría y espumosa, incluso más allá de las cinco de la tarde, porque hoy lo que menos parecía importar era la ley seca; en el inmueble todo resultó una invitación para dejar de lado cualquier molesta restricción, empezando por las tres gigantes botellas inflables de cerveza Sol que fueron entronizadas en el impecable césped.

La directiva tuza también dejó traslucir su filiación al permitir casi exclusivamente propaganda del Partido Revolucionario Institucional; mantas tricolores con los nombres de los "suspirantes" a diversos cargos de elección estatal pendían por doquier.

A Jesús Martínez nadie le gana como anfitrión y estuvo muy atento con Emilio Azcárraga Jean, dueño del San Luis, en momentos previos al partido. Entre la lista de personalidades, el directivo Andrés Fassi mencionó a los gobernadores de San Luis, Marcelo de los Santos, e Hidalgo, Miguel Osorio Chong.

Una explosión de papel picado en azul y blanco, y una espesa nube de polvo blanco inundó el coso en los momentos apoteósicos: cuando el cuadro local saltó a la cancha, el equipo más antiguo del país, el segundo más exitoso en la historia de los torneos cortos, pero que hoy hizo sufrir a su afición con un desempeño desconcertante y poco prometedor.

Y luego de la tensa refriega, donde ambos cuadro privilegiaron la defensa, por fin llegó el estallido de euforia a la quizás justa coronación del superlíder, empañada por el error arbitral.

"¡Sí se pudo, sí se pudo!" y "¡Trejo, Trejo!" fue el colofón, el lema a pecho abierto con que la afición abandonó el estadio. El técnico, oriundo de esta entidad, dio la vuelta a paso lento con su corbata verde y su despampanante y joven esposa.

 
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