Usted está aquí: lunes 22 de mayo de 2006 Opinión México SA

México SA

Carlos Fernández-Vega

Frases para recordar

Calderón, sin regalías

Ponchito y su nueva obra

Dos cómicos de primer nivel -uno excelente y profesional; otro patético e involuntario- tuvieron la misma idea -aunque es de presumir que la original corresponde al primero de los citados- y cada uno de ellos decidió publicar un libro con frases célebres de la vida política mexicana.

El primero es Ponchito y su nueva obra ¿Por qué yo no?, una suerte de segunda parte de aquel famoso ¿Y yo por qué?, publicado en 2003 y dedicado en exclusiva a Vicente Fox y su fábrica de frases célebres. La nueva versión, corregida y aumentada, recopila 250 expresiones de los cinco candidatos a la Presidencia de la República y, desde luego, del actual inquilino de Los Pinos. Treinta mil ejemplares saldrán a la venta en un primer tiro.

El segundo autor es el propio Vicente Fox, con un libro que pretende condensar las "ideas más significativas" (307 citas de no más de 10 renglones cada una) de su gobierno, como él insistentemente le llama, para lo cual utilizará el presupuesto del Fondo de Cultura Económica, organismo que intentará circular 6 mil ejemplares. "Las citas selectas de los discursos, materia de este libro entero, tienen como propósito compartir con las y los mexicanos las ideas que guiaron mi labor al servicio de México", afirma el inquilino de Los Pinos en el texto de presentación (Excélsior).

Lástima que ambas obras pasaron ya por la imprenta, porque en este enrarecido clima político electoral que vive el país alguna de ellas debió incluir las frases del político mexicano que más ha incidido en el rotundo éxito de la industria de los jabones, toda vez que lo único que hace es lavarse las manos sobre cualquier asunto negro en el que haya participado. La primera a incluir sería "dime de qué te quejabas diez años atrás, para saber cómo actúas diez años después".

Y el rosario de frases de tan distinguido personaje seguiría más o menos así: "para desprestigiar a nuestro partido, el gobierno federal intenta una guerra sucia (...) una embestida de desprestigio. Lo que no queremos es que haya todo el peso del Estado para cancelar opciones opositoras; evitemos que resuciten tentaciones autoritarias; pido al gobierno el mismo esfuerzo de control que ejerce contra la oposición para destinarlo a los miembros del partido oficial; al no ser claro el límite donde termina (el partido oficial) y sus estrategias, dónde comienza el grupo político que opera desde la Presidencia y dónde inicia la opinión misma del Presidente, me parece importante la existencia de un deslinde del propio Presidente de esta campaña, una estrategia sucia" (septiembre, 1996).

Continuaría: "las resistencias hacia adentro del aparato de poder (oficial) fueron superiores al esfuerzo de cambio y de consenso que se había generado antes. Más allá de las buenas intenciones presidenciales hay un sistema y un partido que se resiste a perder el poder y, para él, establecer reglas claras, de equidad, equivale a perder el poder... Que no invoque la autoridad moral que debe tener un Presidente de la República ante los embates que sufre el país; que invoque el riesgo que se corre al entrar de lleno a la contienda electoral con una visión parcial y partidista" (noviembre, 1996).

Para rematar: "si hay algún funcionario público que gasta dinero en promocionales televisivos en nuestro país, ese es el Presidente de la República. El es el que más gasta, en términos de dinero público, en difundir su persona o su obra por la vía televisiva"; para ''nuestro partido el neoliberalismo no es una opción".

En el capítulo sobre legalidad, podrían incluir: "no cederemos a la pretensión del gobierno y su partido de convertir pasivos del Fondo Bancario de Protección al Ahorro en deuda directa para el país; tampoco aceptaremos que las investigaciones de irregularidades en el manejo del Fobaproa se queden sólo en los delitos de cuello blanco. No retiraremos, como quisieran los del partido oficial, la acusación de ilegal y anticonstitucional al Fobaproa; no a la impunidad, con la exigencia de que se finquen responsabilidades a quienes se aprovecharon del rescate bancario".

Una más: "ni por descuido avalaremos el operativo para encubrir el financiamiento ilícito al partido oficial... las posibilidades de llegar a un acuerdo con las demás fuerzas políticas en torno al problema del Fobaproa están condicionadas a que el partido oficial regrese el dinero que gastó en sus campañas y que absorbió el Fondo. Los mexicanos no vamos a cargar con el agravio de haber financiado al partido oficial y si no devuelven hasta el último centavo, no habrá posibilidades de llegar a un acuerdo... el gobierno federal pretende convertir los pasivos del Fondo en deuda pública, violando la Constitución".

Y para rematar: "nuestro partido no se vende"... Y se vendió.

Las rebanadas del pastel:

El libro de Ponchito será un éxito editorial, mientras que el de Vicente Fox sólo alimentará los pasivos del Fondo de Cultura Económica. Lo lamentable, en cualquiera de los casos, es que Felipe Calderón no recibirá regalías, porque sus frases célebres, citadas líneas arriba, no fueron consideradas por los referidos autores.

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