Usted está aquí: martes 23 de mayo de 2006 Economía México SA

México SA

Carlos Fernández-Vega

No hay solidez económica que sirva ante especuladores

No cree el gobierno del cambio en violaciones tumultuarias

Ampliar la imagen Reacción de un operador de la bolsa brasileña ante la caída general de acciones FOTOReuters

De siempre temeraria, la gustada frase de auto elogio utilizada por el presidente Fox (en México, "desterradas devaluación y crisis financiera de fin de sexenio") queda en entredicho ante eventos financieros como el de ayer, que nos ubican en la exacta dimensión del problema: la solidez económica no sirve para mayor cosa ante los movimientos especulativos y el trasiego de capitales de un puñado de voraces inversionistas, de adentro y fuera.

La posibilidad de nuevos aumentos en las tasas de interés en Estados Unidos -ergo de mayores ganancias, con mínimos riesgos- hizo voltear los ávidos ojos de los llamados inversionistas -léase especuladores institucionales- hacia la meca del norte, y en cuestión de minutos hacia allá movilizaron sus capitales, dejando al garete a los llamados mercados emergentes, México entre ellos.

La Bolsa Mexicana de Valores reportó ayer su mayor caída de los últimos cuatro años (4.03 por ciento), la más pronunciada entre los principales mercados bursátiles latinoamericanos. Alrededor de 128 mil millones de dólares de inversión extranjera llamada de "portafolio" (especulativa) registra la BMV, y en cualquier momento sus propietarios pueden llevársela, porque no existe un marco legal que la contenga o cuado menos la condicione. Dicho monto supera por casi 40 por ciento a la inversión extranjera directa (la que supuestamente llega para quedarse y generar riqueza) acumulada en el sexenio del "cambio".

Entonces, ante la novela rosa del mercado bursátil, reeditada por el gobierno del "cambio", ¿de qué sirve la solidez macroeconómica y el histórico saldo de reservas internacionales, si un puñado de inversionistas, autóctonos y foráneos puede vaciar al país en el momento que lo consideren pertinente y sin la menor cruda moral?

Los principales operadores de los mercados bursátiles latinoamericanos pintaron su raya: "hay una tendencia general de fuga de capitales de los mercados emergentes", ante la perspectiva de mayores ganancias en la meca del norte. La bolsa mexicana cayó, como también la de Sao Paulo, la de Buenos Aires y la de Santiago, y la salida de recursos denota la debilidad de los países ante la mínima manifestación especulativa. ¿Cómo lo resarcirán? Aumentando las garantías y las ganancias al capital golondrino, lo que provocará un mayor costo financiero para los mercados ahora abandonados.

Es recurrente que si los resultados bursátiles son positivos, como sucedió a principios del presente mes, los jilgueros oficiales asocien los números positivos con "la inobjetable solidez de nuestra economía". Sin embargo, cuando es al revés la culpa es atribuible a "los factores externos". En los hechos es el círculo perpetuo de la especulación, del que México y buena parte de América Latina es dependiente, todo en aras, según dicen, de "fortalecer el desarrollo nacional".

No son pocas las versiones que advierten sobre la "cercanía" -a escala mundial- de la temida figura del "lunes negro", en clara referencia al crack de Wall Street en octubre de 1929, banderazo de salida de la gran depresión en Estados Unidos, cuando el principal indicador del mercado neoyorquino se desplomó cerca de 13 por ciento en un solo día.

Casi seis décadas después, en octubre de 1987, otro "lunes negro" sacudió a Wall Street, cuando el índice Dow Jones perdió 22 por ciento en una sola jornada. Ese mismo día en la Bolsa Mexicana de Valores reventó la llamada "burbuja especulativa": en esa fecha el índice de precios y cotizaciones se desplomó alrededor de 17 por ciento (cerca de 80 por ciento en el mes siguiente) y alrededor de 350 mil pequeños inversionistas fueron pasados a cuchillo.

No todo fue pérdida, porque de ese crack surgieron varios de los que poco después aparecerían -algunos de manera efímera, permanente los menos- en la gustada sección de multimillonarios de Forbes, aunque la factura -como siempre- fue pagada por el país.

A lo largo de los últimos seis años la economía mexicana sólo ha dado pena (2 por ciento de tasa promedio anual de "crecimiento"), un registro muy distinto al del mercado bursátil del país, con alrededor de 350 por ciento de incremento.

Y como la especulación no se limita al mundo bursátil, el tipo de cambio del peso frente al dólar llegó a 11.43 unidades en algunas instituciones bancarias.

Entonces, la frase presidencial suena más que temeraria y, como señalábamos días atrás, en tiempos electorales, con el ambiente político crispado y 23 máximos históricos en la BMV surgidos de la nada en poco más de cuatro meses, necesariamente invitan a encender los focos rojos antes de que la voracidad de los barones y su "novela rosa" bursátil y cambiaria de nueva cuenta pasen la factura a todos los mexicanos.

Las rebanadas del pastel:

Lo que el gobierno foxista, en voz de Miguel Angel Yunes, calificó de "abusos deshonestos", la Comisión Nacional de Derechos Humanos lo documentó así: 23 mujeres agredidas sexualmente en Atenco. También decía que "no es creíble y no podemos sostener que se hayan dado violaciones tumultuarias en el momento de la detención". Lo increíble es que sea funcionario, aunque en el "cambio" ya nada es sorpresa.

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