Usted está aquí: miércoles 24 de mayo de 2006 Espectáculos Con testimonios, música y artes plásticas se levantó la voz por las detenidas de Atenco

En espectáculo inusual y divertido, Mujeres Sin Miedo... reunió a mil 500 personas

Con testimonios, música y artes plásticas se levantó la voz por las detenidas de Atenco

Libertad de presos políticos, una de las demandas en el salón Los Angeles

MARIANA NORANDI

La noche de este lunes, en el salón Los Angeles, las palabras de las mujeres golpeadas y violadas en San Salvador Atenco fueron oídas a través de las voces de un elenco conformado por grandes actrices y cantantes mexicanas. Con el nombre de Mujeres Sin Miedo: Todas Somos Atenco, la comunidad artística convocó a mil 500 personas que acudieron a este encuentro para solidarizarse con las mujeres ultrajadas en Atenco, exigir la libertad inmediata de los presos políticos y demandar justicia ante los sucesos criminales ocurridos en ese municipio los días 3 y 4 de mayo.

El encuentro se empezó a fraguar, tras una convocatoria del delegado Zero a las actrices Ofelia Medina y Ana Colchero, así como a la productora teatral Begonia Lecumberri, quienes sostuvieron una reunión en la Casa del Teatro de Coyoacán con el fin de realizar un festival y recaudar fondos para pagar las fianzas de las mujeres encarceladas. Allí comenzó algo que, dice Colchero, "estamos haciendo historia de un proceso que pasó hace sólo 20 días". Algo que brotó de una gota de agua, en menos de una semana se convirtió en un caudal de ideas y compromisos. A partir de comisiones -producción, sonido, iluminación, prensa, dirección y fianzas- este equipo de mujeres organizó un acto complejo, en el que no sólo logró recaudar la cantidad de 130 mil 421 pesos para los procesos judiciales de las presas de Atenco, sino que, además, consiguió un espectáculo inusual y divertido.

Blues, punk, rumba y ópera

Las puertas del salón Los Angels se abrieron a las 20:30 horas. Desde la entrada se respiraba un ambiente diferente. La gente no iba a bailar salsa ni danzón, sino que pagaba un boleto, un lunes por la noche, para apoyar a ese gran sector de la sociedad que rechaza de manera contundente una política represiva ordenada desde el Estado pero, a su vez, se encontraría con artistas muy diversas que bien pueden interpretar blues, punk electrónico, cabaret, rumba, rock u ópera.

En primera fila, el sub Marcos escuchaba y observaba a "estas soldaderas modernas" (término empleado por las artistas Jesusa Rodríguez, Regina Orozco y Liliana Felipe refiriéndose a las mujeres que mantienen una huelga de hambre en Almoloya, pero que perfectamente podría utilizarse también para las organizadoras de este encuentro).

La dirección escénica del espectáculo fue realizada por las actrices Carmen Huete y Alpha Acosta, así como por el director y dramaturgo Humberto Robles, quienes lograron un ambiente escénico equilibrado, entre entretenimiento y reflexión.

El espectáculo intercaló una canción por artista, con los testimonios de las mujeres violadas, los cuales fueron leídos por las actrices Ofelia Medina, Ana Colchero, Carmen Huete, Leticia Huijara, Ana Ofelia Murguía, Julieta Egurrola, Elizabeth Aguilar, Dolores Heredia, Ximena Ayala, Selma Beraud, María Sorté, Francesca Guillén, Giovanna Zacarías, Mariana Gaja y Marina de Tavira.

A pesar de que todas ellas son grandes actrices, en esta ocasión se las pudo oír de manera diferente de cuando interpretan un personaje teatral. En este caso, además de ponerle voz a los testimonios de mujeres violadas, se representaban a ellas mismas, mujeres indignadas cuyas voces fueron profundas, gargantas desgarradas, palabras que, en ocasiones, se quebraban de emoción.

Además de estos testimonios, hubo uno que conmovió de manera especial y ése ocurrió al principio del encuentro. Se trataba de un corto documental, de siete minutos de duración, realizado por la cineasta chilena Valentina Palma, violada en Atenco el 4 de mayo y deportada a su país el 12. En esa cinta, Valentina cuenta lo vivido en ese municipio, mientras intercala imágenes y fotos de la represión policial.

Todos los testimonios presentados en este acto fueron de mujeres, excepto el de dos hombres, los cuales fueron leídos por el actor Juan Manuel Bernal.

La parte musical fue muy diversa, tanto en lo que se refiere al género musical como al contenido. Se contó con la participación de Julieta Venegas, Betsy Pecanins, Rita Guerrero, Manuel Mejía, María Luisa Tamez, Yatana, Jesusa Rodríguez, Liliana Felipe, Regina Orozco, Astrid Hadad, Ximena Jiménez Cacho, Las Ultrasónicas, Los Licuadoras, Hebbe Rosell, Nayeli Nesme y Janet Macari.

Asimismo, el espectáculo contó con un grupo de batucada, varios performances, así como la lectura de un texto por parte del médico Arnoldo Kraus.

Pintura, grabado, caricatura...

A un costado del salón había una exhibición de obra plástica -pintura, grabado, fotografía, caricatura, xilografía y dibujo- así como de joyería, libros y discos donados por muchos artistas para reunir fondos.

Hasta un peluquero se sumó a la lucha desde su trinchera, realizando cortes de pelo a cien pesos.

El que este encuentro se llevara a cabo en el salón Los Angeles fue mucho más acertado que si hubiera sido en un teatro. La gente podía tomarse una cerveza, caminar entre las exposiciones pictóricas, platicar, escuchar y divertirse mucho más que lo que, en ocasiones, permite la incomodidad de una butaca y la solemnidad de un teatro.

Finalmente se escucharon unas palabras del delegado Zero y se realizó un "juicio popular" contra las autoridades municipales, estatales y federales, encabezado por Ofelia Medina. El veredicto final fue unánime e inequívoco: "¡Culpables!

 
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