Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 4 de junio de 2006 Num: 587


Portada
Presentación
Bazar de asombros
Para alejar la idea de la muerte
CARLOS ALFIERI
ENTREVISTA A KAZUO ISHIGURO
Nota útil sobre Bulgákov
JORGE BUSTAMANTE GARCíA
No hubo mujer más feliz que yo
ALEXANDR SCHUPLOV
Escribir antes que morir
OLGA NAUMOVA
Paul Schreber: en busca del lenguaje genial
ANDREAS KURZ
La senda del color
VLADY
Lo que el viento a Juárez
Mentiras transparentes
FELIPE GARRIDO

Columnas:
Enrique López Aguilar

Verónica Murguia

Angélica Abelleyra

Luis Tovar

Juan Domingo Argüelles

Noé Morales Muñoz


Directorio
Núm. anteriores
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Jorge Bustamante García

Nota útil sobre Bulgákov

Mijail Afanasievich Bulgákov nació en 1891 en Kiev, en la familia de un profesor universitario. Pasó su niñez y juventud en esa ciudad, donde cursó sus estudios escolares y universitarios, graduándose como médico en 1916 con la más alta calificación. Ya en esos años había nacido su interés por la escritura. Al terminar sus estudios trabajó en los hospitales de la Cruz Roja en el frente Sur Occidental, durante la primera guerra mundial. Después fue transferido a la región de Smoliensk, donde por varios años fue médico en varios hospitales. Estos años le sirvieron de material para los ocho cuentos que constituyen el ciclo Apuntes de un joven médico, escritos entre 1925 y 1927. Después de la toma de Kiev por el general Denikin, en agosto de 1819, Bulgákov fue movilizado por el ejército blanco al Cáucaso norte como médico militar. Y al final de la guerra civil, encontrándose todavía en el Cáucaso, tomó la decisión de abandonar el país. Pero en lugar de eso, en el otoño de 1921, se fue a Moscú y se quedó en esa ciudad para siempre. Es probable que esa decisión la tomara por influencia de su amigo, el poeta Osip Mandelstam, con quien se veía con frecuencia en Kiev, después de su regreso del Cáucaso. En sus primeros años en Moscú, fue colaborador de varios diarios como cronista y articulista satírico, como lo fueron en la misma época Valentín Kataev, Ilf y Petrov, Yuri Oliosha e Isaac Babel. Ahí también publicó sus primeros cuentos, donde se advertía la influencia de escritores como Andréi Bieli y Boris Pilniak.

Sus autores favoritos desde su temprana juventud fueron Gógol y Saltikov-Schedrín, a quienes apreciaría hasta el final de su vida. Los motivos de Gógol entraron directamente a su obra, comenzando desde uno de sus primeros cuentos satíricos, "Las aventuras de Chichíkov", y terminando con la escenificación de Almas muertas, en 1930 y la puesta para cine de El inspector, en 1934. Por lo que respecta a Saltikov-Schedrín, muchas veces lo mencionó como su verdadero maestro. En el espíritu de estos dos grandes escritores, en 1925, Bulgákov publicó su primera novela La guardia blanca, en dos partes, en la revista Rusia. Con base en esta novela, un poco después, escribió la pieza de teatro Los días de los Turbin, una de las más representadas por esos años en Rusia (más de mil veces) y aclamada después, incluso, por el mismo Stalin (quien dicen la vio más de diez ocasiones) y su camarilla, en quienes despertó un extraño e incomprensible interés, a pesar de considerarse como una pieza "contrarrevolucionaria". En mayo de 1926, cuando la policía registró su apartamento, le incautaron el manuscrito de su relato "Corazón de perro" y su diario. En lo sucesivo sus obras fueron, año tras año, sistemáticamente expulsadas de los escenarios de los teatros y de los periódicos. Los días de los Turbín, sin embargo, fue la única pieza de Bulgákov que se mantuvo en cartelera exitosamente durante muchos años.

En semejante situación el escritor se vio obligado a escribir una carta al gobierno, donde pedía le permitieran trabajar y medios para vivir, o de lo contrario le dejaran salir del país. Como respuesta recibió la famosa llamada telefónica de Stalin, que alivió un poco sus penurias, ya que éste prometió atender personalmente su pedido. Al poco rato recibió trabajo en calidad de director del Teatro Artístico y Académico de Moscú. En los años treinta, en la obra del escritor, cobra fuerza el tema de las relaciones difíciles, en general, entre el artista y el poder, tema desarrollado por Bulgákov con materiales de distintas épocas históricas: la pieza Molière, el relato biográfico "Vida del señor de Molière" (1933), la pieza sobre Pushkin Los últimos días y la novela El Maestro y Margarita.

Esta novela le traería al escritor, con el paso de los años y mucho después de su muerte en 1940, fama mundial. Y sólo llegaría a un amplio círculo de lectores soviéticos con un retardo de casi tres décadas, en 1966, cuando fue publicada de manera abreviada. Bulgákov escribió su novela como una obra total, polifónica y de múltiples planos, que tomó muchos motivos de su obra anterior, pero que se nutrió también de la literatura clásica rusa y de lo mejor de la literatura universal. Y como sucedió con la obra del poeta Mandelstam, que la salvó para la posteridad la dignidad y memoria de su mujer Nadiezhda Iakovlievna, El Maestro y Margarita llegó a los lectores gracias a la mujer de Bulgákov, Elena Sergeevna, quien en los difíciles tiempos de Stalin supo conservar los manuscritos de la novela.

Los especialistas rusos en Bulgákov proponen tres concepciones para leer su novela: una histórico-social (defendida por V.I. Lakshin), otra biográfica (M. O. Chudakova) y una tercera que hace énfasis en la estética con un contexto histórico y político (V. I. Nentsev). ¡Uf!, tal vez, a pesar de lo que piensen todos estos críticos amantes de las clasificaciones, El Maestro y Margarita sea todo eso y mucho más.

Nota final: desde 1972 se han realizado en Rusia al menos cinco largometrajes basados en El Maestro y Margarita. En diciembre del año pasado (2005) se presentó una serie sobre la novela en la televisión rusa, dirigida por Vladimir Bortko, que despertó grandes expectativas y múltiples opiniones controvertidas. Simultáneamente, en Hungría, también en 2005, se llevó al cine la novela de Bulgákov.

En castellano aparecieron recientemente dos versiones de la novela: una en España, traducida por Amaya Lacasa Sancha (Alianza Editorial, 2004) y otra en México, en versión del cubano Julio Travieso Serrano (editorial LECTORUM, 2004).

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