Usted está aquí: lunes 5 de junio de 2006 Opinión México SA

México SA

Carlos Fernández-Vega

Nueva jugada foxista en beneficio de trasnacionales

Carta blanca al capital extranjero en el negocio de la integración energética mesoamericana

Ampliar la imagen El presidente Vicente Fox junto al jefe del Ejecutivo de República Dominicana, Leonel Fernández, en la foto oficial del encuentro del Programa de Integración Energética Mesoamericana, en La Romana, Santo Domingo FOTOAp

Diez y no uno, fueron los afanosos agentes colocadores de inversión trasnacional los que, reunidos en La Romana, República Dominicana, otorgaron carta blanca al capital energético extranjero en el suculento negocio denominado Programa de Integración Energética Mesoamericana, el PIEM, promovido por el gerente del "cambio".

Como se recordó el pasado sábado en este espacio, tal programa originalmente fue concebido como un proyecto de capital "mixto" -gubernamental y empresarial-, porque ese concepto permitiría a los gobiernos participantes, entre otros elementos, controlar y regular el abasto y refinación de crudo (en su mayoría mexicano) para Centroamérica y República Dominicana, así como la construcción de una refinería y la selección del país en el que ésta se establecería. En tanto, el capital privado pondría su capital, a cambio del cual obtendría determinada tasa de ganancia y las consabidas garantías gubernamentales.

Herramienta del gobierno foxista para fortalecer su influencia política y económica en Centroamérica, el PIEM (que incluye la interconexión eléctrica, amén del renglón de los hidrocarburos) concibió de la siguiente forma la propiedad de la refinería a construir: "que México tenga el dominio del 40 por ciento de la planta, la iniciativa privada otro 40 por ciento y Centroamérica el 20 por ciento", de acuerdo con los detalles ofrecidos por el secretario de Energía, Fernando Canales Clariond.

Sin embargo, el primero en combatir dicha fórmula fue el propio presidente Fox, quien al suscribir la citada iniciativa energética en Cancún (diciembre de 2005) no se le ocurrió mejor idea que pintar su raya: "lo último que propondría para la comercialización de los recursos petrolíferos sería un monopolio; ya lo tenemos en México y no nos parece que sea la mejor fórmula".

Como en tantas otras ocasiones, la concepción del PIEM tuvo dos versiones: la pública, que aparentemente pugnaba por la inversión mixta -estatal y privada-, y la real, que desde un origen se limitó a abrirle las puertas -aún más- al capital energético trasnacional, para lo cual el presidente Fox contó con la anuencia de otros nueve gerentes regionales, quienes despachan en igual número de palacios de "gobierno".

Lo primero que tendría que haber propuesto el inquilino de Los Pinos es que la refinería se construyera en México, donde sólo existen seis plantas de tal naturaleza, y la más joven y guapa tiene medio siglo de existencia. Sin embargo, como a pesar de todos sus intentos no ha podido echar para atrás la norma constitucional, era menester que a los amigos de las energéticas trasnacionales se consiguiera un nuevo negocio.

Para ello, el inquilino de Los Pinos contó con la venia de los demás agentes colocadores de inversión trasnacional participantes en el Programa de Integración Energética Mesoamericana. Reunidos este fin de semana en La Romana, República Dominicana, en declaración conjunta pomposamente anunciaron que será "el inversionista (quien) tomará la decisión final de ubicación (de la refinería), sujeto a las bases elaboradas por los miembros del PIEM."

Previo a la "cumbre" en La Romana, insistentemente se mencionó que, tras el análisis respectivo -elaborado por la empresa privada KTC, Advanced Technologies, "además del apoyo del BID la Cepal"-, las posibilidades concretas para la construcción de la citada refinería se fueron depurando, y de 12 posibilidades sólo quedaron, dadas sus condiciones de infraestructura, "dos puntos en la costa del Pacífico: en Guatemala en un puerto denominado Puerto Quetzal, y en Panamá denominado Puerto Armuelles... De aprobarse, como esperamos, que el resultado sea positivo, y seguido de un proceso de licitación internacional abierto, habrá de ser la inversión más importante (alrededor de 7 mil millones de dólares) a lo largo de la historia del istmo Centroamericano, después del Canal de Panamá".

El secretario de Energía, Fernando Canales Clariond, precisó lo anterior en conferencia de prensa en Los Pinos, flanqueado por el vocero Rubén Aguilar. Horas después, en La Romana, el presidente Fox aseguró que "nunca se dijo dónde se construiría la refinería... los medios de comunicación especularon con la idea de que aquí habría una decisión en ese sentido".

Los mandatarios de Guatemala, Oscar Rafael Berger, y de Panamá, Martín Torrijos, sólo fueron a La Romana para escuchar el veredicto, pero se quedaron con las ganas. Carta blanca al capital trasnacional, porque "serán los inversionistas" quienes seleccionen. Tal vez por ello, Berger se apresuró a incrementar la oferta, como en La Merced: "Guatemala (...) también está aportando el terreno que fuere necesario para la refinería a título gratuito y con usufructo por 50 años".

Las rebanadas del pastel:

No le llegan al mexicano más rico, pero los nenes de la Sahagún no lo han hecho mal: el daño patrimonial causado por los Primeros Hijastros de la Nación ascendería a 134 millones de pesos, de acuerdo con la comisión legislativa que investiga a los cachorros.

[email protected] / [email protected]

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.