Usted está aquí: lunes 5 de junio de 2006 Opinión APRENDER A MORIR

APRENDER A MORIR

Hernán González G.

De cuentos y realidades

PREGUNTA BLANCA FLORES, de Torreón, Coahuila, "si finalmente la compañía Industrial Minera México brindó apoyo tanatológico a las familias de los trabajadores fallecidos en la mina de Pasta de Conchos, en Sabinas, Coahuila, pues incluso se habló de que habían contratado a expertos de una asociación española de tanatología".

REALMENTE DE LO UNICO que se tiene certeza con respecto a tan lamentable "accidente" es que esos 65 mineros no necesitarán "cristiana" sepultura, pues la negligencia conjunta de empresa, autoridades y sindicato ya se encargó de sepultarlos, así haya sido contra su voluntad.

POR LO QUE SE refiere al anuncio mitotero de traer tanatólogos españoles para impartir talleres a los deudos de las víctimas, es otra muestra de la mentalidad atrasada de Minera México. En nuestro país hay por lo menos dos agrupaciones serias dedicadas a la difusión de tan incomprendida materia: el Instituto Mexicano de Tanatología, y la Asociación Mexicana de Tanatología. Que tan alegre empresa lo ignore o lo haya pasado por alto tampoco servirá para devolverles la vida a esos 65 trabajadores. Talleres de toma de conciencia como clase tradicionalmente explotada es lo que deberían recibir las desconsoladas familias de esos mineros.

NICOLAS RODRIGUEZ inquiere si el testamento vital del que tanto hemos hablado, y seguiremos hablando, en este espacio "pudiera registrarse individualmente por ejemplo ante notario público o cuál puede ser el procedimiento para darle validez".

EN MEXICO, UNO de los muchos países decimonónicos del siglo veintiuno que aún quedan en el mundo, hay temas que por "nuestra idiosincrasia", es decir, la que unos cuantos disponen que debemos adoptar el resto, no son de nuestra incumbencia, entre otros un inteligente y maduro proceso de legalización del testamento de voluntades anticipadas.

CON UNA LEGISLACION rebasada hace mucho por la realidad y unos legisladores distinguidos por la banalidad de la televisión que los amamantó y corrompe, en nuestro país un notario público no puede registrar ni dar fe del testamento vital que haga una persona en pleno uso de sus facultades, no en estado terminal desde luego. Es "ilegal".

EL UNICO PROCEDIMIENTO para dar validez a tan importante documento es que los próximos legisladores exhibieran otros niveles de educación y de sensibilidad sociojurídica que permitiesen salir del tremendo rezago legal ante el mundo real que innecesariamente nos agobia.

ARMANDO FLORES LOPEZ piensa que "más que temer a morir, lo que se teme en términos generales es a la forma en que se va a morir. También considero que no hemos aprendido a vivir, por consiguiente no se aprende a morir... ¿Tú me podrías enseñar a morir?". Nadie, Armando, puede vivir vida y muerte de otro. Abrir muy bien los ojos y empezar a distinguir entre realidad y cuentos es un buen comienzo. La enseñanza es sólo una parte de la autoeducación. Abundaremos en la próxima columna.

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