Usted está aquí: jueves 8 de junio de 2006 Opinión México SA

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Carlos Fernández-Vega

El cuñado incómodo de Calderón dice que no gana pero gasta

Controla 20 empresas, tiene ingresos por $2 mil 500 millones y es socio de Madariaga Lomelín

Ampliar la imagen En la sede del CEN del PAN partidarios de Felipe Calderón se reunieron el martes para seguir por televisión el debate de los candidatos presidenciales Foto: José Antonio López

Más rápido que una saeta salió al quite el secretario de Energía, Fernando Canales Clariond, tras la acusación pública que la víspera hiciera Andrés Manuel López Obrador en contra del candidato de las "manos limpias y su "cuñado incómodo", Diego Zavala: "todos los contratos -dijo- están sujetos a la ley y, entre otros requisitos, las empresas participantes, para poder ofrecer productos y servicios de distinta naturaleza, manifiestan estar al corriente en sus obligaciones fiscales".

Agil respuesta de un gobierno estructuralmente lento, pero es obvio que si las licitaciones ganadas y los contratos gubernamentales obtenidos por el "cuñado incómodo" son iguales a los usufructuados por los nenes de Marta Sahagún, el candidato Feliproa está frito.

Por ejemplo, los Primeros Cachorros de la Nación y las cabezas visibles del IPAB aseguran que los jugosos negocios realizados entre ambos son "lícitos", pero la comisión legislativa que investiga a los primeros ha demostrado exactamente lo contrario, amén de documentar el consabido tráfico de influencias, es decir, el mismo caso de los cuñados blanquiazules.

La documentación que sustenta la denuncia de López Obrador ha sido divulgada, y la reacción del Feliproa ha sido igual a la de los nenes Sahagún: "falso, demandaremos, que nos lo prueben...", fanfarroneaban los cachorros. Y que se lo prueban. La misma que en el caso del Fobaproa-IPAB: "yo no fui, fue teté tricolor; soy siniestro, no diestro...", y la inmersión de sus "manos limpias" en la "legalización" del llamado fraude del siglo ha sido más que documentada.

Por lo demás, Felipe Calderón tendría que reclamarle severamente al "cuñado incómodo" su rotundo fracaso como empresario, porque de acuerdo con los reportes financieros divulgados por el equipo de campaña del Peje candidato, Diego Hildebrando Zavala Gómez del Campo es un verdadero fiasco: ingresos por 2 mil 500 millones de pesos en el último quinquenio, multiplicación de los panes por medio de la creación de empresas aquí y allá, sorprendentes incrementos en las ventas, generosos contratos gubernamentales, etcétera, etcétera. Todo ello para no obtener un solo peso de ganancia, según sus reportes fiscales. ¿De qué comerá el pobre pariente político metido a "hombre de negocios"?

Para ser un empresario sin ganancia alguna, e incluso pérdidas crecientes, en los últimos cinco años Diego Hildebrando Zavala, el "cuñado incómodo", tiene una suerte envidiable. Sin problema alguno puede aportar 250 mil pesos a las finanzas de su partido político (obvio es que el PAN), además de pagar puntualmente su membresía en el Club de Golf Malinalco -uno de los más nice del país-, en el que comparte green no sólo con algunos de sus socios oficiales (Alejandro Ramos Larios y Mauricio Rioseco Orihuela, beneficiario del Fobaproa), sino con transparentes cuan civilizados "hombres de negocios" como Ignacio Creel Cobián -ex coordinador de finanzas de su primo, el charrito que por un accidente de la vida despachó en Gobernación, cuando quiso ser jefe de gobierno en el Distrito Federal- y Germán Larrea Mota Velasco, cabeza del Grupo México, quien mantiene los restos de 63 mineros bajo millones de toneladas en Pasta de Conchos, mientras él le da duro al palo y la pelota.

Y como los cachorros Sahagún, Diego Hildebrando Zavala recurrió a los medios electrónicos para pintar su raya. Generoso, advirtió: "antes de demandarlo -al Peje- va a tener la oportunidad de demostrar las acusaciones; si no lo hace, tendrá que ofrecer, en cadena nacional, una disculpa pública, cuando menos. Si ellos creen que estamos (fiscalmente) mal, que vayan al SAT" (declaraciones a Pepe Cárdenas). Los nenes remitían a sus críticos a la Secretaría de la Función Pública. Y al lado del "cuñado incómodo", el Feliproa.

Qué desperdicio. Cerca de 20 empresas bajo su control, ingresos acumulados por cerca de 2 mil 500 millones de pesos, socios que se beneficiaron del Fobaproa, contratos con empresas públicas con pésimos antecedentes en materia de corrupción, y nada. Nada de utilidades, nada de impuestos, nada de nada.

Por si fuera poco, entre sus asociados aparece el gran "hombre de negocios" José Madariaga Lomelín, uno de los principales arquitectos de la debacle bancaria de 1995, ex presidente del gremio de los barones del dinero, primer beneficiario de la reprivatización salinista de las instituciones financieras (le tocó el Multibanco Mercantil de México, después Multibanco Probursa, finalmente vendido al BBVA, pero "rescatado" por el erario), plañidero número uno ("nos vendieron bancos chatarra"), ex socio de Raúl Salinas de Gortari en la empresa MASA, e investigado por la justicia española por presunto lavado de dinero, entre tantas otras gracias.

Con los antecedentes documentados por el Peje candidato y los respetabilísimos socios ligados al "cuñado incómodo", ¿cómo no creerle al Feliproa y sus "manos limpias" cuando asegura que lo "calumnian"?

Las rebanadas del pastel:

¿Dónde negocian los partidos políticos los "acuerdos de civilidad"? ¿En la Secretaría de Gobernación? ¿En el IFE? ¿En lo oscurito? Nooooo: en el canal de las estrellas.

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