Usted está aquí: jueves 15 de junio de 2006 Opinión México SA

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Carlos Fernández-Vega

Amenaza para el cierre sexenal del cambio

Nueva desaceleración de la economía estadunidense representa una alerta para el país

Ampliar la imagen El presidente Vicente Fox durante su visita a las nuevas instalaciones del Instituto Nacional de Pediatría Foto: Notimex

De por sí magro en el último lustro, el comportamiento económico en el cierre sexenal del "cambio" se ve amenazado por una nueva desaceleración en el vecino del norte, de acuerdo con la señales de alerta encendidas por la Reserva Federal estadunidense.

Con un raquítico promedio de 1.8 por ciento anual de "crecimiento" en ese quinquenio, el inquilino de Los Pinos esperaba un buen año para su cierre sexenal, e incluso en días pasados retomó aquella quimera, que ya suena como pésimo chiste, de que la economía mexicana "ya crece a 7 por ciento".

Vicente Fox arribó a Los Pinos en plena desaceleración económica y, ante su reiterada negativa de visitar a los brujos de Catemaco para que le quieten lo salado, parece que abandonará la residencia oficial en una circunstancia similar, porque el caballo que tanto quiere y defiende de nueva cuenta se cansó.

La Reserva Federal de Estados Unidos, que encabeza Ben Bernanke, relevo del gurú Alan Greenspan, divulgó su libro beige sobre la economía de aquel país -el famoso cuan desgastado "motor del mundo"- y su contenido no es precisamente para inyectar alegría: durante mayo y comienzos de junio se observan indicios de una desaceleración, al tiempo que aumentan las presiones inflacionarias y comienza la contención salarial.

Tiempo atrás el secretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz, estimó que cada punto porcentual de crecimiento en la economía estadunidense tiene un efecto positivo en la mexicana de medio punto. Eso en tiempo de jauja, porque si la primera se desacelera, la segunda irremediablemente se cae.

Mientras el secretario Gil echa cuentas a la baja, la OCDE -el llamado club de ricos del que México es socio, aunque todavía no se sabe por qué, presidido ahora por José Angel Gurría- divulgó su Panorama del empleo 2006, que contiene un dato estremecedor: la informalidad en México involucra a 40 por ciento de la población económicamente activa, lo que en números llanos y tristes equivale a poco más de 17 millones de personas, las que en su mayoría no tienen mayor recurso de supervivencia que la economía informal. Las más afectadas son las mujeres, pues sólo cuatro de cada 10 tienen empleo, contra casi seis de cada 10 como promedio en las naciones integrantes de la organización.

De acuerdo con Raymond Torres, jefe de la División de Análisis y Política de Empleo de la OCDE, esa delicada situación puede empeorar si las recientes medidas antimigratorias estadunidenses son exitosas. Esta referencia no se limita a la eventual reducción en el monto de remesas, sino a la posibilidad de que el ejército de desempleados que la administración Fox empujó hacia Estados Unidos sea devuelto y lo que ello implica en lo laboral y social.

Por si lo anterior fuera poco, la información de la OCDE revela que una creciente mayoría de jóvenes en México no está en la escuela ni encuentra trabajo. En 1996, 25 por ciento de este segmento poblacional se encontraba en esa circunstancia; tres años después la proporción creció a 30 por ciento y el cierre sexenal es pronóstico reservado. En el país, advierte, 55 por ciento de los jóvenes dejan la escuela antes de concluir la secundaria; casi cuatro veces más que la tasa promedio en las naciones de la OCDE. Así, México deberá generar alrededor de 10 millones de nuevos para equilibrar su mercado laboral y equipararse con los países con los comercialmente compite.

El anterior es uno de los saldos reales del sexenio del "cambio". En qué terminó aquella pomposa promesa de campaña de generar un millón 350 mil nuevos empleos por año y crecer a una tasa anual de 7 por ciento. Y todavía pretenden repetir el numerito.

Por cierto, el que intenta seguir el ejemplo foxista asegura que "se cayó el teatrito" de las acusaciones por tráfico de influencias en su contra y del cuñado incómodo, quien, dicho sea de paso, no deja de "taruguearlo" a la primera oportunidad, como lo declaró a la revista Proceso.

Pues bien. Lejos de derrumbarse el "teatrito", la Comisión Permanente del Congreso unánimemente aprobó la comparecencia de los titulares de Hacienda (Francisco Gil Díaz), Desarrollo Social (sor Ana Teresa Aranda), Sistema de Administración Tributaria (José María Zubiría Maqueo) y Petróleos Mexicanos (Luis Ramírez Corzo), todas ellas dependencias involucradas en el caso de las empresas Hildebrando y Metadata, para determinar si el cuñado incómodo, Diego Zavala, y sus empresas pagan impuestos, y en qué condiciones se le otorgaron los no pocos contratos públicos.

Acordó, también, que la Procuraduría General de la República, la Secretaría de la Función Pública y la Auditoría Superior de la Federación intervengan para esclarecer tipos de contratos, montos de las comisiones y cumplimiento fiscal de Zavala y sus empresas a lo largo del "cambio", amén de una auditoría fiscal por parte de la Secretaría de Hacienda y el SAT.

El "teatrito", en efecto, se cayó, pero sobre los huesos del Feliproa y su cuñado incómodo.

Las rebanadas del pastel:

Nueva conjugación política, aportada por Diego Zavala: yo, tú, él... te "taruguean", cuñado incluido.

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