Usted está aquí: viernes 16 de junio de 2006 Opinión Ciudad Perdida

Ciudad Perdida

Miguel Angel Velázquez

Guerra soterrada en el IEDF

Lucha constante por espacios de poder

Consejeros al servicio de su propia causa

Detrás del lamentable espectáculo televisivo llamado debate que se transmitió el lunes pasado, en ese heroico gesto de la democracia por aclarar la confusa mente de sus hijos: los votantes, hay un mar de grillas que, sin ser específicamente creadas por los partidos políticos, son producto de las ambiciones de poder y de las malas herencias impuestas al Instituto Electoral del Distrito Federal (IEDF).

En la administración pasada, la presidencia del organismo fue manifiestamente inútil. El gris Javier Santiago Castillo, así se llama el que ocupó ese cargo, se hizo notar, cuantas veces pudo, por su absoluta incapacidad, y los vacíos creados en su entorno, como siempre sucede, se llenaron con la habilidad política y discursiva de algunos otros consejeros.

Así, a la llegada del nuevo consejo, sus miembros supusieron que la deficiencia tendría que convertirse en ley, y como sus antecesores, cada uno, o mejor dicho algunos, deberían cargar con la responsabilidad de las decisiones políticas que se tomaran en el instituto.

Pero todo hace pensar que las cosas no caminaron como algunos querían. Isidro Cisneros fue elegido como consejero presidente del organismo y su carácter nada tiene que ver con el presidente pasado, es más, hay quien asegura que, por el contrario, su mayor problema es el protagonismo.

En esas condiciones, la lucha por los espacios de poder se ha vuelto constante y cada vez más álgida. Aunque cada uno de los consejeros tiene su parcela asignada, hay quienes no están conformes, y cada decisión tomada por la presidencia es cuestionada y muchas veces rechazada por unanimidad, es decir: todos en contra del presidente del instituto electoral.

Se trata de paralizar la dirección del organismo para que, con toda holgura, cada uno de los consejeros jale agua para su molino sin la interferencia de quien es el principal responsable del funcionamiento del instituto.

Es verdad, eso hay que señalarlo, el equipo con el que arrancó Cisneros su gestión no es el más capaz. Los errores, que sí han existido, por ejemplo en la integración de los expedientes de cada uno de los casos que se han visto hasta ahora, no ha sido acertada, y eso puede acarrear graves problemas a toda la institución.

Eso es totalmente cierto, y se puede probar porque son cuestiones técnicas, pero en eso no radica el malestar de los demás consejeros. Su molestia se fundamenta en los momentos de gloria política que les brinda la luz mediática y en los espacios políticos que de ello deriva, que sirven para sus causas de grupo o de partido. Gloria de la que ahora no disfrutan porque no reciben, al parecer, la información necesaria.

Hay, entonces, como se puede ver, una guerra soterrada en el Instituto Electoral del Distrito Federal que seguramente estallará, con toda su fuerza, pasada la elección. Es curioso, los propios consejeros aseguran que no se trata de sacar de la presidencia a Cisneros, tal vez porque están conscientes de que un golpe en contra de la presidencia llevaría a la creación de un nuevo consejo donde ninguno de ellos figuraría. Tal vez sea por ello que son tan mesurados. Lo que no se vale, y eso debe quedar bien claro, es que el Gobierno del Distrito Federal meta las manotas en este muy triste asunto.

Por lo pronto, un par de consejeros: Gustavo Anzaldo y Fernando Díaz Naranjo, han logrado un acuerdo con los restauranteros de la ciudad para premiar, y con ello incentivar, la participación de los ciudadanos en la contienda del próximo 2 de julio.

Se trata de ofrecer descuentos en la comida a todos los que demuestren, con el pulgar entintado, que cumplieron con el ejercicio ciudadano del sufragio. La idea es buena y es muy probable, en eso andan, que se unan a esta gestión algunos otros miembros de la iniciativa privada. Una importante cadena de cines podría hacer eco a esta nueva idea que se anunciaría hoy mismo, pero que nadie se quede dormido: en el IEDF hay una guerra.

Las encuestas

Tal y como se lo comentamos en la entrega pasada, la ventaja de López Obrador sobre Feli-pillo es de más de tres puntos. Así fue como nos lo platicó el encuestador de una embajada en nuestro país, que hizo una medición que no será publicada, pero que sirvió para normar criterios en la sede diplomática.

Por cierto, si algo debe heredarle Fox a Feli-pillo es una buena dotación de Prozac, ya que sus niveles de histeria son verdaderamente preocupantes.

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