Usted está aquí: sábado 17 de junio de 2006 Opinión En off-side

Luis Javier Garrido

En off-side

El fracaso de la andanada del PAN para ocultar los probables actos de corrupción de Felipe Calderón, hoy inmerso en un absoluto desequilibrio emocional, está contribuyendo a hundir más al candidato y a su partido, y a advertir a los mexicanos sobre los riesgos que entraña un gobierno fascistoide como el que encabezaría, pues según el propio abanderado, con él seguirían las mismas políticas antinacionales de Vicente Fox, aunque con mayor represión e intolerancia.

1. El escándalo de corrupción de Calderón y su cuñado incómodo, Diego Hildebrando Zavala, y la incapacidad de ambos para responder con argumentos que no sean la amenaza y la violencia verbal, han contribuido a desnudar más a la derecha mexicana y a evidenciar el talante neofascista de los actuales dirigentes del PAN, que han quedado como lo que son: simples traficantes de influencias.

2. Se confirma ahora que la exigencia de Felipe Calderón, presidente nacional del PAN en 2002, a Vicente Fox para que incorporara cuadros del panismo al gabinete no entrañaba -como se quiso suponer- la pretensión de un grupo de dirigentes de este partido para rectificar el rumbo del gobierno y el pragmatismo neoliberal y corrupto del Presidente, sino una reclamación para compartir un botín.

3. El objetivo de Calderón de "ganar el gobierno sin perder el partido" se diluyó a su llegada a la Secretaría de Energía con la encomienda de privatizar el sector energético y favorecer a sus allegados. Su cuñado expuso su filosofía mercantil poco después, al crear el grupo Empeiría con otras empresas de software, cuyos lineamientos eran crear "una sinergia con el gobierno", es decir, una red de mutuas complicidades (El Universal, 7/7/03), como lo reconoció entonces la propia dependencia, misma que busca ahora apoyos ilegales para Calderón.

4. La reacción del gobierno, que trata de proteger a los hermanos Zavala con boletines de prensa y declaraciones, evidencia que la alianza Fox-Calderón para compartir el poder supone componendas para hacer negocios y encubrirse mutuamente. Es evidente que Fox dio en 2003 espacios a los cuadros del PAN, y permitió entrar al reparto de convenios, contratos y concesiones a los negocios que monopolizan Carlos Salinas de Gortari y su grupo y los más prominentes "amigos de Fox" para garantizarse impunidad en el siguiente sexenio.

5. Es evidente también que las corruptelas del candidato del PAN están asociada a las del foxismo, que muchos panistas entraron a estos grandes negocios y que el caso de Diego Zavala no es el único. El aventurero gallego Juan Carlos Mouriño, radicado desde hace años en México ("amigo" de Fox, quien gestionó recursos del exterior en 2000 y ha tenido un enriquecimiento inexplicable en este gobierno), ha sido señalado como prestanombres del Presidente para adquirir el club de futbol español Celta de Vigo. Su hijo, Juan Camilo, es el actual subcoordinador de campaña del propio Calderón.

6. El origen de los cientos de miles de dólares que cuesta a Calderón la propaganda de cierre de campaña tiene su respuesta en esta alianza. En mayo, el candidato rebasó el tope autorizado por el IFE y ahora tiene en marcha una nueva oleada de propaganda calumniosa, que busca ocultar su falta de propuestas y confirma los señalamientos de que recibe recursos ilegales del exterior y de empresas nacionales, a lo que deben agregarse las denunciadas prácticas de peculado.

7. Las dos principales aportaciones de Calderón al PAN habrán sido colocar a los cuadros panistas, incluidos sus familiares, en las redes de corrupción estatales y dar un impulso al proceso de fascistización de su partido, que contraviene la aspiración democrática del país. El PAN ha involucionado, y más que asemejarse a los sinarquistas de los años 30 está pareciéndose cada vez más a la Falange española.

8. El país está en riesgo, no sólo porque las mafias del PRI salinista, del PAN y El Yunque buscan seguir entregando los recursos de la nación a las trasnacionales, suprimiendo los derechos de los mexicanos y aprovechándose de las privatizaciones para hacer negocios, sino por el hecho de que estos grupos han llegado a un nivel de intolerancia, de calumnia, de mentiras y barbarie que emula a Italia y Alemania en los años 30, como ya empieza a verse en Atenco, Lázaro Cárdenas y Oaxaca, o en los espots de Felipe Calderón, de abierto corte neofascista.

9. El PAN actual carece de principios que defender y sus dirigentes no parecen tener ética política, inmersos en la obsesión de aplicar el modelo neoliberal y aprovechar la situación para hacer negocios ilícitos. La función pública no tiene para ellos, como lo demuestran sus actos, más objetivo que el enriquecimiento personal y de sus amigos. El ex panista Jorge Eugenio Ortiz Gallegos reflexionaba sobre el hecho de que Calderón hubiera traicionado los principios de su propio padre, el historiador Luis Calderón Vega, en su artículo "El cristianismo corrompido" (El Universal, 14/06/06), y abría una interrogante sobre el destino de la derecha mexicana.

10. El rumbo del país es otro y supone una rectificación absoluta del camino, y el sometimiento de este grupo de delincuentes de Estado a la voluntad popular.

 
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