Usted está aquí: lunes 19 de junio de 2006 Opinión Abuso contra animales

Iván Restrepo

Abuso contra animales

La ambientalista Adriana Salas lleva años insistiendo en la necesidad de acabar con los abusos que se cometen contra los animales, denunciando la los métodos que se utilizan para eliminar a gatos y perros callejeros, así como la situación tan lamentable en que se encuentran leones, tigres, panteras, elefantes y otros ejemplares de los circos que llegan a la ciudad de Durango.

El abuso contra los animales es tan generalizado que en varias partes del país se hacen continuos llamados para detenerlo. En carta publicada en el número más reciente de la revista Especies, Karina Martínez denuncia que el Zoológico del Altiplano, con sede en Tlaxcala, vendió tres ositos a un circo. Luego de expresar su extrañeza por este hecho, ya que esa especie está en peligro de extinción en México, pregunta si no habría sido mejor enviarlos a otro zoológico.

Los editores de Especies comentan al respecto que el zoológico de Tlaxcala está lejos de ser uno de los mejores del país. Y que, además, debe investigarse si los ositos fueron vendidos siguiendo la normatividad vigente en la materia y si serán bien tratados en su nuevo lugar de reclusión. Sin embargo, descartan la conveniencia de que regresen a la vida libre ejemplares nacidos en cautividad, porque "han perdido sus habilidades naturales para sobrevivir en el campo".

La vida de los animales en los circos es muy triste, inclusive en países donde se presume que hay respeto por los animales, como en España. El reportero R. Méndez cuenta en El País la historia de Yaki, un simio arrebatado de las selvas africanas, que durante 10 años fue atracción circense y que sólo tiene dos dientes en la mandíbula inferior, ya que le extrajeron todos los demás para que no fuera a morder a algún espectador, y ni siquiera puede quejarse porque los dueños del circo le cortaron las cuerdas vocales para que sus fuertes chillidos no espantaran a la gente. Finalmente lo castraron para que se "tranquilizase".

Después de vivir por años libremente, alimentándose en la selva de frutas, ramas, flores y animales pequeños, el mundo civilizado confinó durante años al chimpancé en una jaula, y mal alimentado fue exhibido como "atracción". Hoy Yaki está a resguardo de una agrupación que protege a los simios. Pero, ¿quién protegerá a los miles de perros, gatos y otras "mascotas" que serán abandonados por sus dueños dentro de un mes cuando dejen las ciudades para tomar sus vacaciones de verano?

Volviendo al caso de México, se sabe que en algunos restaurantes y discotecas, así como en las calles de algunos centros turísticos se exhiben leones, tigres y otras especies como novedad para los visitantes. Una inspección rigurosa de las autoridades mostraría que muchos de esos ejemplares han sufrido intervenciones parecidas a las de Yaki.

Mientras, la dirección de Ecología y Turismo de Cozumel suspendió 10 días el servicio de calesas que se ofrece en la isla. A los dueños de ese medio de transporte les habían dado cuatro meses de plazo para acabar con el maltrato y deplorable estado físico en que se encuentran los caballos que tiran las calesas: lastimaduras y llagas en diversas partes del cuerpo que les ocasiona el uso del arnés y demás equipo que deben soportar, aunado a la mala alimentación, condiciones higiénicas deplorables de los lugares donde "descansan" los animales después de trabajar; falta de herraje, entre otras irregularidades. Una revisión al estado en que se encuentran los equinos que tiran las calesas que circulan por las calles de Mérida, Aca-pulco, Guadalajara y Chapala mostraría un panorama similar.

Si esto sucede en negocios que deben cumplir normas estrictas, no menos revelador es lo que ocurre en el medio oficial responsable de velar por el buen estado de la fauna. Así, en Cancún se entregaron leones, tigres y otras especies a un particular para que se encargue de "cuidarlas". Se trata de ejemplares decomisados por las autoridades a particulares que los tenían en calidad de "mascotas" que abandonaron cuando ya no pudieron mantenerlos o vieron en ellos un peligro. Por falta de espacio no incluimos otros ejemplos.

A dos semanas de las elecciones, recordemos que la protección a los animales brilló por su ausencia en los programas de los tres candidatos. Y fue promesa incumplida en este sexenio.

 
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