Usted está aquí: jueves 22 de junio de 2006 Deportes México no pudo ante Portugal

El Tricolor volvió a jugar un partido gris, sin chispa, ante un rival plagado de suplentes

México no pudo ante Portugal

Una "inocente" mano de Rafael Márquez originó un penal, que aprovechó Simao para poner en la lona al cuadro de La Volpe

Kikín Fonseca anotó el tanto de la honra al rematar un tiro de esquina

AGENCIAS

Ampliar la imagen Omar Bravo dejó ir el tanto que representaría el empate frente a Potugal, al fallar un penal Foto: Ap

Gelsenkirchen, 21 de junio. México clasificó a los octavos de final del Mundial Alemania 2006, pero por escasos méritos propios. El Tricolor jugó mal, sufrió y perdió hoy por 2-1 ante Portugal, y sólo avanzó como segundo del Grupo D gracias al empate entre Angola e Irán.

Como ante Angola, México volvió a jugar un partido gris, sin chispa, esta vez ante un rival plagado de suplentes y que sólo arriesgaban ser primeros del sector. Los mexicanos llegaron a estar abajo 2-0 e incluso se temió por su eliminación: el solsticio de verano, celebrado hoy, estuvo a punto de convertirse en eclipse.

Portugal acabó en la punta del grupo con nueve puntos, y México segundo, con cuatro. Angola, debutante en el Mundial, tuvo que conformarse con la tercera plaza y dos puntos, mientras que Irán fue último, con uno.

El grupo fue catalogado de asequible tras el sorteo, pero la actual selección mexicana no está ni siquiera para resolver las empresas más sencillas.

En la primera parte no se vio buen juego casi por ningún sitio, pero por lo menos resultó emocionante y por momentos hasta electrizante. Como en los dos partidos anteriores, México arrancó con decisión; sin embargo, toda la fuerza y convicción que demostró se esfumaron cuando Portugal trazó su primera combinación e inauguró el marcador al minuto 6.

Maniche abrió para Simao, el extremo del Benfica se internó hasta el área y cedió atrás, por donde entraba a toda velocidad el mismo Maniche, quien fusiló a Oswaldo Sánchez.

La Volpe ni siquiera se levantó de su banquillo, en el que por segundo partido consecutivo aguantó sin fumar. Todo le salía mal al Tricolor, que incluso sufría resbalones continuos de sus jugadores.

Los portugueses se dedicaron a tocar y a deleitarse, entre el delirio de sus hinchas, minoritarios pero muy ruidosos. Mientras, México parecía aturdido. Cuando se recuperaba del golpe, llegó el segundo al minuto 24, por una incomprensible e inocente mano del astro Rafael Márquez, para rechazar un tiro de esquina.

Simao no perdonó el penal, pese a los amagos de Oswaldo, y el público empezó a pensar en el otro partido. Los aproximadamente 25 mil mexicanos preguntaban con miedo si Angola iba ganando, mientras los portugueses animaban con sorna a su ex colonia: "¡Angola, Angola!"

El gol de Francisco Kikín Fonseca le devolvió la vida a los mexicanos. Al minuto 29, Fonseca acortó distancia al rematar con la cabeza un tiro de esquina enviado por Pardo desde la punta izquierda, aprovechando las vacaciones que se había tomado la zaga portuguesa.

La anotación no sólo rompió la ceguera exhibida ante Angola, sino que tranquilizó al Tri, que se apoderó del balón e incluso pudo marcar el segundo vía Omar Bravo, Pardo y Márquez.

Tras el descanso, La Volpe deshizo la novedad que introdujo al comienzo. Retiró al joven Rodríguez y devolvió a la defensa a un Márquez que no había sido decisivo en el centro del campo.

Poco cambió con la sustitución, porque los que modificaron el curso del partido fueron Luis Pérez y Bravo. Luis arrancó un penal por mano de Miguel, pero Omar mandó su cañonazo al cielo, al 58. Sólo tres minutos después, Pérez se dejó caer de nuevo ante Miguel, pero salió perdiendo: recibió la segunda tarjeta amarilla y expulsión.

Quedaba media hora, y además al campo llegó el aviso del gol de Angola. México se asomaba al abismo. Para acentuar la desesperación, Bravo envió el balón de nuevo a la tribuna, cuando estaba solo frente al portero Ricardo.

El público pedía a Guillermo Franco, pero La Volpe dio entrada a un lateral derecho, Castro, por un lateral izquierdo, Pineda, y no fue hasta el minuto 80 cuando satisfizo las demandas de los hinchas.

Sin embargo, el equipo parecía atenazado, y la mejor noticia llegó desde Leipzig, donde Irán empató ante Angola. Ahí se acabó el partido en Gelsenkirchen: Portugal paseaba el balón, sólo defendía, y México estaba una vez más cegado en el remate.

Agencias

 
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