Usted está aquí: viernes 23 de junio de 2006 Opinión Tierra de México...

Carlos Montemayor

Tierra de México...

Ampliar la imagen Tierra de México en tierra de Francia, escultura de acero inoxidable creada por la artista Agueda Lozano (Chihuahua, 1944). La obra, cuya inauguración se efectuó ayer, fue emplazada en la Place de México, en París. Al fondo se observa la Torre Eiffel

En la gloria de la Place de México, Agueda Lozano ha depositado tierra de diversas regiones mexicanas, tierras con diferente color: oscuras, rojas, grises, blancas, para concentrar en la base de la escultura la diversidad del suelo nutriente de México. La tierra de México, está, pues, literalmente, en la tierra de Francia. Por eso, la escultura es, en principio, una verdad.

Pero las tierras de México y de Francia provienen de distintos continentes. Francia y México simbolizan dos continentes. Son la diversidad y su unidad.

Por ello la escultura parece desprenderse de sí misma y elevarse como dos cuerpos diferentes que no logran acercarse ni desprenderse del todo, pero que en la diferencia hallan su equilibrio. Es un equilibrio en su volumen, su fuerza, su diferente inclinación y tensión.

Las hojas de acero se unen y separan alternadamente como una pareja de danzantes que cambian de ritmo y de movimiento, de orientación y de fuerza, de volumen y suavidad, según se le mire desde la avenida d'Eylau o desde las calles de Belles Feuilles, Longchamp, Decamps o Sablons.

La escultura proviene también del tiempo actual, del vigor con que las ciudades crecen y se construyen. Ante un mundo socialmente endurecido en muchos aspectos, el acero enseña con Agueda Lozano una ductilidad inesperada, una maleable fuerza sometida a la idea y al ritmo.

De las entrañas mismas del mundo moderno, el acero inicia esta nueva danza ensimismada y noble; enseña que en su propia aparente inmovilidad se mueve y busca sus diversas y distantes historias. Pero en la tierra siempre recuerda que su raíz es la misma, sólo una.

Tierra de México en Tierra de Francia es el poema secreto de una tierra depositada en otra parte del mundo.

Es el poema secreto de la diversidad de la tierra y de su unidad. En la suavidad y la danza del acero ambas tierras están aquí como símbolo del mundo: la tierra que danza y nace de una misma raíz, que nutre a todos los pueblos que forman parte del mundo.

Escritor, ensayista, poeta y traductor

 
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