El cuadro europeo aplicó el cerrojo y consiguió su mayor éxito mundialista en 12 años
Suiza desempolvó estrategia defensiva y sepultó esperanzas de Corea del Sur
Los asiáticos se despidieron del torneo; reclamaron fuera de lugar en el segundo tanto
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Philippe Senderos (izquierda) supera al defensa Jin Cheul Choi para anotar
Foto: Ap
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Tranquillo Barnetta (16) y el portero suplente Diego Benaglio celebran su pase a octavos de final
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Fannover, 23 de junio. Suiza desempolvó su famoso "cerrojo" defensivo y atacó en el momento oportuno a Corea del Sur para derrotarla 2-0, clasificarse a octavos de final como líder del grupo G y de paso eliminar a los asiáticos.
El primer gol lo marcó el defensa Philippe Senderos, al minuto 23, con un remate de cabeza, y la cuenta la cerró Alexander Frei, al 77.
La escuadra helvética, que alcanzó así su mayor éxito mundialista en 12 años, se medirá en la próxima ronda con Ucrania, el 26 de junio en Colonia.
El encuentro, disputado ante 43 mil espectadores -la mayor parte suizos vestidos con casacas rojas- que colmaron el estadio de Hannover, comenzó en situación de paridad.
El cuadro europeo, dirigido por Koebi Kuhn, fue práctico y utilitario con la pelota, con el propósito de administrar la ventaja lograda en la primera etapa y atajar la ofensiva rival.
La selección Nati (La Nacional) de Suiza sacó del archivo el dispositivo "cerrojo" para bloquear todo camino hacia su arco, sistema que la caracterizó durante décadas.
La táctica consistió en replegar sus filas y formar una barrera de custodios, sin dejar huecos. Pero el empuje de los asiáticos lo forzó a entrar en ardorosa lucha.
Los sudcoreanos estaban en octavos cuando Francia empataba ante Togo, pero el triunfo galo (2-0) los obligó a quemar las naves para no defraudar, luego de haber alcanzado un histórico cuarto puesto en Corea-Japón 2002.
Frei fue la figura de su equipo y de la cancha por el oportunismo dentro del área, mientras Senderos desniveló cuando fue a buscar un centro aéreo y concretó elevándose entre los defensores, aunque su cabeza chocó enseguida con uno de ellos, lo que le causó una profunda herida en la frente.
El tiro de gracia fue una jugada desafortunada de la zaga sudcoreana, cuando un defensa dio un rebote que dejó a Frei solo frente al arquero Won Jae Lee, a quien eludió en la carrera y batió con remate desde cerrado ángulo.
Los sudcoreanos protestaron airadamente al árbitro argentino Horacio Elizondo por haber dado validez a un gol en el que vieron posición adelantada del artillero, pero no les quedaban fuerzas para reaccionar después del segundo gol que los derribó sicológicamente y echó por la borda lo conseguido en los dos primeros partidos.
Suiza cerró defendiéndose con 10 hombres, por lo que Ho Lee y Jae Jin Cho terminaron chocando una y otra vez contra aquella muralla humana.
El arquero suizo Pascal Zuberbuehler no pasó sustos.