Usted está aquí: sábado 24 de junio de 2006 Opinión México SA

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Carlos Fernández-Vega

El gran capital, al quite para mantener la campaña del miedo

Empresarios desafían al IFE

Evasores del fisco, férreos defensores de la "nación viable"

Ampliar la imagen Una estudiante de la secundaria diurna 75, en la colonia Magdalena Mixhuca, durante un simulacro de la Consulta Infantil y Juvenil 2006 Foto: Carlos Cisneros

Rebasados gobierno, partido y candidato oficial, el gran capital entra al quite, y brinca a la palestra mediática-electoral para reforzar la campaña del miedo promovida por la derecha clerical que se retuerce ante la posibilidad de que su pollo no llegue a Los Pinos y, con ello, pierdan fuero.

Suponer que el gran capital "no tiene la intención de inducir o coaccionar el voto" y que promueve la participación ciudadana en las urnas electorales "sólo por conciencia cívica", es asumir que ese pequeño cuan poderoso grupo de presión lo único que desinteresadamente busca es el bienestar nacional.

Tardíamente, pero el IFE mandó callar al presidente Fox; lo propio hizo con partido y candidato oficiales, por el manejo de propaganda sucia. Ahora que pretende frenar la campaña del miedo que desarrolla el Consejo Coordinador Empresarial, la llamada cúpula de cúpulas de los dueños del dinero se envalentona y dice que no da un paso atrás, porque "es necesario mantener las políticas que se han ejercido en los últimos 10 años; apostarle a algo distinto implicaría retroceso".

Como asociados del CCE, fundado en 1975 ante el "embate comunista de Luis Echeverría", aparecen las organizaciones más progresistas, anticlericales, democráticas y desinteresadas de los barones del dinero, en sus diversas especialidades: Concamin, Concanaco, Coparmex, Asociación de Bancos (en) de México, Consejo Mexicano de Hombres de Negocios (el 50 por ciento del PIB), Consejo Nacional Agropecuario y Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros. Otras cinco agrupaciones están registradas como "invitados permanentes", la mayoría de ellas recolectadoras de fondos ("redondeo", mejor conocido como la "morralla millonaria") para Martita y su Vamos México.

Acomodaticias (pragmáticas dicen ellas), todas las organizaciones citadas estuvieron más que unidas al PNR-PRM-PRI y al Señor Presidente de la República (en turno) hasta que al tricolor se le acabó la gasolina, 70 años después. Mágica, misteriosamente, el 3 de julio de 2000 amanecieron democráticas, anti autoritarias y defensoras del estado de derecho.

La cabeza visible del CCE, José Luis Barraza -quien celosamente cuida la silla a Claudio X. González Laporte, el verdadero operador de los barones del dinero, íntimo de Martita, como lo fuera de la que estuviera en turno en Los Pinos- asegura que con la propaganda mediática "sólo expresan las tesis del sector privado y buscan incentivar el voto", aunque éste sea claramente en favor de un candidato chaparro, pelón y de lentes.

Ahora, el CCE utiliza los medios electrónicos, como poco antes recurrió a una "nueva táctica" electorera basada en la publicación de 10 historietas -un millón de ejemplares cada una- cuyo blanquiazul objetivo ha sido el amplio mercado del analfabetismo funcional.

Al respecto, en enero de este año en este espacio se publicó lo siguiente: El Consejo Coordinador Empresarial ha recurrido a una de las prácticas por él más cuestionadas en aquellos no muy alejados cuan desaforadores tiempos, es decir, la historieta como instrumento de propaganda política, utilizada justo en esta ardiente época electoral, en la que todos los grupos de presión aseguran no meter las manos, aunque las tengan hasta el fondo.

El CCE lo explica así: "Lo que se busca es que el próximo presidente (de la República) promueva un proyecto de nación viable y con visión de futuro. Por "nación viable y con visión de futuro" entiéndase la que explotan y amurallan las agrupaciones que dan cuerpo al organismo privado, es decir, nada distinto al que se aferran los "grandes hombres de negocios", quienes indistintamente han gozado, gozan, de los favores tricolores y blanquiazules.

Constantes en las historietas son (palabras más, palabras menos): riguroso no a "experimentos económicos"; que las cosas sigan igual (el empresario cobra, el trabajador apechuga); que el gobierno no meta la mano en prácticamente nada y los inversionistas privados hagan todo; que la brecha de desigualdad social sólo se reducirá si se apoya incondicionalmente a las empresas; que éstas reciban todo tipo de apoyo para afrontar "los cambios mundiales"; que se abra todo a la inversión privada (no es difícil saber qué falta) y que continúe la apertura comercial.

En resumidas cuentas, la misma "nación viable y con visión de futuro" que socialmente mantiene a México en la lona, pero que ellos han usufructuado a lo largo de los pasados cinco lustros y que les ha mantenido intocados sus privilegios e impunidad.

Y eso no es historieta.

Las rebanadas del pastel:

Ejemplos de proyecto de "nación viable y con visión de futuro": el cuñado incómodo del Feliproa, al que ya le aparecieron más contratos con la Secretaría de Energía; la familia Fox, que se da vuelo al no pagar sus aportaciones al Infonavit; monseñor Abascal y sus amigos con casinos en Internet; las grandes empresas que no pagan al IMSS y tantos otros, como los siempre democráticos banqueros que en el primer trimestre del año reportaron utilidades netas por 13 mil 618 millones de pesos, 23 por ciento más que un año antes. Durante el gobierno del "cambio" sus ganancias acumuladas superan los 145 mil millones. ¡Cómo cambiar esa "nación viable"!

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