Usted está aquí: domingo 25 de junio de 2006 Política Votaciones

Néstor de Buen

Votaciones

No estoy cometiendo una barbaridad lingüística. La palabra "votación" tiene su lugar especial en el diccionario, pero en este caso no quiero referirme a un plural que le acomoda sino a una especie de combinación entre el ejercicio del derecho y de la obligación de votar y el derecho al descanso que suele denominarse "vacación", aunque el plural tenga más arraigo: vacaciones.

La combinación: voto y vacación me parece que puede combinarse con la palabreja que encabeza esta nota. Porque, además, en mi caso, tiene un significado muy especial.

El 2 de julio, que corresponde al primer domingo del mes, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 19 del Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales, que fija en esos domingos de números variables las fechas de votación presidencial y del Senado (cada seis años), y de diputados (cada tres años), corresponde también al segundo día de mis vacaciones de una semana en Cancún. Se trata de un departamento de tiempo compartido que no admite fechas de cambio. En consecuencia, sólo podré votar por la Presidencia de la República, por hacerlo fuera del domicilio.

Es curioso: mi voto delegacional (soy polanqueño) sería, sin duda, para Luz Lajous. La conozco bien y la admiro mucho. El de jefe de Gobierno me habría costado más trabajo decidirlo. Admiro y estimo mucho a Beatriz Paredes (incomparable su respuesta al primer Informe de gobierno de Vicente Fox) y a Demetrio Sodi. No conozco apenas a Marcelo Ebrard, pero me preocuparía que fuera un continuador de la política actual (y la inmediata anterior), respecto de la cual tengo motivos sobrados de inconformidad. Pero como no votaré, ahí lo dejo.

No sé, en este momento, quiénes son los candidatos a diputados y senadores por estos rumbos. Ya estoy un poco harto de cartelitos y cartelotes, y por las mismas razones no identifico a los posibles, pero pienso, en este momento al menos, que votaría por los candidatos del PRD.

Respecto de la que sí he tomado la decisión es de la otra votación, la de presidente de la República. Hace seis años voté por Cuauhtémoc Cárdenas. Lo volvería a hacer, sin duda, en este momento. Conozco desde hace muchos años a Roberto Madrazo, que fue pasante del despacho que formamos Carlos su hermano y yo (y, dicho sea de paso: ¡qué gran abogado era Carlos!), pero no me simpatiza su partido. Felipe Calderón representa la derecha, y aunque lo ubicaría en el socialismo cristiano de Gómez Morín, y no en el capitalismo a ultranza de Clouthier (modelo, sin duda, del gobierno de Fox), no me convence su candidatura. Andrés Manuel juega un poco, no mucho, a la izquierda, pero yo lo ubicaría en ese mundo centrista de la social democracia que tantos modelos tiene y ha tenido en el mundo europeo. Le tengo una gran simpatía personal, pero muchas reservas importantes derivadas de muy especiales antecedentes profesionales. Cumplir la ley no le hace gracia.

A Campa no lo conozco, aunque el solo hecho de su vinculación con Elba Esther Gordillo, a quien quiero y admiro, podría ser un motivo de simpatía electoral. Pero en la búsqueda de una candidatura de izquierda, sin la menor duda mi voto será para Patricia Mercado. Entiendo que no tiene posibilidades, pero yo creo que es más importante hacer presente un apoyo de esa modesta índole que votar a favor de una candidatura que tiene el atractivo indudable de que hoy es la mayoritaria. Patricia es inteligente, formada de niña en una educación católica tradicional, transformada después en una luchadora social y mujer que sabe expresar sus muy claros propósitos de beneficio para las clases sociales desprotegidas. Es mi candidata.

Todo parece indicar, en la etapa final de las encuestas, que triunfará Andrés Manuel López Obrador. Ha hecho una campaña efectiva, cerca de la gente aunque menos cerca de las pantallas, y los acontecimientos recientes en lugar de perjudicarlo lo han beneficiado, con notables problemas para Felipe. Pero creo que haría muy mal López Obrador si no incorporara a Campa y a Patricia a su gabinete. Son personas de experiencia, que podrían darle un apoyo notable a los planes sociales.

Tampoco habría que olvidar a alguno de los más cercanos colaboradores del presidente Fox. Lo han hecho muy bien. Y, por supuesto, que en el futuro gobierno será indispensable la presencia de Juan Ramón de la Fuente. Pensando, también, en el otro futuro.

Vamos a vivir un momento fundamental.

 
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