Usted está aquí: lunes 26 de junio de 2006 Cultura Cristina Pacheco busca llevar la vida del campo a los niños de la ciudad

Presenta el libro Se vende burro, su segundo cuento dirigido al público infantil

Cristina Pacheco busca llevar la vida del campo a los niños de la ciudad

FABIOLA PALAPA QUIJAS

Ampliar la imagen Cristina Pacheco firmó libros para sus jóvenes lectores Foto: Roberto García Ortiz

En su más reciente libro, Se vende burro, la periodista y escritora Cristina Pacheco comparte con los pequeños lectores la vida del campo en la ciudad, pues considera que se está alejando a los niños de la naturaleza.

La historia de Se vende burro, editado por el sello Porrúa, comienza cuando la madre de Roberto relata su visita a Xochimilco, dos años después de alejarse de Blanco, el burrito amigo de su hijo.

En el cuento, la autora refleja hasta qué punto se está distanciando a los niños de la vida rural y de algunos animales domésticos, como es el caso del burro, que ni siquiera se puede ver en un zoológico.

Para Cristina Pacheco fue muy importante resaltar que el jumento no sólo ayuda en el trabajo de carga, también puede alegrar la vida de una familia, como fue el caso de los protagonistas del relato. Asimismo, eligió como escenario a la delegación de Xochimilco, por "conservar las fiestas y tradiciones que unen a la comunidad".

Cristina Pacheco explicó que existe una historia personal en Se vende burro, debido a que la autora creció en un rancho de Guanajuato, rodeada de la naturaleza y los animales. "En el pueblo, los burros eran los más importantes para la casa y para las mujeres, porque ayudaban a cargar leña".

Recordó que en una ocasión entrevistó a varias mujeres que se encontraban en uno de los pocos lavaderos públicos que existen en la ciudad de México, las cuales llevaban un burro para cargar la ropa húmeda, que es muy pesada.

En el volumen la escritora presenta la historia de un animal y enseña a los niños que el campo está en la ciudad, aunque desafortunadamente la naturaleza es asfixiada por la urbe.

"Los adultos sabemos lo que es jugar en la calle, en un parque, ir a la escuela a pie, hacer cosas solos. Los niños eso no lo pueden hacer porque viven en espacios reducidos, para ellos la lectura puede multiplicar las posibilidades de su vida.

"Un niño que está en su casa pequeña puede leer la historia de un navegante y empezar a navegar. En este caso, el infante puede jugar con el burrito blanco, y eso me encantaría que sucediera."

Al referirse a esta nueva faceta como escritora, Cristina Pacheco aseguró estar contenta, porque le encanta la inteligencia e imaginación que tienen los infantes, además "son niños que me preocupan mucho, porque en el rancho yo no tuve juguetes, pero tuve libertad".

La escritora y periodista, quien desde hace 20 años ha hecho del amor por las palabras su oficio y vocación, expresó que el cuento infantil es tan fascinante como escribir cualquier otro historia, sólo que en los textos para niños se debe tomar en cuenta ciertos elementos.

"No puedes hacer nada complicado, cosa que celebro, porque las complicaciones nunca llevan a buen fin; creo que todavía se puede escribir tramas lineales."

Las historias para niños, agregó, no tienen que ser condescendientes. No creo que debamos endulzarles la vida falsamente a los niños, hay que prepararlos para entenderla y saber más.

Se vende burro, su segundo cuento infantil, se publicó por primera vez en la serie Mar de historias, de La Jornada, posteriormente lo rescribió y amplió para precisar algunos detalles.

Con este libro, la editorial Porrúa inicia la colección Gusano de luz, que busca retomar los valores de historias fantásticas pero desarrolladas en un mundo real.

El primer título de la colección, Se vende burro, se presentó este domingo en el Patio de la Chimenea del Papalote Museo del Niño, en un ambiente de magia y diversión, en el que participaron el grupo musical Bandula y la compañía teatral La máquina de los sueños.

 
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