Usted está aquí: lunes 26 de junio de 2006 Sociedad y Justicia Sin revisarlos, la SEP autorizó de facto 118 textos para primero de secundaria

Editores documentan la falta de certidumbre jurídica y legal de dicho aval

Sin revisarlos, la SEP autorizó de facto 118 textos para primero de secundaria

La dependencia creó un proceso extraordinario para la selección de materiales

KARINA AVILES

Conforme a un acuerdo inexistente, la Secretaría de Educación Pública (SEP), por conducto de la Subsecretaría de Educación Básica (SEB), encabezada por Lorenzo Gómez-Morín, "autorizó de facto", 118 libros de texto para primer año de secundaria, que no fueron objeto de revisión alguna en sus contenidos, con lo que violó la ley vigente, según se asienta en documentos firmados por ese funcionario, en poder de este diario.

Para encubrir su propio desaseo legal, la SEB recurrió al artilugio de utilizar en el llamado "Proceso extraordinario de revisión y selección" de dichos títulos, el término "materiales educativos" en lugar de "libros de texto", ya que los primeros no necesariamente se sujetan al proceso de autorización. Así, la SEB evitó cumplir el acuerdo 236 vigente, mediante el cual debió respetar una serie lineamientos, como la publicación del calendario del proceso de revisión y autorización de los libros de texto en el Diario Oficial de la Federación (DOF), en un intento de "maquillar" las irregularidades para salvar posibles sanciones.

Los documentos entregados a La Jornada por editores que denunciaron la falta de certidumbre jurídica e "ilegalidad" del proceso de autorización de textos para primero de secundaria, muestran que la SEB violó, de entrada, el acuerdo secretarial 236, que se sustenta en la Ley General de Educación.

Para lograr que no se cumpliera con el acuerdo 236 y ni con el que se publicará en el DOF, en breve, estableció en éste último, un artículo transitorio por el cual evade cumplir por "única vez" con los lineamientos que ahí se establecen. Y, en lugar de éstos, creó un "Proceso extraordinario de revisión y selección de materiales educativos para secundaria", incluido en el citado acuerdo secretarial que aún no se publica en el DOF, por lo que todavía no está vigente. Pese a ello, se apegó a dicho proceso extraordinario.

Este nuevo acuerdo, que sustituirá al 236 y que se encuentra desde el 28 de abril en la página electrónica de la Comisión Federal de Mejora Regulatoria (Cofemer) -instancia que por ley debe publicar las regulaciones para que se realicen observaciones antes de salir en el DOF-, establece además en su transitorio cuarto que los libros de primero de secundaria seleccionados se usarán en las escuelas "sólo en el ciclo escolar 2006-2007", lineamiento que aunque todavía no entra en vigor, aparece en el formato que firmaron los editores al entregar a la SEB sus libros.

En dicho acuerdo, aún inexistente, se establece también el calendario de las distintas fases del proceso de autorización. Sin embargo, el subsecretario Lorenzo Gómez-Morín sólo enteró y dio a los miembros de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem) ese calendario, aunque con fechas distintas a las inicialmente planteadas en la nueva norma que todavía no está vigente. Este hecho, señalaron editores, también es violatorio de la ley porque el citado calendario debe publicarse en el DOF para que cualquier editor que quiera presentar sus libros lo haga en igualdad de condiciones.

Dicha situación fue "en detrimento de las editoriales que no se encuentran afiliadas a la Caniem, y de las cuales nos enteramos por la prensa que las casas editoras, con esa ventaja que les dio el subsecretario, hoy día ya realizan la promoción de sus libros autorizados", agregaron.

Prueba de ello es que en el oficio 121/06 con fecha del 25 de mayo, dirigido al presidente de la Caniem, José Angel Quintanilla, el funcionario le informa "el calendario que normará dicho proceso con la finalidad de que lo haga extensivo a los miembros de la Caniem". Pero, además, en dicho documento, el propio subsecretario asienta que aún no está publicado el nuevo acuerdo secretarial y, no obstante, le dice a Quintanilla que para "asegurar que los alumnos y maestros de primer grado de secundaria cuenten con materiales educativos acordes con el nuevo plan y programas de estudio, antes de comenzar el ciclo escolar 2006-2007, la SEP ha dispuesto un proceso extraordinario de revisión y selección para los materiales educativos para las asignaturas de español, matemáticas, ciencias (con énfasis en biología), geografía de México y del mundo y lengua extranjera".

De acuerdo con este calendario, la Dirección de Evaluación, Difusión y Distribución de la Dirección General de Materiales Educativos, que encabeza Elisa Bonilla, recibió las propuestas de libros de las casas editoras del 30 de mayo al 5 de junio. Y apenas cuatro días después -según consta en el oficio 137/06, recibido por los editores el 9 de junio- Lorenzo Gómez-Morín ya pide a Quintanilla que los miembros de la Caniem entreguen "10 muestras de cada uno de los (118) títulos" para que sean seleccionados, lo que prueba que entre la recepción y la "autorización de facto" jamás hubo un proceso de revisión de contenidos de los libros.

Anteriormente, dicho proceso tardaba al menos 65 días hábiles, porque cada texto era revisado por un comité de especialistas externo a la SEP, cuya tarea era la de elaborar un evaluación exhaustiva de tales ejemplares. Sin embargo, en este proceso, la SEB jamás convocó a dicho comité, pese a que el titular de Educación Pública, Reyes Tamez, aseguró a este diario exactamente lo contrario (La Jornada 14/06/06).

Otra situación que evidencia que nunca hubo una revisión y evaluación de los libros es el hecho de que los mismos 118 títulos recibidos por la SEB son los mismos que serán puestos a la consideración de una selección en un encuentro en el que participarán "maestros especialistas", a realizarse del 26 al 30 de junio en la ciudad de México, según informa Gómez-Morín a Quintanilla, en el oficio 137/06.

Pero además, lo único que "revisó" el personal de la SEB a los libros, fue si presentaban o no lo siguiente: "texto completo", "diseño final en toda la obra", "todas las ilustraciones" y "si está foliado", de acuerdo con un formato entregado a los editores. Esto, dijeron, no tiene nada que ver con el proceso de revisión que se hacía mediante el que se evaluaba el tratamiento de los contenidos y no nada más si estaban correctamente presentados y si numéricamente incluyen todos los temas.

La propia SEB reconoce que no existe tal revisión de los ejemplares, al establecer que los editores "pasarán a las mesas de recepción en donde se verificará que sus materiales cumplen con los requerimientos formales de edición y presentación, así como que traten todos los contenidos del programa de la asignatura correspondiente; si es así, a sus materiales se les asignará un número de folio consecutivo y podrán participar en la etapa de selección", de acuerdo con un documento sobre dicho proceso extraordinario.

Así, fuera del marco legal, la SEB avaló por la vía de los hechos 118 libros de texto para primero de secundaria a una veintena de editoriales, entre ellas, Santillana y MacMillan, y aunque cuidó no dar una "autorización oficial", de facto la da, pues la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuito, que hará las compras de los ejemplares seleccionados, no puede adquirir títulos no autorizados. Ambas editoriales en este sexenio se llevaron casi 50 por ciento de las ganancias por la venta de los libros de secundaria a la SEP (La Jornada 12/06/06).

Por todas estas omisiones e incumplimientos de las normas, se dio un "cheque en blanco" a las editoras, cuyos comisionistas en los estados de San Luis Potosí, Veracruz, Guanajuato, Nuevo León, así como el Distrito Federal, ya venden sus ejemplares como libros de texto en las escuelas privadas, confirmó a este diario personal cercano al proceso en estas entidades. Ahora, la SEP tendrá que publicar -antes de que termine este ciclo escolar el 7 de julio- la lista oficial de libros de texto y "no de materiales educativos".

 
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