Usted está aquí: miércoles 28 de junio de 2006 Cultura La televisión ''nunca sustituirá a la carpa para hacer crítica política''

Héctor Ortega, dramaturgo y actor, reúne en un libro tres de sus obras

La televisión ''nunca sustituirá a la carpa para hacer crítica política''

Durante el sexenio foxista ''fue espléndido'' que llegara de manera masiva al público, dice a La Jornada

En cambio, ahora se presenta un humor blanco, sexual, opina

MONICA MATEOS-VEGA

Si bien el teatro de revista se encuentra en crisis, durante el sexenio foxista ''fue espléndido" que la crítica política por medio del humor llegara de manera masiva al público mediante la televisión, no obstante tener limitaciones y no poder alcanzar los niveles que en la carpa, en su época, manejaban cómicos como Palillo, considera Héctor Ortega (DF, 1936).

El dramaturgo, director de escena y actor reflexiona acerca del tema a propósito de la publicación de su libro Revistas políticas (Editorial Escenología) en el que reúne las obras ¡Ay Cuauhtémoc no te rajes!, El huevo de Colón e Hidalgo, el sol y el dedo las cuales, explica, ''no son clásicas revistas, ni clásicas obras de teatro, sino una serie de sketches sobre asuntos políticos, eso sí, llenos de humor y mala leche".

¡Ay Cuauhtémoc no te rajes! fue escrita en 1987, antes de la separación del Frente Nacional Democrático del PRI, movimiento encabezado por Cuauhtémoc Cárdenas. ''Fue premonitoria", señala Ortega. Los dibujos que se utilizaron en la escenografía de ese montaje, realizados por Magú, caricaturista de La Jornada, se incluyen en el libro.

Pankowsky, planteamientos valientes

El huevo de Colón fue una pieza a propósito de los 500 años del descubrimiento de América, mientras Hidalgo, el sol y el dedo relata la vida y muerte del cura de Dolores, desde el momento en que es invitado por Ignacio Allende para levantarse en armas en favor de la independencia de la Nueva España hasta el día en que es fusilado.

''Son obras -prosigue Ortega- que no se habían publicado, aunque sí se montaron en escena, dos de ellas producidas por la Universidad Nacional Autónoma de México, presentadas en el teatro Juan Ruiz de Alarcón.

''Hidalgo la escribí en los camerinos de Televisa y me había comprometido a dirigir esta obra en la que estarían Alvaro Carcaño y Jorge Alejandro Linares; la producción era de la Secretaría de Cultura del Distrito Federal, pero tuve que dejarla por compromisos en la televisión."

Ortega, quien participó recientemente como actor en la exitosa puesta en escena 1822, el año que fuimos imperio, de Flavio González Mello, bajo la dirección escénica de Antonio Castro (con más de 400 representaciones en dos años), afirma que ''durante los años recientes, desafortunadamente, resultaron fallidos todos los intentos por hacer revista política en los lugares donde tradicionalmente se desarrollaba este género. Se entró en una etapa de decadencia. El humor de crítica política ya no existe en esos foros. Ahora se presenta un humor blanco, sexual, de amantes debajo de la cama, están de moda las vaginas y los penes.

''La revista política está en crisis, es cierto, aunque hay que destacar la aparición del personaje de Marta Sahagún interpretado por Raquel Pankowsky, quien en teatro sí hizo planteamientos rudos, fuertes y valiosos. Ella estuvo siempre muy enterada de los sucesos políticos y con una posición valiente.

''Con las limitaciones inevitables de ser un divertimento masivo, la televisión hizo lo suyo con respecto a la crítica política, pero nunca va a poder sustituir a la carpa. La televisión sólo trata de divertir. Quizá vengan tiempos en los que, gane quien gane la Presidencia, resurja el género de la revista política.

''Por lo pronto se me antoja escribir muchas cosas, no sólo una puesta en escena. Tengo ganas de escribir cosas menos cómicas, quizá un ensayo o un análisis político. Ya veremos."

El libro Revistas políticas, de Héctor Ortega, se presentará este viernes a las 19 horas en la Casa de la Cultura Reyes Heroles (Francisco Sosa 202, Barrio Santa Catarina, Coyoacán). Participan Carlos Monsiváis, Magú y el autor.

 
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