Usted está aquí: miércoles 28 de junio de 2006 Deportes Francia y la carrera de Zidane siguen con vida; hundieron a la Furia Roja

Les Bleus enfrentarán a Brasil en la siguiente fase, en una redición de la final de 98

Francia y la carrera de Zidane siguen con vida; hundieron a la Furia Roja

Un penal convertido por Villa adelantó a los españoles; Ribery, Vieira y Zinedine remontaron

AGENCIAS

Ampliar la imagen El astro Zinedine Zidane afina la puntería sin que el defensa Mariano Pernía pueda impedir el tiro, que significó el tercer gol francés Foto: Ap

Hannover, 27 de junio. La selección de Francia se topará con la superpoderosa Brasil en cuartos de final de la Copa del Mundo, tras hundir la noche de este martes la ilusión de España al vencerla 3-1 y mantener con vida la carrera de su idolatrado Zinedine Zidane.

La cuenta fue abierta por David Villa, con un tiro penal al minuto 28, y la igualada momentánea la estableció Franck Ribery al 41. Patrick Vieira, al 83, marcó el segundo, y Zidane cerró la gran noche al 92.

La primera parte tuvo más músculo que juego. España apostó por una alineación llena de futbolistas con gusto, incluyendo a Xabi Alonso, Cesc y Xavi en la medular, con la esperanza de encontrar la pelota y las asociaciones. Pero no tuvo ni una cosa ni otra, con lo que su propuesta se quedó en un asunto menor.

Francia quiso una alineación más conservadora, dejando a David Trezeguet en el banquillo y situando a Zidane en la media punta, detrás de Thierry Henry. Las propuestas de ambas selecciones quedaron muy devaluadas por las continuas pérdidas del balón en el centro del campo, como si los dos equipos tuvieran pánico de arriesgar más de lo normal.

Un disparo desviado de Mariano Pernía es todo lo que hizo España en los 25 minutos iniciales, mientras Francia reservó su primer disparo para momentos antes del descanso.

Regalo de Thuram

Sin embargo, los españoles se encontraron con un regalo inesperado a los 27 minutos. El balón cayó en las botas de Pablo tras un saque de esquina y el central español acusó una extraña patada de Thuram, que lo mandó al piso del área. Un defensor tan veterano como el francés obsequió una pena máxima absurda que aprovechó David Villa para el único gol español.

Pero la Furia Roja no aprovechó tal circunstancia para serenar su juego y Francia, con apenas nada, se encargó de demostrar que no estaba muerta. Lo ratificó a los 41 minutos, cuando igualó el partido. Los españoles perdieron el balón en el centro del campo, Vieira lo controló, Pablo dejó un hueco a su espalda, Ribery recibió la pelota tras romper la línea del fuera de juego y marcó después de superar a Iker Casillas con habilidad. La hinchada francesa, incrédula, estalló de alegría.

Malouda obligó a Casillas a intervenir en el comienzo de la segunda parte, y hubo reacción en el banquillo español. Visto el mal resultado de la táctica inicial, Aragonés movió el timón a los 54 minutos y quitó del campo a Villa y a Raúl, situando a Luis García y a Joaquín. Quería movilidad en la delantera, pero siguió faltando la pelota y poco aportó la maniobra.

El seleccionador español radicalizó aún más su cambio de propuesta al minuto 72, cuando sacó a Xavi para la entrada de Marcos Senna, mientras Raymond Domenech, su colega francés, reaccionó al relevar a Malouda por Govou. La pizarra volvió a ser dueña del partido, y Les Bleus se sintieron dominadores.

Francia tenía el partido donde quería y al 83 sentenció su pase a los cuartos de final. Zidane cobró una falta desde el costado derecho, el balón salió prolongado hacía atrás y Vieira, con la ayuda de Sergio Ramos, marcó con un cabezazo. España se sintió morir con el 2-1.

El destino trazó toda una ironía y devolvió a Zidane, tan menospreciado por la prensa española últimamente, a la cima en el tiempo de descuento. El astro francés dibujó una jugada perfecta. Controló en la banda izquierda, dejó atrás a Puyol y superó a Casillas con un tiro raso. Fue la apoteosis francesa: 3-1 inapelable. "Adiós España", pareció decir, mientras Francia resurgía de sus cenizas para seguir viva en el Mundial.

Zidane encaró el partido con una intensidad que no se le había notado hasta ahora en la Copa del Mundo. Aquel jugador casi ido del campo que se presentó ante Suiza y el tiempo que le tocó estar frente a Togo dio lugar a otro más comprometido, posiblemente más consciente de que la de hoy podía ser la última vez en su vida que pisaba un terreno de juego vestido de corto.

 
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