Usted está aquí: viernes 30 de junio de 2006 Deportes En una final adelantada, Alemania o Argentina se despiden hoy de la Copa

Debemos ser optimistas si queremos vencer a un peso pesado, expresó Klinsmann

En una final adelantada, Alemania o Argentina se despiden hoy de la Copa

Ambos somos favoritos, pero la verdad se ve en la cancha: Pekerman

El año pasado jugaron dos partidos con sendos empates

La albiceleste ya eliminó a un poderoso anfitrión en 1990: Italia

AGENCIAS

Ampliar la imagen El portero Jens Lehmann es una garantía en la meta alemana Foto: Ap

Ampliar la imagen Un asistente auxilia a Maxi Rodríguez durante el entrenamiento de Argentina Foto: Ap

Berlín, 29 de junio. El escenario y los rivales son dignos de la final. Pero no pudo ser. Alemania y Argentina se enfrentan en el mismo estadio Olímpico de Berlín que albergará la final del Mundial el 9 de julio, pero adelantaron el duelo casi 10 días, para este viernes en cuartos de final.

La redición de uno de los grandes clásicos del futbol mundial promete ser de vértigo y de goles, si los dos equipos logran repetir lo que mostraron en su mejores momentos de este Mundial.

"Somos dos equipos ofensivos, y llegamos en igualdad de condiciones. Ambos somos favoritos, pero la verdad siempre se ve en la cancha", señaló el técnico de Argentina, José Pekerman, en una conferencia de prensa, tras la última práctica de su equipo en Herzogenaurach.

Respecto de su oponente, señaló: "Alemania ha afrontado una renovación con muchos jugadores jóvenes y un estilo ofensivo que le está dando grandes resultados. Tiene gran eficacia en remates de media y larga distancia, así como varios futbolistas con mucha capacidad en su remate, por lo que debemos estar prevenidos a esta situación".

El entrenador se negó a confirmar su alineación, debido a que todavía quiere "ajustar algunas cosas", como esperar la evolución de Luis González y Nicolás Burdisso, que vienen de sendas lesiones.

"La fuerza de Argentina está en el plantel de 23 elementos; todos están preparados para jugar. Eso es lo importante, la conjunción del plantel; esta clase de partidos lo juegan todos, los que van a la cancha son una parte que responde a todos los que estamos afuera", explicó.

Agregó que "el equipo está entero" y deben "jugar con mucha concentración; si dura 90 minutos, 120 o hay penales, o se producen lesiones o cambios. Tenemos que estar preparados para un partido de alto nivel como va a ser éste".

Después de la práctica y camino de regreso al hotel, los jugadores pudieron observar una gigantesca bandera albiceleste, de 50 por 22 metros, con la inscripción "Argentina, te quiero", ubicada estratégicamente para contrarrestar otra enseña puesta por aficionados alemanes, que dice: "Adiós, Argentina". En 1990 los sudamericanos eliminaron a la poderosa anfitriona, Italia.

La selección alemana, a su vez, basa su confianza en el ritmo infernal que puede imponer a su juego, el perfecto estado físico de sus futbolistas, la euforia en el país, el apoyo de la gran mayoría de los 75 mil espectadores y a que nunca ha sido batida por un equipo sudamericano antes de una final de Copa del Mundo.

"No diría que estamos demasiado confiados, pero creemos mucho en nosotros. Si queremos vencer a un peso pesado como Argentina, lo necesitamos", señaló el técnico Juergen Klinsmann.

Añadió que se encuentran "listos para una lucha y ganarla; saldremos muy agresivos, con mucha pasión y veremos cómo responde Argentina".

La albiceleste y Alemania se enfrentaron dos veces el año pasado y el resultado fue empates. Klinsmann recuerda esos cotejos, pero asegura que la importancia es mínima, ya que ambas escuadras han mejorado mucho desde entonces.

"La última vez pudimos jugar 70 minutos en nuestro máximo nivel. Ahora, podemos hacerlo durante 120 minutos. Estamos confiados en ganar sin tener que llegar a los penales, pero si los necesitamos, estará bien. Otro factor importante es que tenemos a nuestro capitán otra vez a bordo", dijo.

Michael Ballack se perdió esos partidos -al igual que el goleador Miroslav Klose-, pero dijo que el pasado no les interesa. "Esta vez se trata de cuartos de final de un Mundial en casa. No queremos conformarnos con hacer un lindo partido, sino ir más lejos en este torneo. Estoy convencido de que es 60-40 por ciento, pero en nuestro favor", apuntó.

Puntualizó también: "No tenemos miedo, incluso si el rival se llama Argentina y es el equipo non plus ultra del torneo. Nuestro rendimiento hasta aquí mostró que no teníamos por qué temerle a alguien. Nuestros futbol está funcionando bien y no vamos a cambiar porque enfrente esté Riquelme".

Por cierto, hay partidos de los que suele decirse que paralizan al planeta, pero el de mañana parece haber llevado el asunto a un nuevo nivel, tal como planteó un periodista argentino a Klinsmann: "Si el Papa es alemán, y Dios (en referencia a Maradona) es argentino, ¿quién gana mañana?"

El técnico zanjó: "Mañana (hoy) sabremos el resultado. Nosotros nos alegramos por el partido, y él, ahí arriba, también".

 
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