Usted está aquí: sábado 1 de julio de 2006 Opinión De la patada

De la patada

Ruben Montedónico

Luego de pasar primeros en su grupo -sin enseñar gran cosa- y eliminar a Australia -con la invaluable ayuda de un árbitro de la liga española-, ayer Italia dio una muestra restringida de lo que es su real potencialidad, según quienes conocen de fútbol.

Dos goles tempraneros, al inicio de cada tiempo, sentenciaron lo que sería cada uno de esos tramos: un paseo italiano. Más allá de la actitud y capacidad de Andrig Shevchenko, Ucrania no pudo poner en el campo la sumatoria de buen futbol exhibido por sus rivales al conjuntar a Buffon, Zambrotta, Totti, Gattuso y Pirlo, que alentaron el despertar de Luca Toni, inédito en el marcador hasta la víspera.

La limitada formación euroriental dirigida por el ex soviético Oleg Blokhin, que en su debut en la serie que ganó España fue goleada por ésta y que en su anterior cotejo le ganó en penales a Suiza (que no convirtió ninguno) para pasar a cuartos de final, avanzó más que lo que se le asignaba como probabilidad.

Italia -en el papel y en los pronósticos- siempre fue superior en la propuesta de juego, por su tradicional bien plantado de la última línea -sin grandes exigencias en el primer tiempo-, una media cancha de contención-creación que trianguló con elegancia los balones con el rombo que armó y desde el que se lanzaron por el medio y las puntas los ataques. Los azzurri se permitieron, en tres cuartos de campo, jugadas brillantes, no exentas de lujo, superando tiempos de feo y mal futbol ultradefensivo, que animaron al televidente a eludir la chatura de relatores y comentaristas que suponen que si dicen muchas veces ''spaghetti'', ''pizza" o ''catenaccio'' (aunque no se vea su aplicación) se acercan a la esencia de una nación, sin entender que ésta es mucho más que la expresión de lugares comunes lanzados sin ton ni son por parte de analfabetas funcionales.

Ucrania fue mejor sólo por un lapso del segundo tiempo -estuvo a punto de empatar-, tras lo cual fue arrollada, lo que nos recordó lo que una vez nos dijera Capello: "Italia juega cuando la obligan".

Los resultados de ayer indican que el 4 de julio la Mannschaft -que eliminó a Argentina, mal dirigida por José Pekerman- enfrentará a los azzurri, momento en que los dirigidos por Lippi pueden desnudar fallas de la escuadra local y mandarla a acompañarnos para ver las finales por televisión, con la recomendación de bajar el volumen de ésta.

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