Usted está aquí: sábado 1 de julio de 2006 Opinión Crónica de una muerte anunciada

Leonardo García Tsao

Crónica de una muerte anunciada

Ampliar la imagen Fotograma de la película La muerte del señor Lazarescu

Ya he expresado en este mismo espacio mis reservas sobre el criterio de programación del Festival de Verano de la Universidad Nacional Autónoma de México -así como de las muestras de la Cineteca-, por lo que no abundaré en el tema. No obstante, en esta ocasión su limitada, ecléctica y a veces dudosa oferta incluye una de las mejores revelaciones del año pasado.

Ganadora del premio de la sección Una cierta mirada, en Cannes (y ya presentada efímeramente en el también ecléctico Festival Internacional de Cine Contemporáneo de la Ciudad de México), La muerte del señor Lazarescu, segundo largometraje del director rumano Cristi Puiu, vino a confirmar cómo las sorpresas pueden ser deparadas por cinematografías sin antecedentes importantes de calidad. La película está pensada como la primera parte de una serie llamada Seis relatos de los suburbios de Bucarest, y narra una sencilla pero angustiosa historia: solo en su departamento, salvo la compañía de sus gatos, el sexagenario Dante Remus Lazarescu (Ion Fiscuteanu) sufre de jaqueca y dolores abdominales tan fuertes que decide llamar una ambulancia. Como ésta tarda en llegar, acude a unos vecinos, quienes proponen diversas formas amateurs de tratamiento.

El espectador espera también la ambulancia en tiempo real, mientras obtenemos información de la triste existencia del protagonista: es alcohólico, pensionado y su única familia consiste en una hija y una hermana, quienes viven en Canadá y una ciudad vecina, respectivamente. Sin embargo, la verdadera agonía anunciada por el título comienza cuando la ambulancia lo recoge y, bajo el cuidado de una médica (Mioara Avram), acude a varios hospitales de manera infructuosa. Un autobús accidentado ha saturado los servicios de emergencia, y el señor Lazarescu es ignorado o mal atendido en cada uno de sus frustrados ingresos.

Sin ninguna elaboración formal, Puiu se concreta a mostrar, con el estilo directo de un documental actuado, las verosímiles vicisitudes de su personaje. Cualquiera que haya padecido el infortunio de esperar atención médica en una sala de urgencias, ya sea en un hospital público o privado, podrá reconocer qué tan acertado resulta ese retrato de un ambiente hostilmente antiséptico, donde los doctores actúan con indiferencia hacia el paciente y los diagnósticos son tan errados como tardíos. A saber si los actores son profesionales -al menos Fiscuteanu lo es-, pero las actuaciones exhiben una naturalidad que refuerza ese cariz documental. Detalles realistas, como el doctor que en vez de curar al paciente opta por regañarlo en plan moralista por estar borracho, o el coqueteo cotidiano entre el personal de las clínicas, hablan del admirable sentido de la observación de Puiu (él mismo se confiesa hipocondriaco y de ahí su conocimiento preciso del medio).

Si la idea de ver una película rumana de dos horas y media sobre el vía crucis hospitalario de un viejo alcohólico suena intimidante, cabe añadir que La muerte del señor Lazarescu no pierde nunca el pulso, sostenida entre el humor macabro que aflora en ese tipo de situaciones y un parco dramatismo que abarca, tanto la crítica social (las similitudes con nuestro servicio de salud pública no son mera coincidencia), como el enfoque existencial (por suerte, Puiu no enfatiza simbolismos como el apellido de connotaciones bíblicas del personaje).

Dentro del sistema de programación semanal del Festival de Verano, esta semana La muerte del señor Lazarescu se proyectará en el Cinematógrafo del Chopo. Habrá que esperar su turno en una sala más recomendable -las de Cinépolis, por ejemplo- para no perder un estreno que, seguramente, no volverá a exhibirse de manera regular.

La muerte del señor Lazarescu

(Mortea domnului Lazarescu)

D: Cristi Puiu/ G: Cristi Puiu y Razvan Radulescu/ F.en C: Oleg Mutu/ M: Andreea Paduraru/ Ed: Diana Bunescu/ I: Ion Fiscuteanu, Luminta Gheorghiu, Gabriel Spahiu, Doru Ana, Dana Dogaru/ P: Mandragora Movies. Rumania, 2005.

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