Usted está aquí: lunes 3 de julio de 2006 Cultura Constancia de un acto de fe

Constancia de un acto de fe

El 11 de abril de 2002, el artista belga Francis Alÿs convocó a 500 voluntarios para formar una hilera que desplazó un par de centímetros, con la ayuda de palas, una duna de 500 metros de diámetro localizada en la periferia de la ciudad de Lima.

El proyecto de desplazamiento geológico Cuando la fe mueve montañas -organizado por Alÿs- se realizó con el propósito de infiltrarse en la historia local y la mitología social para convertirse en una leyenda o un mito urbano.

La historia de este proyecto fue registrada por Alÿs y el curador mexicano Cuauhtémoc Medina en un libro editado por Turner, que incluye textos de artistas e intelectuales, que examinan el desplazamiento de la duna a unos centímetros de su posición local.

En el libro el artista explica que el proyecto se desarrolló a partir de la experiencia de su primera visita a Lima, acompañado de Medina, para la bienal de la capital peruana, en octubre de 2000.

"Esto fue durante el último mes de la dictadura de Alberto Fujimori. Lima estaba convulsionada con enfrentamientos en la calle, una tensión social abierta y un movimiento emergente de resistencia. Esta era una situación que demandaba una respuesta épica: infiltrar una alegoría social en aquellas circunstancias parecía más apropiado que la participación en un ejercicio escultórico."

El libro Cuando la fe mueve montañas documenta la acción y presenta cómo la práctica artística se puede vincular con el vivir. Sin embargo, Alÿs reconoce que "no se puede traducir en la documentación lo que se vivió en la duna, pues no se puede reproducir la intensidad del momento".

A decir del artista belga, el proyecto tuvo cuatro vidas: "la gente que vivió el momento, otros verán la documentación, pero también están los que escucharán y quizá propagarán el rumor acerca de los hechos. Finalmente están los que leerán este libro".

Al referirse a la experiencia que vivió en Lima, Alÿs comenta que "el encuentro fortuito de una persona, un lugar y un momento suelen provocar una aceleración intelectual que al mismo tiempo te hace revisar tu propio discurso".

En el volumen, el curador mexicano señala que le interesó la obra de Francis porque es un artista que no tiene la neurosis latinoamericana del arte político. "Pareciera que el artista latinoamericano tiene que decidir si es político o no. Por eso se vuelve tan absolutamente necesario que opte entre lo ideológico-ilustrativo y lo abstracto-irresponsable".

Medina considera que el proyecto fue una aplicación del principio no desarrollista latinoamericano: una extensión de la lógica de fracaso, resistencia utópica y erosión social de la región.

El libro de Medina y Alÿs también reúne el testimonio de algunos participantes, quienes al principio tomaron el proyecto como un juego, pero al final del día se sintieron satisfechos.

"Cuando estuvimos en la cima escuchaba a todo mundo hablar de que estaban cansados. Pero cuando dijeron 'ahí está el helicóptero, vas a salir en la televisión', se calmaron y ya no dijeron nada. Levantaban la cabeza cada vez que podían."

Fabiola Palapa Quijas

 
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