Usted está aquí: lunes 3 de julio de 2006 Política En el Zócalo, entusiasmo, enojo e incertidumbre

Una festiva muchedumbre ofrece apoyo a López Obrador

En el Zócalo, entusiasmo, enojo e incertidumbre

ARTURO GARCIA HERNANDEZ

Ampliar la imagen Militares votan en una casilla especial de Naucalpan Foto: José Antonio López

Una muchedumbre entusiasta y aguerrida fue la que recibió anoche en el Zócalo a Andrés Manuel López Obrador. En un ambiente festivo pese a la lluvia, varias decenas de miles de simpatizantes se congregaron en la plancha para manifestar al candidato de la coalición Por el Bien de Todos su apoyo en defensa del triunfo que anunció en las elecciones presidenciales de este domingo.

Eran las 23:40 cuando entró por la avenida 20 de noviembre la caravana de automóviles en la que venía López Obrador. A su paso se formó una doble valla de personas que gritaban porras y lanzaban consignas: "¡Se ve, se siente, Andrés es presidente!" "¡No nos vamos a dejar!" "¡Sí se pudo, sí se pudo!" "¡Ya chingamos a Calderón! ¡Ya chingamos a Calderón!".

Los vítores se multiplicaron cuando el político tabasqueño tomó el micrófono y su imagen fue visible para todos desde una pantalla gigante colocada en la parte superior de un templete.

López Obrador fue claro. En tono sereno pero firme sostuvo: "Vengo a decirles que hemos ganado la Presidencia de la República". Ante estas palabras, la multitud estalló en jubilo y arreciaron las porras y los gritos de apoyo.

Con ánimo celebratorio, los seguidores de López Obrador se habían empezado a reunir en el Zócalo desde el anochecer, aun antes de que empezara la feria de cifras que ya manejaban las televisoras y varias empresas encuestadoras. Poco a poco fueron aumentando en número, hasta cubrir casi la mitad de la plaza.

Antes de la llegada del ex jefe de Gobierno, el ánimo de la gente parecía oscilar entre el enojo y la incertidumbre. Esperaban información y una posición clara de parte de los dirigentes partidistas.

A las 10:50 de la noche llegó el presidente del Partido de la Revolución Democrática en el Distrito Federal, Martí Batres, quien de entrada afirmó textualmente que el ganador de la contienda era el abanderado de la coalición Por el Bien de Todos. Aseguró que habían arrasado en el estado de México, en Hidalgo, Oaxaca, Chiapas y Veracruz.

Batres hizo un pausa para que la gente viera y escuchara a través de la pantalla al presidente del Instituto Federal Electoral, Luis Carlos Ugalde. Cuando el funcionario electoral dijo que esta noche no habría resultados, empezó a alzarse un coro enfadado que decía: "¡Fraude, fraude, fraude!" Para enseguida gritar a toda voz: "¡No nos vamos a dejar! ¡No nos vamos a dejar!"

Después de las palabras de Ugalde, Batres preguntó: "¿Ustedes creen que si los resultados no favorecieran a Andrés Manuel López Obrador, no hubieran salido ya a decirlo?" Luego añadió: "Que no se les olvide que ya no es 1988. Por más que no le guste a Fox, tendrá que ponerle la banda a Andrés Manuel. Es la hora del cambio verdadero".

Entre la multitud, la alegría se mezclaba con el enojo. Unos bailaban. Otros saltaban. Algunos más echaban cohetes. Contra lo que pudiera pensarse, el mitin era plural, heterogéneo y abundaban los jóvenes.

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.