Usted está aquí: viernes 7 de julio de 2006 Opinión Incertidumbre

José Cueli

Incertidumbre

Terminada una campaña electoral sumamente sui generis, en los días posteriores se han ido sucediendo acontecimientos y declaraciones que, para ser sutiles, han resultado extremadamente peculiares y la sensación generalizada que prevalece ante tales sucesos es la incertidumbre.

Alegatos van y vienen tanto entre la clase política como entre los ciudadanos, y por ello nos sentimos embargados por la confusión, la desconfianza, pero sobre todo, insisto, invadidos por la incertidumbre.

Nos preguntamos con enorme inquietud qué es lo que nos espera, qué es lo que sigue después de una campaña cargada de hostilidades, de encono y de dobles mensajes.

El vocablo incertidumbre, define el Diccionario de la Real Academia Española, significa falta de certidumbre, duda, perplejidad. Palabra, por tanto, que bien define el estado anímico en el cual nos encontramos. Incertidumbre y zozobra sobre el destino del país que flotan como pesada nube borrascosa en el ambiente.

Inmerso en estas reflexiones, recuerdo un excelente trabajo de mi colega y amigo Alfredo Valencia, Los escrutinios del azar.

Alfredo destaca la reflexión ''sobre lo que de conjetura tiene el escrutinio y lo que de Verdad se implica en el azar (...) hay que dar pasos al azar y a la conjetura como modalidades válidas del conocer". Asimismo, señala: ''Lo demostrable y predecible no tiene indefectiblemente el papel de sustentador de la Verdad".

Su disertación se desarrolla para intentar dar cuenta de lo que es el sicoanálisis y por qué senderos transita, pero bien puede transpolarse al tema que nos ocupa, pues el azar atraviesa la existencia entera.

Comenta entre muchos otros tópicos, que algunos teoremas matemáticos contemporáneos postulan la verdad y que sin embargo son indemostrables. Cita a Kurt Gödel y su famoso teorema.

Gödel desarrolló una proposición en realidad contraria a las propuestas contemporáneas de las matemáticas. En su desarrollo, Gödel se enfrenta a la tradición establecida (Bertrand Russel y North Whitehead, quienes se proponían demostrar que la matemática podía desarrollarse con unas cuantas reglas de inferencia y algunos axiomas lógicos. Pero Gödel introduce una fisura en la certidumbre con su proposición indecible, que sería como decir que tal declaración era indemostrable. Tal como lo interpreta Alfredo Valencia: ''La proposición era realmente indemostrable, pero esto se debía precisamente a que era Verdad".

Según cita Roberto Castro en El azar y sus efectos, ''Gödel, en particular, pensaba que debido al prejuicio que ha existido sobre la correspondencia entre una verdad y su demostrabilidad, es que nadie llegó a lo que él expuso en sus teoremas de indecibilidad.

Creo que, ante la incertidumbre como sentimiento, el mejor antídoto (que no anestésico ni sedante) es la reflexión. La lectura de pensadores: matemáticos, poetas, sicoanalistas, es decir, científicos y humanistas en general, puede ser una buena guía para intentar comprender la complejidad del momento social, político, económico y anímico que vivimos.

Pasamos por momentos de desorden político, social y ni qué decir del desorden, o mejor dicho, abuso mediático. Existen argumentos y hechos ambiguos y contradictorios, pero más allá de que existan planes concretos para librar la batalla, no debemos olvidar el poema de Mallarmé: Un tiro de dados jamás abolirá el azar.

 
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